Dentro del nuevo modelo de centro de datos, bajo conceptos como utility computing, autonomic computing, las aplicaciones estarán construidas sobre componentes y servicios que abarcarán a toda la empresa, incluso a sus socios y clientes; recursos informáticos, de red y de almacenamiento se virtualizarán y podrán ser invocados por aplicaciones y usuarios remotos. Es decir, el nuevo centro de datos, en esencia, supone mucho más que un nuevo diseño físico. Se trata de una visión lógica sobre cómo los activos TI, incluidos los servicios externalizados y suministrados por terceros, son desplegados, gestionados y securizados en un nuevo escenario de informática en red. Esta todavía utopía descansa en tres tendencias clave: consolidación, virtualización y, muy especialmente, automatización, sin la que sería impensable romper las ligaduras del modelo convencional de informática en el que aún nos movemos.
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