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Este artículo estudia las particulares características de las silvas del Anacreón castellano (1609) de Quevedo y las posibles razones del uso de esta forma métrica, en relación con sus rasgos como traductor de textos clásicos. Como... more
Este artículo estudia las particulares características de las silvas del Anacreón castellano (1609) de Quevedo y las posibles razones del uso de esta forma métrica, en relación con sus rasgos como traductor de textos clásicos. Como ejemplo significativo, se analiza su paráfrasis de las dos anacreónticas dedicadas a la rosa. En ambas silvas, Quevedo suele desdoblar voces griegas e insertar versos completos o nuevas expresiones a final de verso, que, en ocasiones, riman con voces trasladadas fielmente del griego. Estos procedimientos constatan su tendencia a la amplificación de las descripciones de la naturaleza y los elogios de la rosa, que ofrecían renovados motivos literarios.

This paper studies the characteristics of silvas in Anacreón castellano (1609) by Quevedo and the possible reasons for the use of this metric form, in relation to its features as a translator of classical texts. As a significant example, his paraphrase of the two anacreontics dedicated to the rose is analysed. In both silvas, Quevedo usually translates a Greek word into two Spanish words and introduces complete verses or new expressions at the end of the verse, which, sometimes, rhyme with words translated from Greek. These procedures confirm Quevedo’s tendency to amplify descriptions of nature and praise for the rose, which offered renewed literary motifs.
El propósito de este artículo consiste en estudiar las modificaciones que lleva a cabo Francisco de Quevedo en su paráfrasis Anacreón castellano (1609), las cuales suponen la introducción de elementos elocutivos ajenos a las Anacreónticas... more
El propósito de este artículo consiste en estudiar las modificaciones que lleva a cabo Francisco de Quevedo en su paráfrasis Anacreón castellano (1609), las cuales suponen la introducción de elementos elocutivos ajenos a las Anacreónticas griegas. Para ello se han identificado y analizado aquellas expresiones de los cincuenta y siete poemas en castellano que no cuentan con un antecedente en el original ni en las demás fuentes que empleó Quevedo. La inspiración hallada en estos poemas griegos y sus procedimientos estilísticos, modificados por Quevedo en su traducción castellana por medio de nuevos tropos y figuras, pudo influir también en cierta medida, como las abundantes fuentes que manejó, en su creación literaria posterior.

The aim of this paper is to study Quevedo’s modifications in his paraphrase Anacreón castellano (1609), which involve the introduction of style features alien to the Greek Anacreontics. They have been identified and analysed the expressions of the fifty-seven Spanish poems that do not have any correspondence in the original neither in the other sources used by Quevedo. The inspiration found in these Greek poems and their stylistic devices, modified by Quevedo in his Spanish translation through new tropes and figures, could have influenced also to a certain extent, as well as the abundant sources that he read, in his later literary creation.
En 1609 Quevedo tradujo las Sentencias del Pseudo-Focílides, que también cita en su Anacreón castellano a través de dos fragmentos con una traducción ligeramente variante. El cotejo de estas diferentes versiones en español de la obra... more
En 1609 Quevedo tradujo las Sentencias del Pseudo-Focílides, que también cita en su Anacreón castellano a través de dos fragmentos con una traducción ligeramente variante. El cotejo de estas diferentes versiones en español de la obra atribuida al poeta griego revela posibles motivos estilísticos y un propósito de adaptación al contexto en que se insertan. Asimismo, este análisis corrobora la tendencia de Quevedo a reescribir y citar de manera libre los textos clásicos.
Artículo divulgativo sobre la faceta de traductor de Quevedo.
En 1873 Pardo Bazán emprende un largo viaje por Europa. El artículo estudia el recorrido de la autora por Burdeos, recogido en Apuntes de un viaje. Le Tintoret peignant sa fille morte, de Léon Cogniet, es el cuadro que más la impresiona... more
En 1873 Pardo Bazán emprende un largo viaje por Europa. El artículo estudia el recorrido de la autora por Burdeos, recogido en Apuntes de un viaje. Le  Tintoret peignant sa fille morte, de Léon Cogniet, es el cuadro que más la impresiona y no había sido identificado hasta ahora.
