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Resumen de El leísmo de persona y el laísmo en la norma culta de España

Javier Fernández Collantes

  • El leísmo, laísmo y loísmo constituyen uno de los los rasgos dialectales de carácter morfosintáctico más productivos para caracterizar las diversas variedades del castellano. Son la encarnación de dos sistemas pronominales contrapuestos: el etimológico, cuya primera distinción de los pronombres átonos de tercera persona se basa en su función sintáctica en la oración (OD frente a OI) para solo después pasar al género; y el referencial, que marca primariamente el género y el número del referente (así como su carácter continuo o discontinuo). Así, en la España peninsular y, de manera más minoritaria, también en América -donde el etimológico es claramente predominante-, ambos usos han pugnado históricamente por imponerse al otro en la lengua culta. Actualmente, la norma académica, estable desde el siglo XX, ha fijado un término medio que, sobre un sistema etimológico de base, como concesión al referencial, permite utilizar 'le' para el OD masculino singular de persona.

    No obstante, esta tesis trata de demostrar que el modelo real al que se ajustan los hablantes más instruidos presenta muchos matices: así como los usos predominantes en las zonas referenciales divergen mucho entre sí, la norma culta española fluctúa y no es en absoluto estable. En ese sentido, trata de responder a las siguientes preguntas: ¿difiere mucho la norma culta española de la académica?; ¿hacia qué modelo tienden los hablantes más formados?; ¿hay diferencias en el uso culto de las zonas distinguidoras y referenciales?; ¿qué ocurre en las diversas (sub)regiones de una y otra área? Para alcanzar esos objetivos, examina la evolución histórica del uso a partir de una revisión diacrónica para, posteriormente, hacer un análisis sincrónico de los usos pronominales que presenta un corpus de hablantes cultos universitarios recabado en el siglo XXI.

    Así, el marco teórico diacrónico se centra en tres puntos. En primer lugar, trata de dar cuenta de las dudas que suscita el origen del leísmo, laísmo y loísmo e, incluso, postular una teoría alternativa. Posteriormente, hace un cribado de las recomendaciones que se hacían en una selección de diversas gramáticas históricas publicadas de 1492 a 1973 con el fin de describir el canon histórico a lo largo de los siglos. Y, por último, compara las divergencias entre la norma académica actual y el uso culto.

    En cuanto a la investigación sincrónica, se pasó una serie de encuestas a 314 estudiantes universitarios de toda España para establecer qué usos favorecían de manera semiconsciente. En concreto, se analizaron el leísmo de persona masculino y en el laísmo, también de persona. Mención aparte merecen el leísmo de femenino de persona general y el caso específico del verbo 'llamar' ("La/le llamaban Caperucita Roja").

    Los datos obtenidos apuntan a una fuerte presencia del leísmo de persona masculino entre todos los grupos de análisis establecidos y todas las macrorregiones. El de femenino es incipiente entre los hablantes de proveniencia etimológica y notable entre los referenciales. El laísmo, por su parte, es prácticamente inexistente entre los primeros, pero tiene un claro arraigo entre los segundos. En cuanto al caso del verbo 'llamar', los hablantes no se decantan de manera contundente por ninguna de las dos formas ('la' o 'le').

    Todos esos datos apuntan a la situación mucho más matizada que muestra el uso culto (que hemos bautizado como 'norma culta efectiva') que el canon académico, relativamente inmutable. Entre este tipo de hablantes, independientemente de su región de origen, el leísmo de masculino tiene un clarísimo arraigo que, a su vez, parece estar desestabilizando los usos de femenino a favor del leísmo ("le devoró" por "la"). El laísmo, por su parte, está claramente estigmatizado, pero aún está muy presente entre los hablantes referenciales.


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