La migración se puede considerar como un derecho humano y que cualquier persona tiene de poder dejar su país natal, ya sea para mejorar su vida, lograr un trabajo digno que le permita superarse y apoyar a su familia para tener un hogar digno o tranquilidad de contar con un servicio médico que le asegure tratamiento y medicamentos que necesite. Es terrible, pero también las personas pueden querer migrar hacia un país que les pueda ofrecer seguridad. En su país son perseguidos por causa de sus ideas, de su trabajo o de sus posesiones: tierra, animales o negocios. Migran por no querer estar con personas violentas. Migran por los efectos del cambio climático, los huracanes, erupciones, terremotos, plagas o sequias. Estos fenómenos pueden soportarse en una ocasión, pero no una tras otra y así por dos o tres o más años consecutivos. Los desplazados pueden recurrir a esa acción debido a eventos climáticos o a grupos armados que los expulsan de sus pueblos, sin embargo, mantienen la idea de regresar a sus lugares de siempre y por ello permanecen cerca, cruzan las fronteras mientras esperan que la zona donde habitan se pacifique. Los migrantes en cambio buscan moverse hacia un país para intentar ponerse a salvo. Pero para lograrlo requieren avanzar por otros países limítrofes con el suyo, padeciendo hambre, cansancio, sed, malos tratos, violencia y un sinfín de injusticias. Llegando a la frontera del país deben esperar un tiempo indeterminado para saber si son o no aceptados. De ahí que la migración se convierta en un reto común para el país expulsor, el de tránsito y el de destino. La propuesta que se hace aquí consta de dos partes: 1) otorgar un documento de tránsito que sea avalado por el país de tránsito así como el país receptor, el que se integraría un seguro de servicios médicos para tener acceso a los servicios de salud, y con el que tendría la certeza de ser aceptado en el país destino; y 2) una representación del país destino, en uno de los países de mayor migración, es decir, una especie de viceconsulado que solo atendería solicitudes migrantes, y a su ingreso el migrante estaría bajo la protección del país destino. De esta manera se tendría una migración más humana, ordenada y programada.
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