Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Élites urbanas y conflictividad social. Una reflexión a partir del caso de Toledo en el siglo XV

    1. [1] Universidad de Castilla-La Mancha

      Universidad de Castilla-La Mancha

      Ciudad Real, España

  • Localización: Vínculos de Historia, ISSN-e 2254-6901, Nº. 4, 2015 (Ejemplar dedicado a: Historia de las emociones), págs. 228-250
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • Urban elites and social conflict. A reflection based on the 15th century Toledo
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Hasta hace unos años la imagen tradicional que se ofrecía de los bandos los vinculaba a la violencia y a prácticas mafiosas cuyos resultados a menudo eran realmente calamitosos. Si bien esta imagen aún no ha desaparecido, porque responde a la realidad que granjeó la lucha de facciones en la Edad Media, para interpretarse como es debido hay que ser cuidadosos. La violencia de los bandos no era preferentemente una violencia directa, sino estructural -la superestructura del materialismo histórico-. Los conflictos a menudo tenían su ámbito de desarrollo en las instituciones públicas, y no se pasaba de las palabras, la coacción, el tráfico de influencias y la compra de voluntades. Incluso aunque las tensiones sobrepasaran el ámbito de las instituciones públicas, y entraran en el terreno de la conflictividad de carácter privado, la violencia no tenía por qué ser el único recurso. La negociación y el pacto eran otra forma de expresión de la lucha de facciones, que se materializaba en la presentación por escrito de argumentos, apelaciones a la instancia superior del rey, réplicas y contrarréplicas, reuniones vetadas a determinadas personas y, en fin, todas las artimañas posibles para hacer triunfar la voluntad propia sobre la ajena. Sólo cuando la negociación fracasaba, a veces transcurridos años, la violencia se convertía en una opción. Pero no en una opción terminante, pues, a pesar de los alborotos, siempre se dejaba una vía abierta a la negociación

    • English

      The traditional image of the factions linked them to violence and mafia practices, the results of which were often really dire. While this image has not disappeared, given that it reflects the reality of factional fighting in the Middle Ages, it must be interpreted with care. The violence of the factions was not preferentially direct violence, but rather structural (the superstructure of historical materialism). Conflicts often had their field of development in public institutions, and did not go beyond words, coercion, influence peddling and bribery. Even when tensions surpassed the scope of public institutions, and entered into the field of private conflict, violence did not have to be the only recourse. Negotiation and consensus were another channel of expression of the struggle of factions, which took the form of the submission of written arguments, appeals to the highest court of the king, replies and responses, meetings from which certain people were excluded; in short, every trick possible to help one’s faction win. Only when negotiations failed, sometimes after years, did violence become an option, not a final option, however, since despite the fighting, a way to negotiation was always left.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno