Sin Estado de Derecho no hay democracia ni convivencia pacífica ni derechos y libertades. Pero las amenazas al Estado de Derecho están ahí. Por eso hay que respetarlo, protegerlo y fortalecerlo, y uno de los mecanismos indispensables es reforzar la imagen de independencia del CGPJ y, en última instancia, la confianza de los ciudadanos en la Justicia, para lo cual es preciso que los vocales judiciales sean elegidos por los jueces, como la Asociación Profesional de la Magistratura viene reclamando desde 1985.
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