El informe de Casimiro Flórez Canseco acerca del Anacreón castellano (1609) de Francisco de Quevedo, que impidió su impresión en 1786, constituye un documento único en relación con la transmisión impresa de esta obra y ofrece interesantes... more
El informe de Casimiro Flórez Canseco acerca del Anacreón castellano (1609) de Francisco de Quevedo, que impidió su impresión en 1786, constituye un documento único en relación con la transmisión impresa de esta obra y ofrece interesantes datos sobre su recepción en el siglo XVIII. En este trabajo se analizan las razones de una censura tan negativa y de tanto impacto a la luz de los once testimonios conocidos de esta obra quevedesca para valorar si la copia que evaluó este helenista pudo condicionar su valoración de la traducción, como sugieren los estudios previos, y qué peso tuvo en su decisión la evolución del gusto poético y la perspectiva desde la que observaba la disciplina de la traducción.
En este trabajo se atiende a las consideraciones en torno a la traducción que incluye Quevedo en los preliminares y comentarios de sus versiones del griego. A continuación, se exponen sucintamente los datos de los que se dispone en torno... more
En este trabajo se atiende a las consideraciones en torno a la traducción que incluye Quevedo en los preliminares y comentarios de sus versiones del griego. A continuación, se exponen sucintamente los datos de los que se dispone en torno a las fuentes de las traducciones quevedianas de obras griegas para conocer sus preferencias y su uso de estos textos desde una perspectiva panorámica. El objetivo de este trabajo es profundizar en la cuestión de cómo tradujo Quevedo los textos griegos y contribuir al conocimiento de su faceta de traductor de textos clásicos.
Francisco de Quevedo indicó en algunas de sus traducciones los textos que había seguido para elaborarlas, pero en su Focílides no ofrece información sobre sus fuentes. Son numerosas las ediciones renacentistas que se realizaron de las... more
Francisco de Quevedo indicó en algunas de sus traducciones los textos que había seguido para elaborarlas, pero en su Focílides no ofrece información sobre sus fuentes. Son numerosas las ediciones renacentistas que se realizaron de las Sentencias y que pudo haber empleado Quevedo, a las que deben sumarse las también abundantes traducciones de este poema. Alcalde (2011) identificó como fuente del Focílides de Quevedo la edición griega y traducción latina de Jean Crespin (1569). Pero, además, pudo haber empleado la edición con traslación interlineal latina incluida en la gramática griega de Constantino Lascaris, De Octo partibus orationis. Asimismo, se ha apuntado a la obra de Amerbach Poemata Pythagorae et Phocylides (1547). En este trabajo se indaga en la posibilidad de que –como en otras de sus traducciones– se sirviese de múltiples ediciones. La identificación de sus fuentes es una de las tareas fundamentales para conocer de un modo más profundo la faceta de Quevedo como traductor de textos clásicos.
Francisco de Quevedo (1580-1645) se dedicó tempranamente a labores de traducción de textos griegos, como las Anacreónticas, que vertió en Anacreón castellano (1609), o el Pseudo-Focílides, cuya traducción data también de 1609, pero fue... more
Francisco de Quevedo (1580-1645) se dedicó tempranamente a labores de traducción de textos griegos, como las Anacreónticas, que vertió en Anacreón castellano (1609), o el Pseudo-Focílides, cuya traducción data también de 1609, pero fue impresa en 1635 junto con la del Manual de Epicteto, más tardía. Para trasladar estas obras se sirvió normalmente de los originales y de varias versiones a distintas lenguas. Para el Manual, Quevedo, autor enormemente influyente en la divulgación del estoicismo en España en el siglo XVII, acudió a distintas versiones para elaborar una traducción en verso con una voluntaria tendencia a la amplificación. Como declara en la «Razón de esta traducción», se sirve del original y de traducciones al latín, al italiano, al francés y al castellano, las de Sánchez de las Brozas (1612) y Correas (1630). En este artículo se ofrece un estudio de las fuentes empleadas por Quevedo para traducir el Manual, atendiendo a los datos que él mismo ofrece en su obra e indagando qué traducciones e incluso qué ediciones pudo consultar. Dado que las fuentes parecen haber condicionado su traducción, esta tarea es una de las labores previas indispensables para valorar más acertadamente en posteriores estudios la faceta de Quevedo como traductor del griego.
