Siendo lo habitual poner de manifiesto la luminosidad que emana del vino y sus dioses, quiero ocuparme, por excepción, de la oscuridad que los acompaña con más frecuencia de la que se podría pensar. Si tuviera que resumir al extremo esto que planteo, diría que es verdad lo que canta Mercedes Sosa: «Si el vino viene, viene la vida», pero no es menos cierto que, en muchas ocasiones, con él vienen también la perturbación, la locura y la muerte, y que no están tan distantes entre sí; al contrario, con frecuencia están entrelazadas o fundidas.
While it is customary to highlight the luminosity that emanates from wine and its gods, I would like to deal, as an exception, with the darkness that accompanies them more often than one might think. If I had to sum up what I am saying, I would say that what Mercedes Sosa sings is true: "If wine comes, life comes". However, on many occasions it is no less true that disturbance, madness and death also comes with it, and that they are not so distant from each other; on the contrary, they are often intertwined or fused.
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