Esta investigación tiene por objetivo realizar un ejercicio comparado de carácter analítico a partir del cual se pueda reconstruir en términos teórico-críticos el tránsito o el proceso que implica para el sujeto el acto o el pasaje al acto, en dos figuras del pensamiento contemporáneo como lo son Jacques Lacan y Slavoj Žižek. A partir de un diálogo con sus textos seminales, y de una lectura de sus intérpretes más atentos, establecemos las condiciones que hacen posible concebir el acto como un movimiento disruptivo en el sujeto que deshace y rehace la estructura que lo sobredetermina. Como se verá, esto tiene implicaciones tanto para la clínica psicoanalítica como para la teoría política y allana el camino para comprender el vínculo entre estas dos figuras del pensamiento, entre el psicoanálisis de orientación lacaniana y su recepción teórica en el campo de los estudios culturales, de donde surge a finales de los años 80 del pasado siglo la voz del filósofo esloveno. Reconstruimos dos momentos vinculados con las tácticas, estrategias y políticas de saber que cada uno de estos autores pone en práctica en situaciones concretas, y la manera como esto deviene en una disquisición sobre la metódica del acto. El primero de esos momentos reconstruidos está anclado en la excomunión de Lacan de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, ocurrida en 1963, y su recomienzo del Seminario en 1964 bajo condiciones completamente “otras”. El segundo momento lo vinculamos con la emergencia de Žižek dentro de los estudios culturales anglosajones y su tránsito de una crítica psicoanalítica del Socialismo Real a la apuesta teórico-política animada por el giro paulino y la “hipótesis comunista”. Ambos momentos ponen a prueba la relación entre intervención y elaboración teórica, o describen una temporalidad compleja que va de la disrupción al tiempo de la espera. Bajo la tesis de que en la tradición del estructuralismo, donde se inserta Lacan, no se dejó de pensar la relación entre estructura y acontecimiento, realizamos una lectura crítica que enfatiza la necesidad de visibilizar el campo de operaciones que Lacan definió entre ciencia y filosofía, y la manera como esa temática se inserta en la obra de Žižek, ya no en los términos que plantea Lacan sino como espacio de maniobras dictado por la forma de posicionarse entre filosofía y antifilosofía, o más certeramente entre ideología y política. En el centro de estas consideraciones ubicamos el acto en dos fases, una negativa y otra positiva, en una especie de dinámica secuencial que distingue entre sujeto y subjetivación, entre un “yo disuelvo” y un “yo fundo” que tiene consecuencias para comprender la teoría y práctica psicoanalítica y política. Una topología entre psicoanálisis y política, en tanto anverso y reverso del vínculo entre el sujeto y el Otro, permite también revisar los límites y posibilidades tanto del acto “exitoso”, que cambia la situación, como del acto que se ofusca en un retorno de lo prohibido.
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