Resumen de La libertad hegeliana en la culminación de la Modernidad
Berta M. Pérez Rodríguez
La búsqueda hegeliana de una libertad concreta se puede entender como el esfuerzo por superar la exterioridad entre el momento de la universalidad o unidad y el de la particularidad o diferencia, y el dominio del primero sobre el segundo. Ambas insuficiencias marcan para Hegel el pensamiento moderno y, en especial, tal como se determina en el pensamiento práctico de Rousseau y Kant. La solución hegeliana a tal problemática ha de buscarse en su concepto de espíritu como voluntad, esto es, en su tratamiento del espíritu objetivo y, en concreto, en su realización verdadera como estado. Mientras el estudio del derecho político interno constata la reproducción del dominio del momento unificador, el análisis conjunto de este momento con el del derecho político externo nos empuja a reconocer más bien la persistencia de la exterioridad entre los opuestos modernos. Se entiende, pues, que nos hayamos vuelto a la historia para preguntarnos si Hegel logra finalmente en el plano objetivo dar cuenta de la unidad de los opuestos sin renunciar al reconocimiento de su diferencia. Pero aquí nos hemos visto enfrentados a dos opciones igualmente insatisfactorias: la presuposición: la presuposición del saber absoluto por parte de la historia universal hegeliana denuncia la persistencia de la preeminencia de la unidad, mientras, por otra parte, la posibilidad de distinguir nítidamente entre una historia efectiva abierta y una historia sabida cerrada nos inclina a entender la carencia hegeliana como la derivada de la incapacidad de vincular los opuestos. Volviéndonos finalmente a la filosofia como culminación del espiritu absoluto hemos reparado en la formulación que presenta la verdad como la identidad mediada de saber o subjetividad y devenir u objetividad, para poder por fin rechazar ambas opciones a favor de la coexistencia de un dualismo interactivo que supera la exterioridad fija de los opuestos modernos y un monismo dinámico que, a
