Felipe González ha dicho en una reunión en Francia que el poder tiene que estar más cerca, o más en contacto, con la calle. Ahora no lo está. Esta manifestación es sorprendente por dos razones principales, y también tiene que ser elogiada por el valor o la sinceridad de haberla dicho. Si en la democracia se cuenta "que el pueblo es soberano", entonces el poder y la calle tienen que estar cerca. Pero si el socialismo fue siempre, o históricamente, el partido o las ideas más próximas a la calle, resulta extraño que todo esto no se haya producido ahora. Parece que tiene algún interés el análisis de nuestro país.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados