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Revista médica de Chile

versión impresa ISSN 0034-9887

Rev. méd. Chile vol.142 no.4 Santiago abr. 2014

http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872014000400002 

ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN

 

Factores asociados a conductas promotoras de salud en adolescentes chilenos

Factors associated with health promoting behaviors among Chilean adolescents

 

Jorge Gaete1, Esterbina Olivares2,a, Cristian A. Rojas-Barahona3,b, Nicolás Labbé1,b, Manuel Rengifo1,b, Magdalena Silva2,a, Leticia Lepe2,a, Cynthia Yáñez2,a, Mei-Yen Chen4,a

1 Escuela de Psicología, Universidad de Los Andes. Santiago, Chile.
2 Escuela de Enfermería (Campus San Felipe), Universidad de Valparaíso. San Felipe, Chile.
3 Facultad de Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
4 College of Nursing, Chang Gung University of Science and Technology. Taiwán.
a Enfermera.
b Psicólogo.

Correspondencia a:


Background: Health-promoting behaviors are important to prevent diseases and prolong life in the population. People develop these behaviors throughout life. However, better benefits for health are obtained with an early development. Aim: To determine the prevalence of health-promoting behaviors among early adolescents and its associated factors. Material and Methods: Cross-sectional survey performed in 1,465 students of high, medium and low socio-economic status, attending fifth to eighth grades of schools located in a small Chilean city. Participants answered a questionnaire that gathered information about frequency of health-promoting behaviors such as health responsibility and nutrition, physical exercise and stress management, life appreciation, social support and different personal, school and familial factors. Results: A higher frequency of health-promoting behaviors was associated with better academic achievement, better school commitment, and higher perception of school membership. It also was associated with a better perception of health status and a higher conformity with physical appearance. Conclusions: Health promoting behaviors in these children are related to a better academic achievement and a higher integration with school environment.

Key words: Adolescents; Health-behavior; Risk factors.


 

El desarrollo de conductas promotoras de salud es uno de los grandes desafíos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)1. Estas conductas promueven el bienestar y desarrollo de la persona2,3 y disminuyen la aparición de patologías que comprometen la vida, tales como las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNTs)3-5.

Las conductas promotoras en salud se adquieren tempranamente, pero durante la adolescencia también aparecen una serie de prácticas que podrían poner en riesgo la salud6. Por ejemplo, en Chile 25,9% de los estudiantes entre octavo básico y cuarto año de enseñanza media refieren haber consumido algún cigarrillo durante el último mes y las cifras de consumo de alcohol y marihuana ascienden a 34,7%, y 11,2%, respectivamente7. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Salud (2009-2010)9 muestra que en la población entre 15 y 24 años, el sobrepeso llega a 27%, la obesidad a 11% y el sedentarismo a 76%9. También es preocupante la salud mental de los jóvenes, ya que 18,1% de los adolescentes declara haber tenido algún intento suicida o de auto-agresión durante el último año8.

El abordaje de estas problemáticas en Chile no es fácil. Si bien ha habido avances en la atención y cobertura en adolescentes mayores de 15 años, el grupo etario de 10 a 14 años ha quedado más desprovisto10. Sólo recientemente se ha presentado el Programa Nacional de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes en Chile, que contempla entre sus metas reducir factores de riesgo para las ECNTs y lograr una cobertura a todo el rango etario de adolescentes para el 202010.

Pareciera ser que en Chile el sistema escolar es un contexto propicio para implementar intervenciones costo-efectivas para la promoción de conductas saludables, dado el alto nivel de escolarización alcanzado. Por otro lado, existe evidencia que la exposición a un clima escolar positivo disminuye el uso de sustancias de abuso y embarazo adolescente11 e intervenciones que mejoran el vínculo entre los alumnos y la escuela han sido efectivas en la disminución de la violencia y mejoría en la actividad física12.

En Chile no existen estudios que hayan evaluado la conductas promotoras de salud en adolescentes tempranos (10-14 años), ni tampoco los factores que pudieran estar relacionados con estas prácticas.

A nivel internacional existen instrumentos que permiten evaluar las conductas promotoras de salud, como: Health-Promoting Lifestyle (HPLP)13, Adolescent Lifestyle Questionnaire (ALQ)14, Adolescent Lifestyle Profile (ALP)15 y el Adolescent Health-Promoting (AHP) scale16. La AHP es una de las más usadas, ha sido traducida a diferentes idiomas17 y utilizada para evaluar los efectos de la educación en salud17-19.

El objetivo de este estudio fue medir la prevalencia de conductas promotoras de salud y determinar los factores que se asocian a éstas, en una población de adolescentes que se encuentran cursando entre los niveles quinto a octavo de escolaridad básica.

