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Estrategias de afrontamiento ante bullyng y cyberbullyng: Condicionantes y consecuencias

  • Autores: Lydia Nacimiento Rodríguez
  • Directores de la Tesis: J. A. Mora-Merchán (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2018
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 397
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Rosario del Rey Alamillo (presid.), José Antonio Casas Bolaños (secret.), Claire Monks (voc.), David Álvarez García (voc.), Paz Elipe Muñoz (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Psicología por la Universidad de Sevilla
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Dialnet Métricas: 1 Cita
  • Resumen
    • El bullying y el cyberbullying son dos fenómenos sociales relevantes y cada vez más presentes en nuestra sociedad. Desde los primeros estudios hasta los más recientes desarrollados en el contexto internacional y nacional, los fenómenos de agresión interpersonal, exclusión y rechazo entre iguales se han revelado como uno de los problemas que más contaminan la convivencia en los centros educativos, con tasas de prevalencia que superan el 30% en educación primaria y secundaria (Zych, Ortega-Ruiz y Del Rey, 2015). Pero en los últimos años se ha producido un enorme desarrollo del área, tanto en lo referido a la investigación, como en la intervención y la prevención. Su alta prevalencia (Gradinger, Strohmeier y Spiel, 2011) y las devastadoras consecuencias (Josephson y Pepler, 2012) que tiene para todos los implicados en el fenómeno hacen que se haya convertido en un objetivo prioritario no solo de los expertos en educación, sino de toda la comunidad educativa y de la sociedad en general.

      Es por ello que muchas de las investigaciones que se están desarrollando en la actualidad tienen como objetivo esclarecer las bases de este fenómeno, y así poder comprender qué variables determinan el surgimiento y mantenimiento de esta situación. Para profundizar en el conocimiento de la dinámica en la que participan aquellos alumnos que se ven involucrados tanto en los episodios de bullying tradicional como cyberbullying es necesario buscar variables que, de alguna forma, medien en este proceso.

      En este sentido, ubicando la tesis dentro del proyecto “El Afrontamiento del Cyberbullying: Análisis de las Estrategias Utilizadas y Evaluación de su Impacto” y tomando como prioritario el rol de las víctimas para comprender la dinámica, se ha considerado relevante el estudio de las estrategias de afrontamiento que estas emplean ante el acoso, ya que se muestran como el principal recurso del que disponen para enfrentar la situación. Bien es sabido que la participación en estos episodios supone en quienes lo padecen distintos efectos, entre los que destaca el impacto emocional (Ortega, Elipe y Monks, 2012; Anderson y Hunter, 2012) y la victimización. Es decir, implicarse en episodios violentos con iguales viene acompañado de un impacto emocional desigual así como una experiencia de victimización diferencial. Precisamente, el análisis de estas consecuencias, junto con las estrategias de afrontamiento (Schenk y Fremouw, 2012) que ponen en marcha los implicados en bullying y cyberbullying para reducirlos han sido uno de nuestros objetivos principales.

      Este estudio surge de la necesidad de comprender qué variables individuales podían estar afectando al uso de las distintas estrategias de afrontamiento y sus consecuencias; así como el efecto que las estrategias de afrontamiento tenían sobre dichas consecuencias. Este aspecto enlazaba con el segundo proyecto al que pertenece el estudio denominado “Sexting, Ciberbullying y riesgos Emergentes en la Red: Claves para su Comprensión y Respuesta Educativa”. De igual modo, era relevante estudiar el posible efecto mediador que podían realizar las estrategias de afrontamiento entre las variables individuales y las consecuencias del acoso. La idea de partida era que si enseñamos a los alumnos a ser eficaces en el afrontamiento, conseguiremos evitar que muchas de las situaciones de acoso se produzcan. Concretamente, el objetivo final es poder esclarecer las bases del afrontamiento para desarrollar intervenciones que se asienten en los resultados obtenidos y que permitan a la víctima tener una mayor probabilidad de éxito a la hora de enfrentarse a estas situaciones. Sabemos que una de las principales causas del mantenimiento del acoso a lo largo del tiempo son las dificultades o errores que comete la víctima cuando intenta afrontar la situación y no posee las habilidades o herramientas necesarias para hacerlo. Así que, si conseguimos identificar cómo afectan variables personales, emocionales y cognitivas, podremos plantear programas de desarrollo que hagan que los niños y niñas sean más resolutivos, consiguiendo prevenir el surgimiento o mantenimiento de estos fenómenos.

