El plan estratégico es una herramienta de gestión cada vez más utilizada en todo tipo de empresas, incluidas las pymes. Sin embargo, donde la mayoría de las estrategias fallan es en la implantación: no hay que olvidar que la estrategia se transforma en acción en los niveles operativos. Por otro lado, el avance de la gestión por procesos orienta a realizar el despliegue a través de los procesos, como el modelo EFQM aboga. Pero ¿cómo hacer que las estrategias se desplieguen por la organización y se integren con las actividades del día a día, en un marco en el que todo esté adecuadamente alienado? ¿Cómo hacer esto de modo coherente con la gestión por procesos?
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