El movimiento y activismo feminista decolonial queer, no exento de dilemas, dinamita incluso los análisis más críticos y comprometidos sobre sexo, sexualidades y género. Emergiendo, así, lugares inauditos de libertad que impiden acomodar las posturas/posiciones feministas/sexuales/... en cualquier esencialismo, ni que sea estratégico, teórico o experiencial.
He hecho autostop, me violaron, y después volví a hacer autostop. (...) Durante años estuve a millones de kilómetros del feminismo, no por falta de solidaridad o de conciencia, sino porque durante mucho tiempo, ser del sexo femenino no me impedía hacer gran cosa. La violación es un programa político preciso: esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio del poder. Porque desde el momento en que se llama a una violación, violación, todo el sistema de vigilancia de las mujeres se pone en marcha. Virginie Despentes (VD).
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