Richard Gagnon, Giberto Lacerda Santos
Enseñar significa comúnmente enseñar a personas con más o menos experiencia, dotadas de estilos de aprendizaje más bien definidos. Pero, ¿cómo lograrlo concretamente? Hay muchas maneras de caracterizar los estilos de aprendizaje y, probablemente, el maestro es capaz de seleccionar una clasificación que le convenga, que tenga sentido a sus ojos y que sepa interpretar. Pero también los alumnos de una misma clase generalmente tienen estilos de aprendizaje muy diferentes, no sólo distintos en sus características sino también claramente opuestos, que requieren estrategias pedagógicas diferentes, e incluso contradictorias. ¿Es posible adaptar las fórmulas de enseñanza habituales a esta heterogeneidad? En este texto, discutimos e ilustramos hasta qué punto es posible adaptar formulas pedagógicas, dentro de las más comunes, a cada estilo de aprendizaje para alcanzar mejor a los alumnos en su diversidad.
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