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Resumen de Efecto de la suplementación materna con DHA durante la gestación y la lactancia sobre la señalización inflamatoria y el patrón de ácidos grasos en la madre, leche materna y el recién nacido

Yéssica Rodríguez Santana

  • Objetivos: Determinar si la suplementación de la dieta materna con ácidos grasos de cadena larga omega-3 durante el último trimestre de gestación y periodo de lactancia puede influir en los niveles de determinadas citoquinas implicadas en el proceso de la inflamación y en el patrón de ácidos grasos de la madre, de la leche materna y del recién nacido.

    Pacientes y métodos: Ensayo clínico de grupos paralelos, controlado a doble ciego en el que participaron 137 mujeres gestantes voluntarias controladas en los servicios de Ginecología del Hospital Materno-Infantil de Granada y del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil de Las Palmas. Las gestantes fueron asignadas aleatoriamente a recibir un batido enriquecido con ácidos grasos de cadena larga omega-3 (320 mg DHA+72 mg EPA/día) (n=67) o un batido control (n=70) desde la semana 28 de gestación hasta el final de la lactancia. Se obtuvieron muestras de sangre de la madre y del niño en el momento del reclutamiento, en el parto, a los 2.5 meses post-parto y a los 4 meses post-parto. Se analizó la concentración de los siguientes ácidos grasos: C12, C14, C15, C16, C16:1, C18, C18:1, C18:2, C18:3, C18:6, C20:4, C24:1, EPA (C20: 5 n-3), DPA (C22:5 n-3) y DHA. También, los niveles de las siguientes citoquinas: GM-CSF, IL-2, IL4, IL-6, IL-10, INF- γ y TNF-α.

    Resultados: Objetivamos un aumento significativo de citoquinas inmunosupresoras como la IL-10 (p=.046) y la IL-4 (p=.007) en el plasma materno del grupo DHA, respecto al grupo control. Por otro lado, citoquinas proinflamatorias como la IL-6 y TNF-α fueron mayores en el grupo control. La concentración de IL-6 fue significativamente mayor (p= <.001) en el momento del parto en el plasma materno del grupo control. El TNF-α también se encontró en mayor concentración en el grupo control aunque no de forma estadísticamente significativa (p=.085). En el plasma de los hijos la concentración de IL-10 e IL-4 no fue significativamente diferente entre grupos. Sin embargo, si se encontraron diferencias considerables para la IL-6 (p=.008) y el TNF-α (p=.019) en el momento del nacimiento y también a los 2 meses y medio de vida para este último (p=.017), encontrándose en mayor concentración en el plasma de hijos del grupo control que en los del DHA. Por su parte, el GM-CSF, se encontró de forma significativa (p=.026) en mayor concentración en el plasma de hijos del grupo DHA, a los 2 meses y medio de vida. Al analizar si existía relación entre el DHA acumulado en diferentes tejidos y la concentración de citoquinas, destacó la correlación con la IL-6, de forma que aumentos en la concentración del DHA acumulado en plasma materno se correlaciona significativamente (p=.0103) y de forma negativa con la concentración de IL-6 en plasma. Por otro lado encontramos mayor concentración de ácidos grasos omega-3 en plasma de madre e hijo y en leche materna del grupo suplementado. No encontramos efectos sobre la concentración de ácido araquidónico pero en los niños del grupo suplementado destacó un aumento ligero de la concentración de ácido nervónico.

    Conclusiones: Suplementar la dieta materna con ácidos grasos de cadena larga omega-3 en períodos vulnerables como la gestación, la lactancia y las primeras etapas del desarrollo del recién nacido puede influir en los niveles de citoquinas inflamatorias, modulando la respuesta inmunitaria. El DHA aumenta la secreción de determinadas citoquinas inmunosupresoras e inhibe la secreción de algunas de las proinflamatorias. Además es capaz de mejorar el estatus de ácidos grasos de la madre y de su descendencia.


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