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Resumen de Ancianos institucionalizados con y sin demencia: diferencias en comorbilidad y mortalidad al año

Monica Salazar Gonzalez

  • Introducción: El envejecimiento demográfico representa un éxito de las mejoras sanitarias y sociales que hacen aumentar la longevidad y esperanza de vida de la población. Este envejecimiento demográfico implica importantes desafíos que afectan a la vida de las personas, a las familias y a la reorganización de los sistemas sanitario y social. Es cierto que el envejecimiento no es sinónimo de situación de dependencia, pero tiene una importante incidencia en la evolución del número de futuras personas que van a necesitar cuidados sociosanitarios aumentando la probabilidad de institucionalización.

    La demencia tiene especial relevancia en el ámbito institucional dado que la evolución de la enfermedad y los cambios sociales no favorecen la permanencia en el hogar de estos enfermos.

    En los ancianos con demencia existe una importante comorbilidad asociada que frecuentemente ocasionara una mayor morbimortalidad, y a su vez, la comorbilidad influye en la demencia.

    Objetivos: Los objetivos principales del estudio son: ¿ analizar la comorbilidad en un grupo de ancianos institucionalizados estudiando similitudes y diferencias entre los residentes con y sin demencia ¿ estudiar la mortalidad al año en ambos grupos, pacientes con y sin demencia Material y métodos: Se trata de un estudio prospectivo observacional llevado a cabo con 203 pacientes mayores de 65 años institucionalizados en la Residencia Romareda del Instituto Aragonés de Servicios Sociales de Zaragoza.

    Se aplicó un protocolo de recogida de datos donde se incluían diferentes variables. Se recogieron datos sociodemográficos como edad, sexo, fecha de ingreso y tiempo de estancia en la residencia y valoración dependencia mediante grado y nivel reconocido. Información sobre su plan de tratamiento farmacológico incluyendo el número de fármacos de prescripción crónica, tratamiento con psicofármacos y tratamiento especifico para la demencia. Se incluyo la presencia de enfermedades relevantes según los datos obtenidos de las historias clínicas como insuficiencia cardiaca, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia renal, accidente cerebrovascular, cáncer y demencia. Para medir la capacidad funcional de los pacientes se empleo el índice de Barthel. El estado cognitivo se valoró con el Cuestionario de Pfeiffer y en caso de deterioro cognitivo establecido se determino estadio evolutivo de su demencia mediante la Escala de Deterioro Global de Reisberg (GDS, Global Deterioration Scale). Para la valoración de la comorbilidad se emplearon tres índices de comorbilidad: el índice de Charlson, el CIRS-G (Cumulative Illness Rating Scale-Geriatrics) y el índice de Profund.

    Al año de seguimiento se analizó la supervivencia en el conjunto de la muestra.

    Resultados: La muestra está constituida en su gran mayoría por mujeres que representan más del 70%; muy ancianos, con una media de edad que supera los 86 años; y con una estancia media en la residencia que en más de la mitad de los casos es inferior a 4 años. Presentaban en la mayoría de los casos dependencia funcional grave o total. Más del 70% de los pacientes del estudio presentaban Dependencia grado III reconocida.

    La media de fármacos de prescripción crónica era de más de 6 por paciente. Más del 50% de los pacientes cumplían criterios de polifarmacia y casi un 15% de los residentes cumplía criterios de polifarmacia extrema. El 66,5% tenía prescrito algún psicofármaco.

    El 67% de los pacientes tenía demencia. De estos pacientes con demencia más del 68% presentaban una demencia grave o muy grave según la escala de Deterioro Global de Reisberg. La demencia más prevalente fue la EA seguida de la demencia vascular. Solo un 18% de los pacientes con demencia se encuentra en tratamiento para la misma, siendo los IACS los fármacos mas prescritos con gran diferencia.

    La enfermedad relevante mas prevalerte fue el accidente cerebrovascular, padeciéndolo un 35% de los residentes.

    En la valoración de la comorbilidad y pronostico el CIRS-G y el Profund hacen puntuar a prácticamente todos los residentes, mientras que el índice de Charlson tiende a establecer puntuaciones menores. Así, según el índice de comorbilidad de Charlson más de la mitad de la muestra presentaría comorbilidad baja mientras que analizando los resultados del índice de Profund más del 70% de la muestra se incluiría en los grupos de riesgo intermedio y alto con mayor predicción de mortalidad.

    Al analizar similitudes y diferencias entre pacientes dementes y no dementes se confirma que pacientes con demencia se asocian a gran dependencia mientras que los pacientes no dementes se asocian a dependencia moderada y severa. También en la valoración de la capacidad funcional los pacientes dementes se asocian con la dependencia total mientras que los pacientes sin demencia se asocian con la independencia y la dependencia leve.

    Los pacientes dementes consumen menor número de fármacos que los pacientes no dementes. En ambos grupos el consumo de psicofármacos es similar sin embargo los antipsicoticos son mas consumidos por pacientes con demencia.

    Los pacientes con demencia se asocian con mayor puntuación en los índices de comorbilidad.

    Los pacientes con tratamiento específico para la demencia presentaban un menor tiempo de estancia en la residencia, se asociaban con estadios más leves de dependencia funcional y menor comorbilidad según las puntuaciones obtenidas en los índices CIRS y Profund.

    Analizando pacientes dementes en función del estadio de su demencia demencias más graves se asocian con mayor edad, mayor grado de Dependencia según la valoración de la misma y mayor dependencia funcional.

    Respecto al consumo de fármacos demencias más graves se asocian significativamente con menor consumo de fármacos que demencias más leves.

    En el análisis de la comorbilidad demencias más evolucionadas se asocian con mayor puntuación en los índices de comorbilidad CIRS-G y Profund.

    Respecto a los datos del seguimiento al año, la mortalidad fue del 15,8%. En el estudio de la supervivencia y el análisis del riesgo de mortalidad la demencia, la edad, la capacidad funcional y la comorbilidad valorada por los índices de CIRS-G y Profund se asocian con aumentos significativos del riesgo de mortalidad.

    Conclusiones: Los pacientes con demencia son mas dependientes considerando la gradación establecida por la Ley de Dependencia y la valoración de su situación funcional medida por medio del Índice de Barthel. Presentan más comorbilidad y menor consumo de fármacos.

    Los pacientes que usan fármacos específicos para la demencia, son aquellos pacientes con mejor situación funcional (Barthel), que tienen menor comorbilidad (CIRS-G) y presentan mejor pronóstico (Profund), hecho que explicaría un adecuado uso de esta medicación siguiendo las guías clínicas.

    Al año de seguimiento, respecto a los fallecidos, los supervivientes eran mas los pacientes sin demencia, los de menor edad, mejor situación funcional y bajas puntuaciones en el CIRS-G y en el índice de Profound. Ni el tiempo de institucionalización, ni la comorbilidad medida por el índice de Charlson y distintas enfermedades crónicas, ni el número de fármacos, han diferenciado a ambos grupos.

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