Sujetos y Método

Participantes

Se solicitó a la Dirección de Administración de Educación Municipal de San Felipe el listado de colegios de la ciudad. Para la selección de la muestra se estratificó la población de alumnos de 5º a 8º Básicos de colegios de San Felipe de acuerdo a tres variables: Sexo (Mujeres y Hombres); nivel socioeconómico (NSE), de acuerdo a los criterios del Sistema de Medición de los Resultados de Aprendizaje (Alto, Medio y Bajo); y nivel de curso (5º a 8º Básicos). Se proyectó una participación de 60 alumnos en cada una de las celdas de la estratificación para lograr la mayor representatividad; sin embargo, dos colegios de NSE Alto no aceptaron participar. Participaron 1.465 estudiantes. La no participación estuvo dada por la falta de consentimiento de los padres y ausentismo el día de aplicación de la encuesta.

Instrumentos

1. Escala de Promoción de Salud del Adolescente (AHP)16: Mide conductas promotoras de salud tales como responsabilidad en salud y nutrición; ejercicio físico y manejo del estrés; apreciación de la vida y apoyo social. Esta escala fue desarrollada por Chen et al., y se basa en el Modelo Promotor de Salud (MPS) de Nola Pender3. Tiene 40 afirmaciones, con respuestas que van de 1 = nunca a 5 = siempre. Se usó el puntaje total obtenido de la sumatoria de los ítems. Para su interpretación, y siguiendo la recomendación de Chen et al.17, se recodificó como variable dicotómica para cada alumno según si su puntaje estaba por sobre o por debajo el promedio de la muestra total (140 puntos). Los autores cuentan con la autorización para su adaptación y validación en Chile.

2. Escala de Conductas de Riesgo en Adolescentes (ECRA): Evalúa características socio-demográficas, familiares y del sistema escolar de los adolescentes; percepción de los jóvenes de la propia salud, percepción de conductas de riesgo en grupo de pares; uso de sustancias químicas por el propio adolescente, por sus pares y padres; entre otras. Validada en Chile20,21. Tiene 70 preguntas. (Tabla 1).

 

Tabla 1. Variables independientes, según dominio personal, familiar y escolar
 

3. Cuestionario del Programa de Habilidades para la Vida (LSTQ-MS)22: Evalúa el conocimiento, actitudes y habilidades de resistencia al consumo de sustancias de abuso. Para este estudio se utilizaron 2 sub-escalas, "Opinión sobre el consumo de alcohol y cigarrillos" y "Reacción ante la presión de consumo" (Tabla 1).

4. Escala de membrecía escolar23: Mide nivel de pertenencia que el alumno refiere en relación a su colegio. La adaptación usada en Chile tiene 13 ítems con 5 niveles de respuesta (1 = No es verdad en absoluto, a 5 = Completamente verdad). Los autores cuentan con la autorización de su uso en Chile (Tabla 1).

5. Escala de compromiso académico24: Mide nivel de vinculación del alumno con el colegio y, especialmente, el compromiso que el alumno tiene con sus actividades académicas. Tiene 5 ítems, con 4 niveles de respuesta (1 = ¡NO! a 4 = ¡SÍ!) (Tabla 1).

Análisis estadístico

Se utilizaron estadísticos descriptivos generales para mostrar la distribución de distintas variables en la población en estudio.

Las asociaciones fueron estudiadas a través de modelos de regresión logística.

Las variables independientes surgieron de los cuestionarios ECRA y LSTQ-MS. Los ítems fueron considerados en forma independiente, y cuando un constructo de interés fue evaluado por varios ítems se generaron escalas. Como variables independientes se consideraron las escalas de membrecía escolar y compromiso académico. Todas estas variables se ordenaron en 3 contextos de influencia: individual, familiar y escolar.

En relación a la edad, se utilizó como variable proxy el nivel del curso del alumno, ya que es es un indicador confiable de la edad y fue obtenida para todos los casos a través de los colegios.

La variable dependiente correspondió a la escala de Promoción de Salud de Adolescentes. (Tabla 4). En el modelo 0 se establecieron los OR (95% IC) en forma univariada. En el modelo 1 se consideraron las variables por contexto de influencia en forma separada, para determinar secuencialmente el efecto de las variables del mismo contexto ajustadas entre ellas. Los factores que presentaron una asociación con valores p ≤ 0,2 fueron considerados para el modelo final. Este último incluyó todos los factores asociados en los tres contextos de influencia, y se consideró un nivel de significación correspondiente al p ≤ 0,05.

Todos los análisis se realizaron en STATA 12.01.

