Este artículo reflexiona sobre un tipo particular de experto, que denominamos “científico diplomático”, término que refiere a los científicos que intervienen en la diplomacia en el marco de una nueva forma de entablar y ejercer las relaciones internacionales en el siglo XX. Analizaremos dos casos ilustrativos de la presencia internacional de científicos diplomáticos mexicanos: Francisco De Paula Miranda (1890-1950) como experto en nutrición y Manuel Sandoval Vallarta (1899-1977) como delegado en la creación de la Comisión de Energía Atómica de la Organización de las Naciones Unidas. Ambos fueron reconocidos por el gobierno mexicano como expertos en sus respectivas disciplinas científicas (nutrición y física), designándolos sus representantes ante organismos internacionales. Estos casos ilustran el surgimiento de este tipo de experto en el cruce entre ciencia y diplomacia, así como el papel de los científicos en la conformación de redes internacionales de conocimiento y en la geopolítica internacional.
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