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Evaluación de escritos científicos en organización de empresas y marketing

  • Autores: Mario Castellanos Verdugo
  • Directores de la Tesis: Enrique Carlos Díez de Castro (dir. tes.), Julio García del Junco (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2003
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 272
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Manuel Ortigueira Bouzada (presid.), Isabel Montero Muradas (secret.), Enrique Martín Armario (voc.), Pedro Álvarez Martínez (voc.), Juan Ramón Oreja Rodríguez (voc.)
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • Como ya hemos comentado, consideramos que el objetivo de la investigación científica es la publicación, y para ello, a través de un panel de expertos queremos configurar los factores relevantes que determinan la calidad de un manuscrito.

      Creemos que en el campo de la revisión de trabajos científicos se puede mejorar todavía mucho, y nos propusimos el reto de buscar un instrumento de medida, aceptado por la comunidad científica, para evaluar, de forma homogénea, los manuscritos procedentes de un trabajo científico. �Termómetro� que sea válido para cualquier tipo de manuscrito, ya que el ámbito en que los investigadores dan a conocer los resultados de sus trabajos pueden ser, como dijimos, diversas: revistas académicas y profesionales, comunicaciones y ponencias presentadas en congresos, tanto nacionales como internacionales, contribuciones a capítulos en obras colectivas, monografías, y otros documentos a los que se denomina �literatura gris�, es decir, que circulan por cauces no comerciales y de tirada muy corta, como tesis, informes, documentos de trabajo, etc (Giménez y Román, 2001).

      Desarrollaremos una medida fiable y válida de la calidad de un manuscrito procedente de una investigación, a través de la importancia que los expertos dan al estándar de calidad (calidad de referencia): el método científico.

      Por tanto, nos proponemos ofrecer un instrumento que mida la calidad de un manuscrito procedente de un trabajo científico partiendo del nivel de calidad que los expertos opinan que aquel debe tener.

      De esta forma pondríamos los cimientos para diseñar el instrumento o herramienta de evaluación de la calidad de un manuscrito, que es nuestro objetivo principal, máxime cuando en nuestras áreas de conocimiento no hay referentes de estudios similares.

      Queremos proporcionar una herramienta de evaluación que permita una valoración crítica a todos los actores implicados en un trabajo científico y en la posterior difusión de los resultados del mismo: los revisores, los evaluadores, los directores, los comités científicos y los profesores (al leer y al escribir). En definitiva, buscamos que exista objetividad, y justicia, en la selección de los manuscritos procedentes de un trabajo científico a través de una lectura crítica de los mismos.

      Independientemente del ámbito o disciplina que se analice, tratamos de conocer si existe una relación directa entre los manuscritos, procedentes de una investigación científica, y el método científico, es decir, si el manuscrito es científico.

      Esta herramienta de evaluación que nos permite analizar si un manuscrito es científico, y por tanto, tiene una calidad adecuada (Esteban, 2000), puede utilizarse como elemento principal, o complementario, para aquellas publicaciones que deseen ser científicas o tener una calidad satisfactoria (de forma más adecuada que los índices de impacto utilizados principalmente en las publicaciones norteamericanas).

      Es evidente que los investigadores dedican mucho tiempo y esfuerzo a detectar los artículos que aporten conocimiento científico y surge cierto desconcierto cuando revistas de gran prestigio publican trabajos poco adecuados a la imagen de calidad que se tiene de ellas, o, al contrario, pueden encontrarse artículos realmente científicos en revistas que no suelen tener una imagen excesivamente científica.

      Los conocimientos básicos disponibles, que son muchos, son necesarios para evitar que el administrador dé palos de ciego. Como bien señala Mintzberg, una parte esencial de la educación de los administradores consiste en lo que se llama observación descriptiva, enseñándoles cómo funciona el mundo de las organizaciones, qué teorías, qué principios están demostrados a través de la investigación, cuáles son los trabajos de los directivos, qué instrumentos se deben utilizar para el análisis de los problemas, cómo realizar el estudio del entorno en el que se desenvuelven, cómo adoptar las decisiones y ejercer el liderazgo, etc. De ahí la importancia de los conocimientos que encontramos en las publicaciones.

      Esto es una razón añadida, en nuestra profesión docente, para que demandemos unos criterios objetivos que permitan establecer un sistema de clasificación de las revistas, por ejemplo, de forma anual, y conocer las revistas que en cada periodo han aportado mayor conocimiento científico, al publicar trabajos de mayor calidad.

      La piedra angular de la filosofía de la ciencia se basa en la premisa fundamental de que las investigaciones originales tienen que publicarse; solo así pueden verificarse los nuevos conocimientos científicos y añadirse luego a la base de datos que llamamos precisamente conocimientos científicos.

      Un fontanero no necesita escribir sobre cañerías, ni un abogado sobre sus casos (salvo los alegatos); pero el investigador científico quizás sea el único, entre los que desempeñan un oficio o profesión, que está obligado a presentar un informe escrito de lo que hizo, por qué lo hizo, cómo lo hizo y lo que aprendió al hacerlo. La palabra clave es reproducibilidad. Eso es lo que singulariza la redacción científica. El científico no solo tiene que �hacer� ciencia sino también �escribirla�.

      Lógicamente, antes de abordar nuestro objetivo fundamental debemos profundizar en los conceptos planteados: ciencia, método científico y parámetros de calidad, para lo que realizaremos un estudio teórico.