Consideraciones éticas

El estudio fue aprobado por el comité de ética de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los participantes requirieron el consentimiento escrito de parte de sus padres y el asentimiento de ellos. Toda la información fue manejada con estricta confidencialidad y los colegios participantes fueron informados de los resultados a nivel colectivo.

Resultados

Descriptivos generales

La muestra correspondió a 1.465 alumnos, distribuidos equitativamente en los cuatro niveles escolares estudiados en siete colegios de la ciudad de San Felipe. Es necesario mencionar que la no participación de dos colegios de NSE Alto hizo que el número de alumnos elegidos para este segmento fuera menor (Alto, Matrícula = 391; Medio, Matrícula = 834; Bajo, Matrícula = 883). Por otro lado, al momento de calcular la participación de los alumnos, los del NSE Alto fueron los que más consintieron: 82,4%; Medio: 53,5%; y Bajo, 78,9%. Dentro de los participantes 45,1% fueron mujeres y 64,8% declaró vivir con ambos padres. La mayoría de los alumnos dijeron ser católicos (77,4%). Cerca de 27% de los alumnos refrió que su padre y madre han cursado estudios después de la enseñanza media. El 74% de los alumnos refrió que su padre trabaja tiempo completo, y 56,5% lo dijo de su madre (Tabla 2).

 

Tabla 2. Descriptivos generales del total de la muestra y por niveles socio-económicos (Bajo, Medio y Alto)
 

 

Según NSE (Tabla 2), se observan ciertas diferencias en la muestra. En el NSE bajo encontramos que 60,1% de alumnos viven con ambos padres, que 14,6% de los padres y 13,2% de las madres alcanzaron estudios más allá de la enseñanza media. Además, en esta categoría encontramos el mayor porcentaje de madres que trabaja a tiempo completo (54,0%). En relación a las conductas promotoras de salud, 64,5% de los alumnos del NSE alto, estaban por sobre el promedio, estimador que fue sólo de 52,6% en el NSE bajo.

Factores asociados a conductas promotoras de salud

En un análisis inicial univariado, a mayor nivel de curso disminuyó el porcentaje de alumnos con conductas promotoras de salud por sobre el promedio (Tabla 3) (5º Básico: 62,3% versus 8º Básico: 46,7%, p = 0,001). Además, las mujeres y los alumnos que perciben tener mejor estado de salud, tuvieron niveles más altos de conductas promotoras de salud (Tabla 3).

 

Tabla 3. Distribución de conductas promotoras de salud, por sobre (Alto) y por debajo (Bajo) del promedio de la muestra
 

En los análisis de regresión logística, en el modelo univariado (modelo 0), se observan varios factores que se asocian a tener conductas promotoras de salud por sobre el promedio de la muestra (Tabla 4). En el estudio multivariado, modelo final, a nivel personal resultaron positivamente asociadas las variables de rendimiento académico (OR = 1,18; 95% IC 1,01-1,38), percepción del estado de salud (OR = 1,44; 95% IC: 1,07-1,95) y conformidad con la apariencia física (OR = 1,39; 95% CI: 1,00-1,92). En el contexto familiar no hubo variables asociadas. Finalmente, las variables membrecía escolar (OR = 1,05; 95% IC: 1,03-1,07) y compromiso académico (OR = 1,27; 95% IC: 1,18-1,35), resultaron positivamente asociadas a conductas promotoras de salud en el contexto escolar (Tabla 4).

 

Tabla 4. Resultados de la asociación de factores personales, familiares y escolares y el tener conductas promotoras de salud por sobre el promedio usando modelos de regresión logística
 

 

Discusión

Según nuestra información, éste es el primer estudio en Chile que evalúa la frecuencia de conductas promotoras de salud en la población escolar adolescente entre 5º y 8º Básicos y sus factores asociados. Encontramos que los alumnos con mayor frecuencia de conductas promotoras de salud fueron aquellos con un mejor rendimiento y compromiso académico, mejor percepción de su estado de salud y conformidad con su apariencia física y mayor sentido de pertenencia al colegio.

Inicialmente parecía haber una relación con el nivel del curso, el sexo y otros factores medidos (modelo 0); sin embargo, esto cambia cuando las distintas variables se van ajustando con otras del mismo contexto (modelo 1) o de otros contextos (modelo final). Muchas de las asociaciones encontradas inicialmente probablemente se debían al efecto confundente de otras variables.

