Grace Aguilar Cedeño, Marta Morera Salas
Con la frase «la última maravilla del siglo», se estrenó el cinematógrafo en París, el 28 de diciembre de 1895. En el sótano del Gran Café (Boulevard des Capucines) se ponía en práctica uno de los adelantos tecnológicos más espectaculares que ha presenciado la humanidad. La vida en movimiento captada por el cinematógrafo llenó de expectación y asombro a quienes tuvieron aquella oportunidad. Pronto la nueva maravilla se difundía por todo el planeta trascendiendo las fronteras geográficas.
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