La Ley Orgánica de la Educación (LOMLOE) incorpora entre sus novedades un conjunto de saberes básicos vinculados a cada una de las materias. En Geografía e Historia se identifica una notable actualización con respecto a los contenidos que se recogían en la anterior ley educativa (LOMCE). La consideración de cuestiones como la biodiversidad, los problemas medioambientales, los desafíos demográficos o las tecnologías de la información se puede entender como una estrategia apropiada para reforzar la motivación del alumnado y despertar su interés por la materia. Se estaría avanzando en la línea del aprendizaje contextualizado a través de la inclusión de aspectos o problemas vinculados al mundo actual y que atañen también al entorno más cercano. A través del análisis documental y de cuestionarios realizados al alumnado de 3º y 4º de la ESO de varios centros educativos de la Isla de Tenerife (Canarias), se trata de valorar hasta qué punto dichos cambios implican una renovación en la didáctica de la disciplina. Aunque los nuevos saberes permiten vislumbrar una enseñanza de la Geografía que integra mejor los problemas y retos del presente, se identifican también algunas dificultades en materia de metodologías, recursos disponibles, formación del profesorado y estereotipos vinculados a la trayectoria de la disciplina que limitan en la práctica las potenciales fortalezas de las disposiciones curriculares.
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