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Resumen de El concepto de razón en la filosofía de Julián Marías

Pedro José Herreros Martínez

  • El concepto de razón en Julián Marías, aunque parte e incluye el concepto de razón vital de Ortega, se enriquece con las aportaciones originales del propio autor para iluminar las cuestiones fundamentales de sentido de la vida humana y de apertura a la trascendencia.

    La tesis se compone de cinco capítulos.

    En el primero de ellos, ¿El horizonte intelectual de Julián Marías¿, se representa detalladamente la figura intelectual de Julián Marías y se muestra la profunda adhesión que encontramos entre su biografía y su obra, fundamentalmente en su vocación filosófica. Se repasan las influencias que recibe y que ¿de un modo u otro¿ configuran su pensamiento: de Unamuno la novela como método de conocimiento y la cuestión religiosa; de Ortega el descubrimiento de la vida como realidad radical; de Zubiri, la religación. Sus lecturas del padre Gratry le proporcionan una visión unitaria de la historia de la filosofía y una justificación de la metafísica; el estudio de las obras de Husserl y Heidegger le permite distinguir entre el sentido metafísico de la fenomenología y la fenomenología como método.

    El capítulo II, ¿Noción y sentidos del término razón¿, integra el núcleo del análisis semántico y filosófico del término razón, sus diversas acepciones e interpretaciones, y el estudio de los sentidos tanto de <@,Ã< y <@ØH como de 8X(,4< y 8`(@H. Desde el estudio de la razón vital en la obra de Ortega se muestran las innovaciones de Marías: tanto las aportaciones originales a la nueva manera de concebir la razón como las consideraciones de método y su apertura a nuevas cuestiones. La razón en su integridad no se identifica con ninguna de sus formas parciales, es el órgano de intelección y consiste en la aprehensión de la realidad en su conexión. La razón es vital, dramática e histórica, la razón es un modo de acceso a la realidad. Supone una novedad que Marías encuentre una doble forma en la razón: masculina y femenina en coherencia con la circunstancialidad que le es propia bien alejada de cualquier dogmatismo o ahistoricismo. La realidad lo es como interpretación desde una perspectiva; la razón es concreta y circunstancial, pero ello no implica ningún subjetivismo, relativismo o pragmatismo. La realidad incluye tanto las perspectivas personales como las perspectivas generacionales; supone fusiones: en este contexto atendemos a las similitudes con la hermenéutica de Gadamer.

    En el capítulo III, ¿El uso de la razón y la filosofía¿, se expone su concepción de la filosofía. Su singularidad se muestra en el hecho de que constituye una original novedad al tiempo que se muestra coherente con la historia de la filosofía desde la Grecia clásica hasta nuestros días. La manera de proceder filosófica no es lineal sino espiral, acotando las cuestiones, regresando sobre ellas e iluminándolas una y otra vez. La filosofía, según este modo de exposición, no es un proceder deductivo, sino narrativo; es la visión responsable, el saber sistemático que consiste en proponer las preguntas radicales. La filosofía como quehacer humano y como modo de acceso a la verdad. La verdad es un ámbito y lo es en función de la situación vital. El sujeto primario de la verdad son las creencias que nunca se presentan de forma aislada o inconexa sino que se constituyen en una jerarquía de creencias.

    En el capítulo IV, ¿La realidad personal, descubrimiento de la razón¿, se muestran las consecuencias que ¿para la reflexión¿ tiene esta nueva concepción de la razón: alcanzado el nivel filosófico adecuado, el pensamiento español del siglo XX consigue descubrir la vida como realidad radical; un nuevo contenido y un nuevo método que permiten a Marías hacer de la antropología la ciencia de la estructura empírica de la vida y el descubrimiento de las categorías que permiten su aprehensión: corporeidad, mundanidad, temporalidad, sensibilidad, condición sexuada, condición amorosa, instalación lingüística... En definitiva, el descubrimiento de la persona como realidad proyectiva y futuriza. Este es el momento en que podemos preguntarnos si en la última etapa de la filosofía de Marías se produce un giro personalista y qué lugar ocupa el concepto de personal en su pensamiento. La razón como método de conocimiento de la verdad despliega una serie de cuestiones fundamentales en la vida humana: la moral como justificación racional y la propia vocación como criterio; la felicidad como un imposible necesario; y la muerte como cuestión ineludible para la razón. La nueva concepción de la razón ilumina las cuestiones fundamentales de la vida humana y supone la apertura velis nolis a un ámbito de significación trascendente.

    El capítulo V, ¿Posibilidades e incapacidades de la razón contemporánea¿ supone una sucinta contextualización de la razón. La filosofía contemporánea representa la denuncia de los límites de la razón para justificar su incapacidad: el cientificismo, el positivismo, el empirismo lógico y la llamada filosofía postmoderna. Por el contrario, la razón tal como la concibe Marías es coherente con otras concepciones de la misma: con las explicaciones que de la inteligencia ofrecen la psicológica cognitiva y la inteligencia emocional, con la noología zubiriana, con las teorías de la mente y de la conciencia más fecundas y que de modo más completo dan cuenta de las capacidades humanas.


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