E. Donat Aliaga, Isabel Polanco Allué, Carmen Ribes Koninckx
Los trastornos que actualmente se consideran relacionados con el gluten son la enfermedad celíaca, la alergia al trigo IgE mediada y la sensibilidad al gluten no celíaca. La forma de llegar al diagnóstico y la repercusión de una dieta más o menos estricta difiere entre las tres entidades. La EC se define como una intolerancia permanente a la prolamina del gluten, así como a las proteínas análogas del centeno y de la cebada. El consumo de estas proteínas conduce, en individuos con una cierta predisposición genética (HLA DQ2, HLA DQ8), a una combinación variable de síntomas, enteropatía y marcadores serológicos positivos, según la más reciente definición de la ESPGHAN. Estudios de despistaje en población general establecen prevalencias en torno a 1:100. Las formas clínicas sintomáticas representan tan solo la punta del iceberg, cuya base incluiría formas con escasa expresividad clínica, así como silentes. La disponibilidad de marcadores serológicos de alta eficacia, especialmente los anticuerpos anti-transglutaminasa tisular y antiendomiso, los convierte en el primer escalón diagnóstico, la realización del estudio histológico de la mucosa intestinal, que de acuerdo con las recomendaciones ESPGHAN 2020 podría obviarse en situaciones clínicas concretas. A pesar de las líneas de investigación en desarrollo en el momento actual, el único tratamiento eficaz y seguro es la realización de una dieta exenta de gluten estricta y de por vida.
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