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Resumen de La tonadilla escénica a través del compositor Jacinto Valledor (1744 - 1809)

Aurèlia Pessarrodona i Pérez

  • La tonadilla escénica del siglo XVIII es uno de los géneros más peculiares e interesantes del teatro musical español. Sin embargo, aun es una gran desconocida, no sólo por el gran público, sino también por los investigadores, ya que sus estudios de referencia siguen muy desfasados metodológica e ideológicamente.

    El propósito principal de esta tesis es entender la tonadilla escénica y su significado en el contexto de la España de la segunda mitad del siglo XVIII. Ante la necesidad de acotación, se ha optado por la figura de Jacinto Valledor (1744-1809), considerado uno de los principales compositores de tonadillas de denominado "periodo de madurez" del género. Así pues, esta tesis pretende constituir punto de partida para comenzar a entender la tonadilla escénica desde otra perspectiva más actual y sin prejuicios.

    La trayectoria de Valledor ha permitido ampliar las miras sobre el tema, con un acercamiento al género sin "fronteras", tanto geográficas como epistemológicas e ideológicas. En relación con las fronteras geográficas, se ha comprobado la importancia del género en Barcelona, dado que Valledor fue maestro de la compañía española del Teatro de Barcelona aproximadamente entre 1773 y 1785. El estudio de la actividad tonadillesca de Valledor en Barcelona ha demostrado que el género tuvo un papel nada despreciable en esta ciudad, hasta el punto de constituir la alternativa lírica, modesta y "nacional" de la ópera en momentos en los que ésta faltó en la escena. También se dio intensa circulación de obras y actores entre Madrid y Barcelona, así como la adaptación del género de la tonadilla a los gustos barceloneses, sobre todo en obras con parte del texto en catalán, que devienen los primeros testimonios de uso de esta lengua en un teatro público barcelonés. La influencia de la tonadilla escénica en Barcelona debió de trascender sus límites propiamente genéricos incidiendo, como mínimo, en el desarrollo de la Escuela Bolera y de la canción de salón.

    En cuanto a las fronteras epistemológicas e ideológicas, el número reducido de tonadillas de Valledor cuya música se ha localizado -sólo 24- ha permitido su análisis pormenorizado teniendo en cuenta los vínculos entre música, texto, drama y contexto. Con este análisis se ha comprobado que en las obras de Valledor todos los elementos del drama tonadillesco confluyen para lograr piezas muy efectivas teatralmente, siempre para goce y disfrute de la mayor parte del público. La música de Valledor no sólo busca este goce auditivo con melodías agradables a la moda -que aúnan los gustos más castizos con los "internacionales"- sino que deviene signo escénico con el que organiza el esquema formal de las obras y contribuye a su escenificación. Para ello, la música se acopla con acción dramática, caracteriza tipologías -y caricaturas- de personajes y afectos, recrea ruidos escénicos, etc. En este sentido, Valledor no tiene ningún reparo en usar recursos musicales provenientes de géneros extranjeros -sobre todo ópera bufa- para conseguir la máxima efectividad teatral.

    Asimismo, se observa que la tonadilla, como género de consumo destinado al agrado de la mayor parte del público de los teatros, se adaptó a los gustos y demandas de cada circunstancia. Por ello las obras de Valledor no se ciñen a patrones estéticos e ideológicos lineales sino que, en general, son fruto del ambivalente contexto cultural de la época reflejado desde su punto de vista -divertido, despreocupado, satírico e incluso como reivindicación de cierto nacionalismo- siempre efectivo, acertado y, sobre todo, escénicamente brillante.


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