Este estudio tiene como objetivo evaluar la eficacia de las salas sensoriales para reducir los problemas sensoriales derivados del trastorno del procesamiento sensorial (SPD) en niños con trastorno del espectro autista (TEA). El investigador utilizó un diseño cuasi experimental. La población del estudio incluyó a todos los niños con TEA en ocho centros de educación especial en Palestina equipados con salas sensoriales, totalizando 116 niños. Se aplicó la Escala de Calificación del Autismo Infantil (CARS-2-ST) para identificar a niños con niveles moderados de TEA, resultando en 81 niños. Se excluyeron aquellos con niveles bajos y graves de TEA (35 niños). Posteriormente, se aplicó la Medida de Procesamiento Sensorial (SPM, SPM-P) para niños en edad preescolar, seleccionando aquellos con dificultades moderadas de procesamiento sensorial, totalizando 66 niños. Se excluyeron quince niños adicionales, quedando una población de estudio final de 66 niños con TEA moderado y problemas de procesamiento sensorial.
La muestra del estudio estuvo compuesta por 34 niños de cuatro centros de educación especial, seleccionados mediante muestreo aleatorio simple, representando el 51% de la población del estudio en Palestina. La muestra se dividió en dos grupos: 17 niños en el grupo experimental (de dos centros) y 17 en el grupo control (de otros dos centros). Todos los niños de ambos grupos fueron seleccionados intencionalmente.
Para la recolección de datos se utilizó la Escala de Comportamientos Negativos Resultantes del Trastorno del Procesamiento Sensorial, desarrollada por el investigador. La escala incluye cuatro dominios: autolesión (13 ítems), conductas y rutinas estereotipadas (13 ítems), rabietas (12 ítems) y conductas sociales negativas (12 ítems). La validez de la escala se verificó mediante validez de expertos, presentándola a diez expertos en educación especial y métodos de enseñanza, validez de consistencia interna mediante correlación de Pearson y validez de estructura, mostrando cargas factoriales significativas y aceptables para la mayoría de los ítems. La escala también demostró correlaciones fuertes y significativas con el valor estándar actual de la escala de conductas negativas, con niveles de significancia de = 0,01 y = 0,05.
La confiabilidad de la escala fue confirmada mediante el Alfa de Cronbach, con un coeficiente de 0,97, lo que indica excelente confiabilidad. La confiabilidad dividida por mitades osciló entre 0,850 y 0,927 para diferentes dominios, mostrando alta confiabilidad. La confiabilidad test-retest arrojó un coeficiente de correlación de 0,962 para la puntuación total, confirmando la idoneidad de la escala para lograr los objetivos del estudio.
Los datos se analizaron estadísticamente utilizando medias, desviaciones estándar, prueba de Shapiro-Wilk para distribución normal, ANCOVA, prueba de esfericidad de Bartlett, MANCOVA, prueba t para muestras pareadas, prueba t para muestras independientes, prueba de Levene, ANOVA unidireccional y correlación de Pearson para cálculos de confiabilidad.
El estudio llegó a los siguientes resultados 1. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas atribuidas a la variable grupo, favoreciendo al grupo experimental. El promedio de conductas negativas resultantes del trastorno del procesamiento sensorial en el grupo experimental fue 2,11, en comparación con 2,66 en el grupo de control. Esto indica la efectividad de las salas sensoriales para reducir conductas negativas resultantes del trastorno del procesamiento sensorial utilizando un programa basado en estrategias de integración sensorial. Los resultados también indican un alto tamaño del efecto del programa en la reducción de conductas negativas, sugiriendo un impacto significativo del programa aplicado dentro de la sala sensorial.
2. Hubo diferencias en los problemas sensoriales resultantes del trastorno del procesamiento sensorial entre las mediciones previas y posteriores para el grupo experimental, favoreciendo la medición posterior. También se identificaron diferencias en autolesiones, conductas estereotipadas, rutinas, arrebatos de ira y conductas sociales negativas entre las mediciones previas y posteriores, favoreciendo la medición posterior. Esto confirma la efectividad del programa de estrategias de integración sensorial para reducir los problemas sensoriales en el grupo experimental.
3. No se encontraron diferencias significativas entre las mediciones previas y posteriores para el grupo experimental después de un período de seguimiento de 2 semanas, indicando el efecto continuo del programa en la reducción de conductas negativas. Los individuos del grupo retuvieron los beneficios adquiridos, sugiriendo la persistencia del efecto del programa.
