San Cristóbal de La Laguna, España
Las regurgitaciones o reflujo gastroesofágico (RGE), constituyen un motiva frecuente de consulta médica en los lactantes (50%), la mayoría de las veces sin repercusiones clínicas, situaciones que no suelen requerir pruebas complementarias ni diagnósticas ni tratamiento farmacológico. Por el contrario, en muchas menos ocasiones, la intensidad o frecuencia de las mismas, pueden dañar el esófago y/d afectar el estado general del niño, constituyendo la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que si justifica la actuación diagnóstico-terapéutica del médico para evitar complicaciones.
El retraso pondo-estatural, el rechazo del alimento, la irritabilidad y trastornos del sueño, la disfagía, la hemorragia digestiva como manifestaciones digestivas; el asma, neumonías recurrentes, el estridor laríngeo, las apneas, como manifestaciones respiratorias; u otras como tortícolis o posturas distónicas, etc., pueden corresponderse con una ERGE.
Entre las diferentes pruebas complementarias empleadas para precisar su diagnóstico (tránsito gastroesofágico radiológico, ecografía, manometría, gammagrafía) han adquirido un importante papel por su fiabilidad los estudios de monitorización de pH-métría esofágica, de endoscopia digestiva alta con obtención de biopsias y, recientemente, la impedancia esofágica.
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