La implementación del desarrollo sostenible en las prácticas económicas es una acción necesaria y decisiva. El consumo de las personas en la actualidad ha aumentado desmedidamente, lo que, en conjunto con la escasez de recursos y las existencias finitas de los productos, ha generado un desequilibrio ecológico importante. Por lo tanto, es menester fomentar medidas y estrategias efectivas para el cambio, que garanticen los negocios sostenibles y coherentes respecto al cuidado del medio ambiente y a la preservación de la humanidad.
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