Las Anacreónticas se atribuyeron al lírico arcaico griego Anacreonte de Teos desde la edición de Henri Estienne (1554). Francisco de Quevedo siguió esta edición en su Anacreón castellano (1609), una traducción libre del modelo, creyendo... more
Las Anacreónticas se atribuyeron al lírico arcaico griego Anacreonte de Teos desde la edición de Henri Estienne (1554). Francisco de Quevedo siguió esta edición en su Anacreón castellano (1609), una traducción libre del modelo, creyendo que imitaba las composiciones auténticas del lírico griego, pero posteriormente se demostró que los textos eran apócrifos y tenían una datación más tardía. Pese a no haber sido consciente de tales problemas de atribución, su versión española incluyó de forma inesperada un fragmento auténtico de Anacreonte. El estudio que se propone atiende no solo al acierto de Quevedo al seleccionar el texto genuino entre todos los incluidos en el apéndice de Estienne, sino también a su disposición y función en el conjunto, como significativo cierre de su poemario.
En el Anacreón castellano (1609) Francisco de Quevedo traduce la colección de Anacreónticas que recogía Estienne en su edición (1554), en la cual se atribuía este corpus a Anacreonte de Teos. El vino es uno de los temas principales de... more
En el Anacreón castellano (1609) Francisco de Quevedo traduce la colección de Anacreónticas que recogía Estienne en su edición (1554), en la cual se atribuía este corpus a Anacreonte de Teos. El vino es uno de los temas principales de estos poemas, junto con el amor, pues seguían la estela de la lírica del poeta griego. Quevedo no duda de la atribución a Anacreonte y, anticipándose a las posibles críticas ante la temática indecorosa de las composiciones, defiende al poeta de su fama de bebedor en la biografía que antecede a su traducción. También en los comentarios eruditos con que Quevedo acompaña sus traducciones se deslizan argumentos para defender a Anacreonte de lo que el autor consideraba acusaciones infundadas.
En este trabajo se analizan los argumentos que esgrime Quevedo en su «Vida de Anacreonte» para defender al que la tradición había convertido en el cantor del vino, y de ese modo proteger también su propia traducción. Además, se estudian los comentarios de Quevedo a poemas sobre el vino, en los cuales recoge citas que redundan en ese tema. Cabe destacar, por ejemplo, la digresión sobre cómo se emborrachó el Cíclope de la Odisea o las anotaciones en las que contrapesa con otras autoridades las alabanzas del vino de los poemas. Este análisis permite observar la visión que Quevedo tenía, como autor del siglo XVII, del vino y de las costumbres griegas en torno a la bebida, así como el conjunto de citas y lugares a los que recurre para tratar este tema.
Francisco de Quevedo (1580-1645) se dedicó tempranamente a labores filológicas y de traducción, las cuales encajaban con el perfil de humanista que trataba de alcanzar en los primeros años del siglo XVII. Su intercambio epistolar en latín... more
Francisco de Quevedo (1580-1645) se dedicó tempranamente a labores filológicas y de traducción, las cuales encajaban con el perfil de humanista que trataba de alcanzar en los primeros años del siglo XVII. Su intercambio epistolar en latín con el belga Justo Lipsio, así como sus traducciones de obras en hebreo, griego y latín evidencian este propósito. En este trabajo se presenta un recorrido a través de las diferentes posturas de la crítica en torno al conocimiento que Quevedo tenía de las lenguas de las que traducía. Concretamente, el análisis se ciñe a su dominio de las lenguas clásicas, latín y griego. Este camino —que partirá de los juicios de sus contemporáneos y concluirá con los de la crítica actual— pretende mostrar la complejidad de evaluar el dominio que Quevedo tenía de las lenguas clásicas de la mano de sus contemporáneos, críticos con su labor o panegiristas que lo postulaban como un gran helenista o latinista. Así mismo, se expondrá la necesidad de evitar valoraciones anacrónicas de su actividad traductora y de atender a la heterogeneidad de las técnicas empleadas por Quevedo en sus versiones castellanas de textos grecolatinos.
El Anacreón castellano, redactado en 1609, es una de las primeras traducciones de Francisco de Quevedo (1580-1645) y la primera versión completa de la colección de Anacreónticas en castellano. Este corpus contiene composiciones de fechas... more
El Anacreón castellano, redactado en 1609, es una de las primeras traducciones de Francisco de Quevedo (1580-1645) y la primera versión completa de la colección de Anacreónticas en castellano. Este corpus contiene composiciones de fechas y autores diversos, aunque a partir de la edición que hace Henri Estienne en 1554 las Anacreónticas se atribuyeron al lírico griego Anacreonte de Teos. Tal autoría de los poemas fue aceptada por Quevedo, como también por la mayoría de los humanistas de su tiempo e incluso en épocas posteriores.
