La incorporación de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) avanza a pasos acelerados, demasiado aceleradamente, creando brechas en la desigualdad entre las personas cuyo final se desconoce, pero no es algo nuevo, constituye un paso más en el proceso de acumulación de capital que rige, como principio, el sistema. Una visión marxista del desarrollo tecnológico nos evidencia que no hay nada nuevo, simplemente la incorporación de la IAG es el nuevo instrumento para profundizar en la hegemonía cultural del capitalismo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados