La tesis de este artículo es que el mejor medio para rebatir las críticas que dirigen a la historia los "postmodernistas" (etiqueta que incluye a los post-estructuralistas, materialistas culturales, nuevos historicistas, etc.) es hacer una nueva y detallada exposición de lo que en realidad los historiadores hacen y por qué lo hacen. Se abordan para ello dos problemas centrales: el del lenguaje y el de la historia como actividad social y profesional. Más adelante se analiza la diferencia entre el estudio de aspectos del pasado humano rigurosamente delimitados y los estudios especulativos, realizados por filósofos, teóricos literarios y otros investigadores ajenos a la profesión. Los "postmodernistas" simplemente son los intrusos más recientes en el estudio de la historia. En la parte esencial del artículo se analiza el contraste entre lo que los postmodernistas dicen que hacen los historiadores y lo que éstos en realidad hacen.
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