Del Anacreón castellano se conservan once manuscritos. Siete de ellos fueron empleados por Blecua en su edición de 1981, última edición de esta obra. En cuanto a los cuatro restantes, no utilizados por el mencionado editor, dos fueron descritos por vez primera a finales del siglo pasado, mientras que los otros dos fueron localizados por mí recientemente.
La literatura de Francisco de Quevedo conoció una temprana proyección fuera de nuestras fronteras. Su veta jocosa fue aplaudida también en el contexto europeo, con inmediatas ediciones y traducciones de sus textos burlescos más... more
La literatura de Francisco de Quevedo conoció una temprana proyección fuera de nuestras fronteras. Su veta jocosa fue aplaudida también en el contexto europeo, con inmediatas ediciones y traducciones de sus textos burlescos más celebrados, en particular los Sueños y el Buscón. En paralelo a una recepción prodigiosa, las vertientes de su obra no se comprenden aisladas de la cultura y las corrientes ideológicas o estéticas de los países de su entorno, con Italia en el centro: por la influencia irradiada durante su Renacimiento, por las vicisitudes de la estancia del escritor al servicio del Duque de Osuna. Sus actividades «diplomáticas» y su intervención en el complejo escenario europeo de su tiempo, en permanente agitación política y bélica, acentuaron su faceta pública y le permitieron ahondar en el análisis de las circunstancias desde la perspectiva de un testigo privilegiado de aquel momento histórico. Las aportaciones incluidas en el presente volumen rinden homenaje a las heterogéneas modulaciones de su trayectoria, desde la que se atisba la inmensidad de la literatura barroca: su biografía, su erudición clásica y sus lecturas, sus creaciones en el género epistolar, la narrativa picaresca y la prosa lucianesca, su discurso cortesano, histórico y moral, su actividad como traductor, su densa vinculación a la tradición italiana y también su posición en la polémica antifrancesa. Para abarcar tal riqueza se requiere el auxilio de estudiosos que desborden el quevedismo y la literatura española, con vocación interdisciplinaria e internacional semejante a la que animó su escritura: Madrid, Salamanca, Murcia, Jaén, Valladolid y Santiago de Compostela, en España; Italia, Francia y Noruega, en esa Europa que asoma con brío en tantos escritos de Quevedo. Los análisis multiplican las perspectivas, útiles atalayas desde las que estudiar y admirar su extraordinario legado intelectual.

Incluye los siguientes artículos:
María José Alonso Veloso: Quevedo en sus contextos; Alfonso Rey: La poética conceptista y sus vicisitudes; Francisca Moya del Baño: Quevedo en sus libros. Algunas notas a sus notas; Juan Ramón Muñoz Sánchez: Retratos de don Francisco: Quevedo a través de sus cartas; Antonio Ramajo Caño: Formas y tópicos clásicos en la poesía de Quevedo; María José Alonso Veloso: Quevedo sin Estacio: la silva «A un ramo que se
desgajó con el peso de su fruta»; Samuel Fasquel: Tertuliano en la obra de Quevedo: entre errores y reparos; Pedro Conde Parrado: Lope de Vega en los preliminares de la primera edición (Barcelona, 1627) de los Sueños de Francisco de Quevedo; J. Ignacio Díez: La Historia (con sexo) de la vida del Buscón; David González Ramírez y M.ª Ángeles González Luque: «Hay otro género de…»: cortesanos y vagabundos en el Siglo de Oro. De Guevara a Quevedo y sus contemporáneos; Alessandra Ceribelli: Quevedo y los tratadistas italianos; Lucio R. Cebreiro: Quevedo en un romance contra Richelieu: hacia una revisión de La toma de Valles Ronces; Adrián J. Sáez: Las monedas de Quevedo: usos anticuarios entre arte e historia; Randi Lise Davenport: «¿En qué opinión está el dinero, qué fuerza alcanza, qué crédito, qué valor?». El dinero y la crisis de su representación en el Sueño de la muerte; Lúa García Sánchez: Quevedo ante las fuentes: las ediciones que inspiraron su Anacreón castellano; Antía Tacón García: Autoría femenina y traducción en el Siglo de Oro: Isabel Correa y El pastor Fido.
Tradución do polaco, introdución e notas de Lúa García Sánchez