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L‘incantation sadienne entre la force et le droit, según Stamatios Tzitzis

  • Autores: Guillermo Hierrezuelo Conde
  • Localización: Revista Crítica de la Historia de las Relaciones Laborales y de la Política Social, ISSN-e 2173-0822, ISSN 2386-6039, Nº. 11 (Diciembre 2017-Mayo2018), 2017-2018, págs. 237-240
  • Idioma: español
  • Es reseña de:

    • L'incantation sadienne entre la force et le droit

      Stamatios Tzitzis

      Quebec : Presses de l'Université de Laval, 2016

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  • Resumen
    • El pensamiento del Marqués de Sade es heredero de la Antigüedad, tanto de los materialistas como de los sofistas y el propio Epicuro, entre otros. Los personajes que aparecen en sus novelas en realidad recogen el propio pensamiento de su autor. De esta forma pretende denunciar los abusos del Antiguo Régimen y de un rey que no reina para el Pueblo, sino en su propio beneficio. Además, influido por el pensamiento presocrático considera que la naturaleza es la fuerza que todo lo crea, una energía capaz de generar además seres animados. Pero esta naturaleza representa un caos y un desorden existencial. El Marqués entiende que el estado originario de la naturaleza es el estado de anarquía, de exceso, de desmesura. Pero todo ello bajo la mirada de un materialismo ateo, que rechaza de forma rotunda la idea de un Creador divino. El continuo cambio de la naturaleza asegura al mismo tiempo la eternidad de la materia natural. En otro orden de cosas, el hombre debe imitar la naturaleza para asegurar su propia conservación, ya que la naturaleza es la que realmente inspira al hombre. Pero esta naturaleza tiene un rasgo muy distintivo: la crueldad. De hecho, perfila al hombre como un ser egoísta, cruel y sin piedad que legitima el crimen, pues así lo ha hecho la naturaleza. Pero este amoralismo sadiano no tiene como fundamento ningún principio racional ni razonable para justificar o explicar la maldad de los hombres. En sus escritos también se muestra vivo el nihilismo, en la medida en que concibe el Universo como una creación ex nihilo. Este nihilismo sadiano parte de un renacimiento continuo. Y ello hasta el punto de considerar al asesinato necesario para la salud de las Naciones, aceptando la impunidad del crimen como necesidad natural. De esta forma legitima la muerte, que considera como el más intenso de los placeres. Estos héroes sadianos muestran una filosofía amoral, que se guía por las pasiones y que vive sin serenidad moral alguna. En efecto, el hedonismo materialista constituye la esencia de la filosofía sadiana, que se fundamenta en el propio placer del hombre. En este universo sadiano, muy parecido al estado de naturaleza de Hobbes, reina la anarquía. En sus obras a menudo se hace eco de las ideas de Maquiavelo, manifestando que el fin justifica los medios. De este modo, los héroes sadianos experimentan un gran placer al violar las leyes, promoviendo la tiranía y el despotismo, alimentado por el hedonismo que propicia el ejercicio del poder y la autoridad sobre los demás. De hecho, Sade entiende que la moral es una invención humana creada por los más débiles. En realidad, este nuevo concepto le acerca al Superhombre, ideado por Nietzsche


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