4. No se encontraron diferencias en las puntuaciones medias de los individuos del grupo experimental en la post-medición de la escala de conductas negativas atribuidas al género.
5. No se encontraron diferencias en las puntuaciones medias de los individuos del grupo experimental en la post-medición de la escala de conductas negativas atribuidas a la edad.
A la luz de los hallazgos del presente estudio, el investigador presenta las siguientes recomendaciones Implementación del Programa de Capacitación. Incentivar a los centros de educación especial a implementar el programa de capacitación basado en estrategias de integración sensorial para reducir las conductas negativas derivadas del trastorno del procesamiento sensorial en niños con trastorno del espectro autista (TEA). Este programa tiene como objetivo mitigar los problemas sensoriales de comportamiento.
Importancia de las salas sensoriales. Destacar a los centros de educación especial y a las familias de niños con necesidades especiales la importancia de las salas sensoriales y sus efectos positivos en el desarrollo sensorial. Estas salas son eficaces para reducir los problemas de conducta sensorial derivados del trastorno del procesamiento sensorial en niños con TEA y en niños con necesidades especiales en general.
Uso del programa por la dirección de centros y responsables en la toma de decisiones. Informar a la dirección de centros de educación especial y a responsables en la toma decisiones sobre la adopción de este programa debido a su claro impacto en la retención de conductas positivas y su efectividad en la reducción de problemas conductuales sensoriales negativos.
Talleres informativos para profesionales. Realizar talleres informativos para centros de educación especial y profesionales que trabajan con niños, para discutir los resultados del estudio sobre la evaluación, el diagnóstico temprano y la identificación de problemas sensoriales de comportamiento derivados del trastorno del procesamiento sensorial. Esto es relevante para ambos géneros y diferentes grupos de edad, facilitando la implementación de programas terapéuticos exitosos basados en estrategias de integración sensorial.
Desarrollo de programas de intervención temprana. Dirigir la atención de los especialistas hacia el desarrollo de programas de intervención temprana para reducir la hipersensibilidad sensorial en niños autistas y minimizar su impacto negativo en ambos sexos.
Provisión de programas a escuelas y familias. Proporcionar a escuelas, centros de educación especial y padres de familia programas basados en estrategias de integración sensorial para niños con TEA, para su aplicación y beneficio.
Talleres de sensibilización. Organizar talleres de sensibilización para especialistas, padres y personas interesadas, con el objetivo de concienciar sobre las características del TEA, el trastorno del procesamiento sensorial, los síntomas que los acompañan y cómo tratarlos.
La presentación del marco teórico del presente estudio y el análisis de estudios previos relacionados, junto con sus hallazgos, plantean varias preguntas que requieren mayor investigación.
Programas basados en el juego sensorial. Desarrollar programas basados en el juego sensorial como un enfoque para aprender algunas habilidades académicas.
Concienciación sobre trastornos del procesamiento sensorial. Evaluar la eficacia de un programa de instrucción para aumentar la conciencia sobre los trastornos del procesamiento sensorial entre los padres de niños autistas.
Mejora de habilidades de comunicación social y lingüística. Estudiar el impacto de los programas de integración sensorial en la mejora de las habilidades de comunicación social y lingüística.
Reducción de conductas conductas desadaptativas. Investigar el impacto de un programa de entrenamiento basado en el juego en la reducción de conductas desadaptativas en niños con autismo.
This Study aims to evaluate the effectiveness of sensory rooms in reducing sensory issues resulting from Sensory Processing Disorder (SPD) in children with Autism Spectrum Disorder (ASD). The researcher used a quasi-experimental design. The study population included all children with ASD in eight special education centers in Palestine equipped with sensory rooms, totaling 116 children. The Childhood Autism Rating Scale (CARS-2-ST) was applied to identify children with moderate levels of ASD, resulting in 81 children. Those with low and severe levels of ASD 35 children were excluded. Subsequently, the Sensory Processing Measure (SPM, SPM-P) for preschool children was applied, selecting those with moderate sensory processing issues, totaling 66 children. Fifteen children were excluded, leading to a final study population of 66 children with moderate ASD and sensory processing issues.
The Study sample consisted of 34 children from four special education centers, selected using simple random sampling, representing 51% of the study population in Palestine. The sample was divided into two groups: 17 children in the experimental group (from two centers) and 17 in the control group (from two other centers). All children in both groups were purposefully selected.