Sin embargo, a nivel personal, parece claro que los estudiantes que presentaron mayores frecuencias de conductas promotoras de salud fueron aquellos que tuvieron: (i) una mejor percepción de su estado de salud; (ii) una mayor conformidad con su apariencia física; y (iii) mejores notas. El Modelo Promotor de Salud de Pender3 plantea que uno de los determinantes individuales del desarrollo de conductas promotoras de salud es el estado de salud percibido, lo que es congruente con nuestros resultados25. Otro estudio realizado en Chile en población general de 15 a 65 años, también encontró esta misma asociación26. Sin embargo, García et al, estudiando el efecto de esta variable en el desarrollo de actividad física, encontró resultados negativos en una población similar a la de nuestro estudio27 y diferencias entre géneros sobre el desarrollo de estas conductas; algo que nosotros no encontramos. Esto se podría explicar por diferencias culturales, lo que da aun mayor relevancia a nuestro estudio, estableciendo la necesidad de evaluar estas variables y su desarrollo en población chilena. Por otro lado, la variable "conformidad con apariencia física" podría ser considerada como una variable proxy de autoestima, factor importante al momento de considerar los determinantes del desarrollo de conductas promotoras de salud según Pender, y realzando la importancia del efecto de los niveles de autestima y autoeficacia planteado por algunos autores25,26. Finalmente, en relación al rendimiento académico, nos parece plausible que alumnos con mejores notas tengan, a su vez, una mayor capacidad de auto-regulación que les ayudaría a desarrollar conductas promotoras de salud, las que requieren esfuerzo28.

A nivel familiar, no encontramos variables asociadas. Es llamativo que variables como la educación de los padres no hayan tenido una influencia.

A nivel escolar, se encontraron claramente asociados a la presencia de conductas promotoras de salud: i) membrecía escolar y ii) compromiso académico. Por un lado, un alto nivel de pertenencia al colegio puede estar mostrando que los alumnos adhieren a políticas generales de cuidado en salud, las que encontramos generalmente en los establecimientos educacionales. Por otro lado, la asociación con el compromiso académico es concordante con lo encontrado en relación al rendimiento académico. Estos factores escolares parecen muy relevantes si consideramos que se ha demostrado la eficacia de intervenciones tendientes a mejorar el involucramiento de alumnos con el colegio en la prevención de conductas de riesgo11.

Una limitación importante de este trabajo se refiere al hecho que estemos ante un estudio transversal, por lo que asociaciones causales son difíciles de inferir. Otra de las limitaciones se refiere a que otras variables no medidas pudieran ser determinantes de estas conductas. Por ejemplo, no se midieron conductas promotoras de salud en los padres ni de los profesores, las que, a través de un aprendizaje por modelamiento, pudieran influir en las conductas de los alumnos. Además, no se puede determinar con precisión los factores mediadores de algunas de las asociaciones encontradas, como es el caso de la asociación con conformidad con la apariencia física, la cual podría ser mediada por la autoestima, pero ésta no fue medida. Adicionalmente, la muestra sólo podría ser representativa de adolescentes entre 5º y 8º Básicos, por lo que no podemos extrapolar estos resultados de distribución y factores asociados a adolescentes mayores. Por otro lado, al ser una muestra acotada y representativa de la zona central de Chile, es posible que hayan diferencias en otras regiones del país, ya que la cultura parece afectar estas conductas17. Sería interesante observar cómo se da en otras regiones del país. Finalmente, algunos de los instrumentos están en la etapa de validación y envío para publicación, por lo que existe aún poca experiencia de su uso en Chile.

A futuro, se debe demostrar que mejorando los niveles de conductas promotoras de salud y manteniéndolos en el tiempo se pueden reducir ECNTs y otras conductas como el consumo de sustancias de abuso, violencia y embarazo adolescente. También planteamos como necesario identificar con mayor certeza qué intervenciones se pueden aplicar para mantener o modificar las conductas promotoras de salud evaluando su efectividad.

Agradecimientos: Agradecemos a todos los participantes de este estudio, en particular a los alumnos, apoderados de los colegios y a los directivos de estos establecimientos. También agradecemos a los ayudantes de investigación, en especial a Cristha Zúñiga alumna de la Escuela de Enfermería de la Universidad Valparaíso, Campus San Felipe.

 

Referencias

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Recibido el 22 de junio de 2013, aceptado el 10 de abril de 2014.

Correspondencia a: Dr. Jorge Gaete.
Monseñor Álvaro del Portillo N º 12455, Las Condes. Chile.
jgaete@uandes.cl
.

Conflictos de Intereses:

Jorge Gaete

Esterbina Olivares

Cristian A. Rojas-Barahona

Nicolás Labbé

Manuel Rengifo

Magdalena Silva

Leticia Lepe

Cynthia Yáñez

Mei-Yen Chen