El descubrimiento del Nuevo Mundo y de nuevas rutas hacia Oriente en el siglo XVI dio lugar a una creciente curiosidad por la geografía, los paisajes y las costumbres de diversos países y culturas. Muchos artistas y viajeros tratarían de conocer y retener en la memoria ciudades muy distintas dibujando su entorno y sus perfiles más destacados. Al mismo tiempo surgió una notoria oferta de libros y grabados ligados al desarrollo de la imprenta y al arte de grabar sobre planchas de metal. Por entonces se elaboraron y difundieron imágenes cruciales en la historia de la cultura europea.
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