Javier Fidalgo, Ana Barros, Ana Casas
La piel se ve afectada por diversos factores que dan lugar al proceso de su envejecimiento, factores extrínsecos y factores intrínsecos. Los factores intrínsecos son aquellos procesos fisiológicos que escapan a nuestro control y que inexorablemente van a terminar por ocurrir, tales como la producción de Especies Reactivas del Oxígeno (ROS).
Dentro de los factores extrínsecos encontramos la radiación ultravioleta (UV), la cual promueve el envejecimiento de la piel debido al aumento de especies reactivas del oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) las cuales favorecen la degradación de la piel y la aparición de manifestaciones del envejecimiento. Por otro lado, una causa del envejecimiento es la reacción no enzimática denominada glicación. Esta reacción conduce a la formación de productos finales de glicación avanzada (AGE), que pueden degradar la matriz extracelular (ECM) y también generar ROS que provocan daños graves en la piel. Las mitocondrias y su metabolismo, a su vez, a lo largo del tiempo también contribuyen a la formación de ROS afectando aún más la integridad de la piel. Finalmente, en conjunto, la radiación UV, las mitocondrias y la glicación de proteínas en su conjunto son factores importantes que contribuyen al envejecimiento de la piel de forma considerable
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