Resumen de Desarrollo floral y reposo en cerezo (Prunus avium)
Los frutales de clima templado, sobreviven al invierno entrando en un estado de reposo. Pero el reposo no es sólo una adaptación, sino que también es un requisito para una adecuada floración y es uno de los principales limitantes de la adaptación de frutales templados a latitudes más cálidas. Las necesidades de frío son específicas de cada variedad y la diferente adaptabilidad de las variedades se determina calculando de modo empírico las diferentes necesidades de frío, pero se desconoce por qué es necesaria la acumulación de frio y el reposo invernal. Con el fin de poder deslindar lo que está detrás de la acumulación del frío, el objetivo principal de esta tesis es enmarcar el desarrollo de la yema floral en cerezo (Prunus avium) en relación al reposo. Este objetivo general se desglosa en tres objetivos que caracterizan (1) la flor, (2) el polen y (3) el pistilo. Para abordar este trabajo se ha combinado observaciones en campo, con técnicas histoquímicas y cuantificación de almidón con análisis de imagen acoplado al microscopio.
El seguimiento en campo de los estados fenológicos del cerezo se ha adaptado al código BBCH, enmarcando en el mismo el desarrollo floral. La comparación del desarrollo de yemas florales de distintas variedades, con diferentes requerimientos de frío, pone en evidencia que las yemas entran en reposo en un estado de desarrollo preciso con todos los verticilos florales diferenciados. Las anteras permanecen durante el reposo con el tejido esporógeno diferenciado y la meiosis tiene lugar una vez superado el reposo, tras una cierta acumulación de calor. Por otra parte, el desarrollo del pistilo queda definido de forma muy temprana, alcanzando un determinado número de capas celulares al final del verano. Mientras que durante el reposo no hay división celular, el pistilo presenta un crecimiento leve pero continuo. La cuantificación del almidón en el ovario muestra que, durante el reposo invernal, se produce una acumulación progresiva de almidón, que sigue un patrón paralelo al de la acumulación del frío, para alcanzar el máximo al completarse los requerimientos de frío. A partir de ahí el almidón disminuye y el ovario reanuda el crecimiento.
La acumulación de almidón en la yema floral, asociada a la acumulación de frío, pone en evidencia una intensa actividad durante el reposo y explica la necesidad del reposo invernal para un correcto desarrollo floral posterior.
