Sanctus. Déjame entrar: Primer Premio de poesía del "V Concurso Literario LGBTI+ La Laguna Orgullosa 2024".

Alguien me dijo una vez que la poesía es el misterio de la memoria. Es surcar los caminos por donde la razón no alcanza y un parpadeo celestial que ilumina ciertas flores. En ese prado del lenguaje, donde se construye un horizonte de sentido, aparecen poetas, o simplemente malabaristas del pensamiento. Aquel poeta azaroso que en su habitar los prados huele flores de gracia, parpadea atisbos de sentido que, en su devenir en poesía, renace de nuevo. Una eterna corriente donde el ángel del olvido habita con el santo de la memoria.

En el borde del abismo vemos el llano sereno, haciéndonos tantear entre la permanencia del tiempo o el temor por el olvido, un lugar en el que el ser permanece impregnado de luz angustiosa y tiempo marcado, abocándonos a un descenso que solo a veces puede surcarse con alas, y otras, con ausencia.

Una vez alcanzado el llano, el abismo nunca desaparece; solo hallamos un temporal espejismo que nos invita a pisar tierra firme, pero que, al mismo tiempo, en un breve instante se torna en fango, y descendemos nuevamente. Sin embargo, siempre navegamos, siempre surcamos el río, que nunca se detiene, aunque en la orilla circule lentamente. Esta obra es una forma de surcar lo insondable, donde el vuelo del ángel nos embriaga con aleteos de amor. Abre tus brazos y abraza su llegada.

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