      Así, en este trabajo podemos distinguir objetivos teóricos y objetivos empíricos.

      Objetivos teóricos � Conocer el desarrollo conceptual sobre la ciencia, que nos permitirá calificar de científica un área de conocimiento.

      � Conocer las dimensiones del método científico.

      � Distinguir los conceptos de manuscrito y artículo.

      � Conocer la importancia de la redacción científica para que un manuscrito se considere científico.

      � Analizar la estructura que debe tener un manuscrito para su publicación.

      � Lograr la objetividad en la selección de manuscritos para su difusión en medios de publicación científicos.

      Objetivos empíricos � Desarrollar una escala de medida de la calidad de un manuscrito, que sea válida y fiable.

      � Comprobar que las características seleccionadas recojan constructos relevantes para la calidad del manuscrito.

      � Elaborar un instrumento de evaluación de un manuscrito.

      � Comprobar si hay una igualdad en la escala de medida entre los segmentos de población definidos en nuestro estudio: área de Organización de Empresas y área de Marketing.

      Hemos dividido el trabajo que presentamos en esta Tesis Doctoral en dos partes fundamentales. En la primera, Fundamentos teóricos, abordamos nuestro primer conjunto de objetivos y está estructurada en dos capítulos. �La investigación científica� capítulo 2, está dedicado a introducir, brevemente, el campo en que se desarrolla la investigación, destacando la importancia de la ciencia para resolver problemas que tienen difícil solución con el conocimiento ordinario. A continuación, en el capítulo 3, se abordan los cimientos básicos de este trabajo: el escrito científico y la redacción científica.

      Este capítulo lo comenzamos con la aceptación del término escrito científico, para nuestra investigación, porque abarca tanto a los pendientes de publicar, manuscritos, como a los ya publicados: artículos, tesis, ponencias, comunicaciones, etc. A continuación, dedicamos nuestra atención a los aspectos claves relacionados con la redacción de un escrito para que éste sea científico y se considere de calidad.

      Concluido el análisis de las bases teóricas de nuestra investigación, comienza La investigación empírica, segunda parte de nuestra Tesis Doctoral, dividida en tres capítulos.

      En el capítulo 4, �Metodología de la investigación�, presentamos los objetivos, además de describir brevemente la población objeto de estudio, exponiendo detalladamente la planificación de la investigación y cómo se desarrolló el trabajo de campo. Por último, explicamos y justificamos las técnicas seleccionadas para el análisis de los datos: Análisis de Componentes Principales (ACP), Partial Least Squares (PLS) y Modelo de Rasch.

      Los resultados de la aplicación de estas técnicas se describen en �Análisis de datos y resultados�, capítulo 5, donde se muestra de forma pormenorizada la valoración del análisis exploratorio realizado, su validez y fiabilidad, y la mejora del mismo mediante el tratamiento de los datos con el modelo de Rasch, modelo que es viable y susceptible de ser aplicado para medir una variable latente, y que nos permite el logro de los objetivos planteados, sin perder un porcentaje de explicación de la misma, como ocurre con el ACP.

      Finalmente, los hallazgos y aportaciones de la investigación, tanto teóricas como para la evaluación de escritos procedentes de un trabajo científico, se presentan en el capítulo 6, �Conclusiones, limitaciones y líneas futuras de investigación�. De esta forma finaliza la investigación que presentamos, pero que sólo es un paso hacia delante ante el cual se nos muestra un amplio campo de posibilidades mostradas en este mismo capítulo bajo la rúbrica de líneas futuras de investigación, previa presentación diligente de las limitaciones de esta investigación.

      Para concluir, la obra que presentamos incluye cuatro anexos. El primero contiene las características que componen cada sección del formato IMRYD según la bibliografía revisada; el segundo, detalla la población del panel de expertos de nuestro trabajo de campo; el tercero, el cuestionario enviado por correo postal a los expertos antes mencionados y, el último, recoge la matriz de datos con la que se ha trabajado en los distintos programas informáticos que hemos utilizado.

      Hemos optado por presentar las fuentes dentro del cuerpo del texto, entre paréntesis e indicando el apellido del autor o autores, año, y página en el caso de cita textual, o si se ha considerado especialmente relevante.

      La bibliografía detallada y exhaustiva de la investigación se recoge al final de la Tesis Doctoral, por orden alfabético, y no por capítulos. En el caso de los libros indicamos el autor, año, título, editorial y lugar de edición. Si se trata de una revista, aparecerá el autor, año, título, revista, volumen (y número, si es conocido) y páginas. Finalmente, en las obras colectivas, el criterio seguido ha sido mostrar el autor, año, título seguido de la preposición �en� y la especificación de la obra igual que en el caso de los libros (excepto el año).

      La numeración de cuadros y figuras es correlativa dentro de cada capítulo. De la misma forma hemos procedido en el caso de las notas aclaratorias, que aparecen a pie de página, para evitar remisiones al final de capítulo o al final de la obra, que obligarían al lector a trasladarse constantemente de una parte a otra.

      No queremos terminar sin indicar que hemos seguido las recomendaciones de la Real Academia de la Lengua Española que recoge la voz ÍTEM con el significado de �adv. lat. Que se usa para hacer distinción de artículos o capítulos en una escritura u otro documento o como señal de adición� y �m. fig. Cada uno de dichos capítulos o artículos�. Las palabras latinas terminadas en �m que han sido aceptadas en el español deben mantenerse sin variación cuando se usan en plural: los ítem.


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