      El estudio comienza con un recorrido sobre las principales investigaciones que estudian las variables incluidas en este estudio hasta llegar al estado de la cuestión actual. La estructura seguida ha presentado un primer análisis del fenómeno en cuestión (bullying y cyberbullying), una segunda parte que se centra en el afrontamiento y una tercera parte donde se incluyen los condicionantes y las consecuencias de ambos fenómenos. En esta revisión podemos ver que muchos estudios han focalizado su atención en analizar las consecuencias psicológicas de su uso (Fauman, 2008), determinar las estrategias de afrontamiento más utilizadas (Dehue, Bolman, y Völlink, 2008; Smith et al., 2008), o identificar las más efectivas (Frydenberg, 2008; Šleglova y Cerna, 2011). Existen modelos de afrontamiento de situaciones estresantes (como es el modelo de Lazarus y Folkman, 1986), pero hallamos muy poca literatura sobre qué variables afectan al uso de las estrategias de afrontamiento en situaciones tan específicas como estos fenómenos. No obstante, hay evidencia de que la elección y eficacia de las estrategias de afrontamiento parece encontrarse moderada por distintos factores de prevención como la mediación familiar o el ambiente de clase (Perren et al., 2012), la metacognición (Nacimiento-Rodríguez y Mora-Merchán, 2014; Nacimiento-Rodríguez, Rosa-Pantoja y Mora-Merchán, 2017), la resiliencia (Nacimiento-Rodríguez, Hunter y Mora-Merchán, 2016), la agresividad y empatía (Mestre, Samper, Tur-Porcar, Richaud de Minzi y Mesurado, 2012) y la inteligencia emocional (Vilariñoa, Amado y Alves, 2013), que son de gran relevancia para alcanzar una correcta comprensión de los fenómenos y su afrontamiento. En cuando a los condicionantes, se analiza el papel que juegan en la selección de estas estrategias variables emocionales, personales y cognitivas. En el plano más emocional, la inteligencia emocional percibida que se entiende como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las emociones, así como establecer relaciones adecuadas con los demás y con nosotros mismos (Goleman, 1995), se ha considerado también una variable de estudio relevante (Garaigordobil, Machimbarrena y Maganto, 2016). De este modo, algunos estudios avalan su importancia dentro de las situaciones conflictivas, considerando que comportamientos inadecuados están relacionados con una baja inteligencia emocional (Extremera y Fernández-Berrocal, 2005), siendo el fenómeno bullying uno de los máximos exponentes de tal conflictividad (Mayer y Cobb, 2000). En el ámbito personal otra variable que, sin duda, media en la eficacia de las estrategias de afrontamiento es la resiliencia. La resiliencia se ha definido como la capacidad individual para adaptarse al cambio o a situaciones estresantes de forma sana y flexible (Taub y Pearrow, 2013). Algunos autores (Baldry y Farrington, 2005; Shepherd, Reynold y Moran, 2010) señalan que la propia elección de estrategias para afrontar las situaciones de victimización, junto a otras variables contextuales como el apoyo parental, son reflejo de la resiliencia que muestra el individuo. Bowes, Maughan, Caspi, Moffitt y Arsenault (2010) consideran que la resiliencia es un factor de protección. De igual forma, Donnon y Hammond (2007) han realizado estudios que relacionan la resiliencia con el bullying. A nivel cognitivo, incluimos las habilidades metacognitivas, cuya importancia sobre la autorregulación es bien conocida (Kagan y Lang, 1978). De estos trabajos podemos entender que la presencia de buenos mecanismos ejecutivos de control y supervisión para responder de forma adecuada ante la resolución de situaciones de conflicto (Crespo, 2004), así como la percepción de control sobre el episodio de acoso (Mora-Merchán, 2006; Sánchez, Ortega y Menesini, 2012) favorecen un afrontamiento más ajustado. Posteriormente, se hace una exposición de las consecuencias que tienen para todos los implicados estas situaciones así como el impacto emocional para las víctimas. Siendo conscientes de la innumerable cantidad de variables que se han estudiado en relación al afrontamiento de bullying/cyberbullying, este estudio se desarrolla para encontrar una respuesta sistemática que identifique qué variables están influyendo en la selección de las estrategias de afrontamiento que se utilizan ante episodios de bullying y cyberbullying y en su impacto, configurando para ello, un modelo explicativo que analice estas relaciones. Para alcanzar estos fines se plantean cuatro objetivos específicos: 1)desarrollar y validar un instrumento de estrategias de afrontamiento; 2)diseñar y validar un instrumento para medir los procesos metacognitivos; 3) Conocer el valor predictivo de variables emocionales, personales y cognitivas en el uso de las estrategias de afrontamiento ante situaciones de bullying o cyberbullying, y sobre las consecuencias de las mismas y 4)examinar si el uso de determinadas estrategias de afrontamiento puede explicar la implicación como víctima en bullying y/o cyberbullying y el impacto emocional.

      La muestra estaba compuesta por un total de 1107 adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años (M=13.88; DT = 1.33). Los participantes estaban equilibrados en género, siendo levemente más elevado el número de chicos (existe un 52.2 % de chicos, frente a un 47.8 % de chicas).

      La batería de autoinformes completa incluía siete instrumentos cuyos ítems se puntuaban con una escala tipo Likert de cinco puntos (desde 1= Nada de acuerdo, o 1=nunca hasta 5= Totalmente de acuerdo o 5=siempre). También se diseñaron y validaron dos instrumentos para evaluar las estrategias de afrontamiento y las habilidades metacognitivas.

      Los resultados obtenidos en este estudio permitieron validar los instrumentos empleados y conocer los efectos que las variables personales, emocionales y cognitivas tienen sobre las estrategias de afrontamiento y los de esta última sobre las consecuencias respectivamente mediante la creación de modelos de ecuaciones estructurales. Así, se presentan tres modelos, cada uno con una variable predictora (inteligencia emocional, resiliencia y metacognición) y sus efectos directos sobre las estrategias de afrontamiento y las consecuencias. A continuación se expone el modelo de ecuación estructural integrado, donde aparecen los efectos directos de las variables individuales sobre las estrategias de afrontamiento y las consecuencias; así como el poder mediador de dichas estrategias. En este estudio hemos conseguido identificar cómo afectan variables personales, emocionales y cognitivas; considerando también las consecuencias y siendo posible plantear programas de desarrollo que permitan que los niños y niñas sean más resolutivos, consiguiendo prevenir el surgimiento o mantenimiento de estos fenómenos.

      Finalmente, a raíz de los resultados hallados se incluye la discusión de los mismos y las conclusiones del estudio haciendo una comparativa con la literatura previa. Además, se reflexiona sobre las aportaciones, limitaciones, implicaciones educativas y se presentan las futuras líneas de investigación.


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