The Negative behaviors resulting from sensory processing disorder scale, developed by the researcher, was used for data collection. The scale includes four domains: self-injury 13 items, stereotypical behaviors and routines 13 items, tantrums 12 items, and negative social behaviors 12 items. The validity of the scale was verified through expert validity by presenting it to ten experts in special education and teaching methods, internal consistency validity using Pearson Correlation, and structure validity, showing significant and acceptable factor loadings for most items. The scale also demonstrated strong and significant correlations with the current standard value of the negative behaviors scale, with significance levels of ( = 0.01) and ( = 0.05).
The Scale's reliability was confirmed using Cronbach's Alpha, with a coefficient of (0.97), indicating excellent reliability. Split-half reliability ranged between (0.850 and 0.927) for different domains, showing high reliability. Test-retest reliability yielded a correlation coefficient of (0.962) for the total score, confirming the scale's appropriateness for achieving the study's objectives.
Data were statistically analyzed using means, standard deviations, Shapiro-Wilk test for normal distribution, ANCOVA, Bartlett's test for sphericity, MANCOVA, paired sample t-test, independent sample t-test, Levene's test, one-way ANOVA, and Pearson Correlation for reliability calculations.
The Study Reached the Following Results 1. The first result showed statistically significant differences attributed to the group variable, favoring the experimental group. The average of negative behaviors resulting from sensory processing disorder in the experimental group was (2.11), compared to (2.66) in the control group. This indicates the effectiveness of sensory rooms in reducing negative behaviors resulting from sensory processing disorder using a program based on sensory integration strategies. The results also indicate a high effect size of the program in reducing negative behaviors resulting from sensory processing disorder, suggesting a significant impact of the applied program within the sensory room.
2. The second result revealed differences in sensory problems resulting from sensory processing disorder between pre- and post-measurements for the experimental group, favoring the post-measurement. It also identified differences in self-harm, stereotypical behaviors, routines, anger outbursts, and negative social behaviors resulting from sensory processing disorder between pre- and post-measurements, favoring the post-measurement. This confirms the effectiveness of the sensory integration strategies program in reducing sensory problems resulting from sensory processing disorder for the experimental group between pre- and post-measurements.
3. The results showed no differences between pre- and post-measurements for the experimental group after a follow-up period of (2) weeks, indicating the continued effect of the sensory integration strategies program in reducing negative behaviors resulting from sensory processing disorder. This includes self-harm, stereotypical behaviors, routines, anger outbursts, and negative social behaviors. The individuals in the group retained what they had acquired, indicating the continued effect of the sensory integration strategies program in reducing negative behaviors resulting from sensory processing disorder.
4. The results showed no differences in the average scores of individuals in the experimental group in the post-measurement on the scale of negative behaviors resulting from sensory processing disorder attributed to gender, and at the total score level.
5. The results showed no differences in the average scores of individuals in the experimental group in the post-measurement on the scale of negative behaviors resulting from sensory processing disorder attributed to age, at the total score level.
In light of the findings of the current study, the researcher presents the following recommendations: Encouraging special education centers to implement the training program based on sensory integration strategies to reduce negative sensory behaviors resulting from sensory processing disorder in children with autism spectrum disorder (ASD) to mitigate their sensory behavioral problems. Emphasizing to special education centers and families of children with special needs the importance of sensory rooms and their positive effects on sensory development, and their ability to reduce sensory behavioral problems resulting from sensory processing disorder in children with ASD, especially and children with special needs in general. Informing the directors of special education centers and decision-makers about adopting this program due to its demonstrated clear impact in retaining positive behaviors and its effectiveness in reducing negative sensory behavioral problems. Holding informational workshops for special education centers and practitioners working with children to discuss the study's results regarding assessment, early diagnosis, and identification of sensory behavioral problems resulting from sensory processing disorder for both genders and different age groups, to facilitate the implementation of successful therapeutic programs based on sensory integration strategies. Directing the attention of specialists towards developing early intervention programs to reduce sensory hypersensitivity in autistic children and minimize its negative impact on both genders. Providing schools, special education centers, and parents with programs based on sensory integration strategies for children with autism spectrum disorder for application and benefit. Organizing awareness workshops for specialists, parents, and interested individuals to raise awareness about the characteristics of autism spectrum disorder, sensory processing disorder, their accompanying symptoms, and how to deal with them.
The current study's theoretical framework presentation and analysis of related previous studies, along with its findings, raise several questions that require further investigation: Developing programs based on sensory play as an approach to learning some academic skills. The effectiveness of an instructional program to increase awareness of sensory processing disorders among parents of autistic children. Studying the impact of sensory integration programs on improving social and language communication skills. The impact of a play-based training program in reducing maladaptive behaviors in children with autism.
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