Madrid, España
Desde la recuperación de la democracia en 1983, la popularidad de El Eternauta, la historieta de H.G. Oesterheld y Francisco Solano López, no ha dejado de aumentar. La apropiación en el año 2010 de la figura de su protagonista por el partido gobernante para honrar la memoria del difunto presidente Néstor Kirchner (el “Nestornauta”) marcó el cénit de su fama. Tomando este hecho como punto de partida, en este artículo se proyecta una mirada retrospectiva sobre la génesis de la ciencia ficción en Argentina y su desarrollo ulterior. A la luz del concepto de traducción semiótica, se ofrece una interpretación de por qué las incursiones de Lugones, Borges y Bioy Casares en la fantasía científica no se adscriben a la ciencia ficción y por qué la versión autóctona del género surgió en los bajos fondos de la cultura, la historieta. Se concluye que la canonización de Oesterheld y del Eternauta tiene más de operación nostálgica que de consagración de un género que nunca despegó.
Since the restoration of democracy in 1983, El Eternauta’s popularity in Argentina has continued to grow. The Sci-Fi comic created by H.G Oesterheld and Francisco Solano Lopez reached its peak popularity when the ruling party took advantage of its main character in 2010 to honour the memory of the late president Néstor Kirchner (“Nestornauta”). Adopting this event as a starting point, we adopt a retrospective gaze into the origins of Argentine science-fiction and its subsequent unfolding. In the light of the concept of semiotic translation, we explain why Lugones, Borges and Bioy Casares’ forays into scientific fantasy cannot be considered science-fiction and why this genre was born in culture’s lower strata: comics. We conclude that the apotheosis of Oesterheld and El Eternauta is more a nostalgic gesture than an enshrinement of a genre that never took off.
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