El Ministerio de Justicia ha elaborado una propuesta de nuevo Código Procesal Penal, en el que se produce un vuelco muy importante en la instrucción de los procedimientos penales, atribuyéndose la dirección de la investigación al Ministerio Fiscal. Este cambio sustancial del papel del Ministerio Fiscal, sustituyendo buena parte de las antiguas funciones del Juez de Instrucción, tiene sus defensores y sus detractores pero, en cualquier caso, plantea importantes dudas. Asuntos recientes en los que se han visto involucrados algunos notarios, como el caso “Ballena Blanca”, no han hecho más que poner crudamente de relieve los riesgos y los peligros de una instrucción “politizada” o “mediática”. Por ello, los cambios proyectados sólo podrán ser aceptados como una “mejora” o “modernización” de nuestro arcaico procedimiento en cuanto conlleven el alejamiento de cualquier sombra de intrusión política o de obediencia jerárquica en los encargados de las instrucciones.
The Spanish Ministry of Justice has drawn up a proposal for a new Code of Criminal Procedure in which criminal pre-trial proceedings have been drastically altered, with the Public Prosecutor’s Office being now in charge of the investigation. This major change in the role of the Public Prosecutor, assuming a big part of the examining magistrate’s old tasks, has its supporters and its critics but is nevertheless going to give rise to serious questions. Recent cases involving public notaries, such as the case “Ballena Blanca”, have starkly highlighted the risks and hazards of “politicized” or “deeply media-influenced” pre-trial proceedings. The intended changes must therefore be taken as an “improvement” or “modernisation” of our archaic proceedings if they mean banishing any suspicion of political interference or obedience due to superiors among pre-trial investigations officers.
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