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Resumen de Monoterapia inmunosupresora con inhibidores de mTORi en trasplante hepático: estudio comparativo entre sirolimus y everolimus

Cristina María Alegre Torrado

  • INTRODUCCIÓN El éxito del trasplante hepático y su adecuado funcionamiento a largo plazo ha sido posible gracias al uso de fármacos inmunosupresores para prevenir el rechazo. Con el paso de los años se han ido desarrollando fármacos más potentes, con una mejor prevención del rechazo y menor tasa de efectos adversos como los mTORi, sirolimus y everolimus, presentando una menor nefrotoxicidad, así como beneficio de cara a la prevención de aparición de neoplasias de novo y recidivas del hepatocarcinoma.

    HIPÓTESIS los fármacos sirolimus y everolimus (mTORi), empleados en monoterapia como tratamiento inmunosupresor en el trasplante hepático durante su fase de mantenimiento, son fármacos con un perfil de seguridad, tasa de rechazo y efectos adversos similares, además de favorecer la preservación de la función renal.

    OBJETIVOS Realizar un estudio comparativo entre los pacientes trasplantados hepáticos en tratamiento con everolimus o sirolimus en monoterapia.

    MATERIAL Y MÉTODOS Se ha realizado un estudio comparativo, retrospectivo, longitudinal y descriptivo de los resultados obtenidos en pacientes trasplantados hepáticos con tratamiento inmunosupresor con mTORi en monoterapia, sirolimus o everolimus. Se han analizado un total de 123 pacientes con tratamiento con mTORi en monoterapia, 64 con everolimus y 59 con sirolimus, estudiándose múltiples variables en cuanto a características del donante y del receptor, rechazo, aparición de neoplasias de novo, HCC, VHC, función renal, efectos adversos y supervivencia.

    RESULTADOS La edad media del donante fue de 47,8 años, con una edad media del receptor de 53,2 años, 79,7% de varones y 20,3% de mujeres, realizándose un seguimiento medio de 120,5 meses. La causa más frecuente de cambio a tratamiento con mTORi fue el hepatocarcinoma y el diagnóstico de neoplasias de novo, sin diferencias entre ambos grupos. No existieron diferencias significativas en cuanto a la tasa de rechazo entre ambos grupos (everolimus 46,9% y sirolimus 49,2%). El 40,6% de los paciente con everolimus y el 45,8% de los paciente con sirolimus fueron diagnosticados de neoplasia de novo sin evidenciarse diferencias significativas en cuanto a tratamiento, localización o recidiva. El 51,6% de los pacientes con everolimus y el 47,5% de los pacientes con sirolimus presentaron diagnóstico de HCC, resultando significativo el tamaño medio del nódulo de mayor tamaño (2,5 cm grupo everolimus vs 3,3 cm grupo sirolimus) (p = 0,002) y el cumplimiento de los criterios de California (75,8% grupo everolimus vs 46,4% grupo sirolimus) (p = 0,037), existiendo un porcentaje de recidiva mayor en el grupo sirolimus (35,7% vs 18,2%) (p = 0,208). La evolución de la función renal fue similar en ambos grupos con una leve mejoría inicial tras la introducción del mTORi con posterior estabilización. El 78,1% de los pacientes con everolimus y el 83,1% de los pacientes con sirolimus presentaron algún efecto adverso, sin existir diferencias entre ambos grupos, siendo el más frecuente la dislipemia. No existieron diferencias significativas en términos de supervivencia entre el grupo everolimus y sirolimus. Tanto el tabaco como la presencia de HCC y la recidiva del HCC postrasplante resultaron ser factores de riesgo para la supervivencia del paciente.

    CONCLUSIONES No existen diferencias entre everolimus y sirolimus en cuanto a tasa de rechazo, evolución tras el desarrollo de tumores de novo, VHC y efectos adversos, existiendo una peor supervivencia en los pacientes con HCC del grupo sirolimus probablemente por sus características más desfavorables. Existe una mejoría de la función renal con el uso tanto de sirolimus como everolimus que sería más marcada si la introducción del mTORi fuera más precoz.


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