Se exponen y analizan los componentes y el rendimiento filosófico que posee la conciencia en el pensamiento de Jean-Paul Sartre. Ésta se describe como puesta en el mundo (ex-tética), que adquiere significado cuando es pensada desde su despliegue temporal e imaginativo. De este modo, se muestra que la constitución más íntima de la realidad, según este filósofo, es la libertad de crear posibilidades, pensando lo no pensado. Dicho de otro modo, el centro de la existencia humana es la posibilidad de imaginar nuevos escenarios de realidad.
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