La reconstrucción esperanzadora del mañana: Análisis al rol de las universidades en el decenio de las Naciones Unidas sobre la restauración de los ecosistemas

• Arturo Curiel Ballesteros ^[1]
  1. [1] Universidad de Guadalajara

     Universidad de Guadalajara

     México

     
• Localización: Revolución en la formación y la capacitación para el siglo XXI. Volúmenes I y II / Edgar Serna M. (ed. lit.), Vol. 1, 2021 (Revolución en la formación y la capacitación para el siglo XXI Vol. I), ISBN 978-958-53278-7-0, págs. 115-130
• Idioma: español
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• Resumen

  • La población humana en el siglo XXI se ha constituido como una comunidad global, testigo de cambios en los sistemas vitales del planeta con una velocidad sin precedentes, que tiene como fuerzas impulsoras los cambios de usos del suelo y tipo de consumo, donde la racionalidad no ha sido convivir con otros organismos, sino subordinarlos o desplazarlos, llegando de manera frecuente a una construcción de desastres, y no solo de bienestar. Los esfuerzos mundiales del sistema de las Naciones Unidas por conservar la vida en el planeta han sido constantes en los últimos 50 años, buscando orientar una solidaridad para con las generaciones futuras a las que se les tiene que dar las mismas oportunidades de desarrollo que tuvieron las generaciones del siglo XX, reconociendo a los académicos y a la comunidad universitaria como uno del grandes grupos de la sociedad global que deben tomar un liderazgo en la actuación para cambiar el destino de desastre. Como parte de esos esfuerzos, en 2021 se inició un decenio para la restauración de los ecosistemas, reconociendo que los ecosistemas pueden tener la capacidad de auto-regenerarse, y lo que se requiere es reducir las presiones a las que son sometidos por el desarrollo vigente. En este trabajo se reconoce que lo primero que hay que restaurar es el ecosistema urbano, para dar viabilidad a la restauración de los otros ecosistemas. Esto es sin duda el reto más grande planteado a nivel global, y las universidades tienen que hacer una reflexión sobre cuánto abonan hoy para alimentar una racionalidad vinculada al desastre, y cuánto tendrían que hacer para cambiar el modelo de ciudad expansiva, no solo a partir de generar nuevos modelos urbanos, sino de comportamientos y estilos de vida desde el fomento creativo de valores político-sociales, ecológicos, culturales-intelectuales y morales.