En el siglo XVI queda establecida la iconografía de los cuatro continentes, que en los dos siglos posteriores sirven de inspiración para numerosos programas iconográficos. En el siglo XIX el academicismo vuelve a poner de moda estos modelos, que son imitados con algunas variaciones por artistas como el chileno Virginio Arias (1855-1941), que estudia y trabaja a finales del siglo XIX en París, donde realiza varias réplicas de los cuatro continentes, que hoy se encuentran en varios jardines españoles y americanos.
Posiblemente Arias se inspiró directamente en obras francesas del siglo XVIII para sus esculturas de los cuatro continentes, muchas de las cuales eran consideradas anónimas hasta este momento.
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