CONCLUSIONES DE FAO SOBRE COMO ALIMENTAR A UN MUNDO DE 9.100 MILLONES DE PERSONAS EN 2050


Autora: Mª Begoña Peris Martínez, Ingeniero Agrónomo por la UPV, Master en Procesos Contaminantes y Defensa del Medio Ambiente por la UPM.

En 2050, 9.100 millones de personas habitarán la Tierra (34% más que en la actualidad) y casi todo este aumento en los países en desarrollo.

Para entonces, se habrá producido una mayor migración desde las zonas rurales a las urbanas, estimándose que el 70% de la población vivirá en las segundas (un 20% más que en la actualidad)

Para lograr alimentar a un mundo poblado por 9.100 millones de personas, la producción de alimentos (que no de cultivos destinados a BIOCOMBUSTIBLES , cuyo informe de FAO señala “entraña riesgos”), deberá aumentar un 70%.

En los países en desarrollo, el 80 % del incremento de la producción de alimentos requerido, procederá del aumento del rendimiento de los cultivos, en tanto que tan sólo el 20 % procederá de la expansión de las tierras cultivables

Pero ¿cuánta superficie más habrá que destinar al cultivo para lograr este objetivo?

En realidad, la FAO estima que la superficie cultivable debe aumentar unos 70 millones de hectáreas, que supone un 5 % de la actual destinada al cultivo.

En los países en desarrollo quedará contrarrestado el aumento de 120 millones de hectáreas (12 %) por la disminución de 50 millones de hectáreas (8 %) en los países desarrollados.

La mayor parte del aumento en los países en desarrollo, tendrá lugar en el África subsahariana y América Latina.

¿Habrá suficientes recursos para obtener la producción de alimentos?

En principio, dice FAO, si los hay. No obstante, la situación será básicamente la siguiente:

Gran parte de las tierras aptas para el cultivo y que aun no están explotadas, se ubican en países de América Latina y del África subsahariana, muchas potencialmente aptas para unos pocos cultivos que no coinciden con los de mayor demanda. Además, (según cita FAO en su documento “La agricultura mundial en la perspectiva del año 2050”), una parte de esa tierra está cubierta de bosques, protegida o sujeta a la expansión de los asentamientos urbanos.

Cereales, necesidad de aumentar su producción.

La producción de cereales deberá aumentar unos 1000 millones de toneladas (hasta alcanzar los 3000) y la producción de carne 200 millones de toneladas, con el fin de alcanzar 470 millones.

Uno de los punto más delicados, junto con el calentamiento y los biocombustibles, lo encontramos precisamente en la producción de cereales. FAO recuerda que es necesario cambiar la tendencia de disminución de producción de cereales, se debe fomentar su cultivo para que algunas zonas (Cercano Oriente y África del Norte) no dependan tanto de su importación. América Latina y el Caribe, (actualmente un área con déficit neta de cereales), podría llegar a ser totalmente autosuficiente en 2050.

Por otra parte, se deberá luchar por alcanzar un precio más justo de comercio, sin olvidar facilitar la exportación en los países en desarrollo, si se desea tener un mundo con menor desigualdad.

Sobre biocombustibles y calentamiento.

El sector agrícola es responsable del 14% de emisiones de gases efecto invernadero

En cuanto a los biocombustibles, este es un tema realmente espinoso. Según FAO, dedicar cultivos a la producción de biocombustibles no es una opción exenta de riesgos.

Recuerda que la producción de biocombustibles a partir de productos agrícolas se multiplicó por tres desde el año 2000 al 2008.( En 2007-08 la cantidad total de cereales secundarios utilizados en la producción de etanol alcanzó los 110 millones de toneladas, alrededor de un 10 % de la producción mundial).

Hace unos años, se consideraba que destinar áreas de cultivo a la producción de biocombustibles traía consigo grandes beneficios en la lucha contra el cambio climático, al considerar que los biocombustibles emiten menor cantidad de gases efecto invernadero que los combustibles fósiles. No obstante, según cita FAO en su informe “Desafíos en relación con la alimentación y la agricultura planteados por el cambio climático y la bioenergía”, existían otros factores no tenidos en cuenta a la hora de calcular el balance neto, como “los métodos empleados para producir el cultivo y elaborar el biocombustible, emisión en el transporte del biocombustible hasta su punto de consumo y durante su mismo uso ”.

En función del método empleado en la producción del biocombustible, estudios de la FAO revelaron que podía generarse más gases efecto invernadero que los emitidos por los combustibles fósiles. Un ejemplo, la utilización de fertilizantes nitrogenados en la producción del cultivo, éstos fertilizantes nitrogenados contribuyen a la emisión de óxido nitroso que posee un potencial equivalente a 300 veces el del CO2.

A la hora de calcular el balance total, tampoco incluyeron la emisión en la producción de las materias primas utilizadas (como fertilizantes, plaguicidas), la emisión del combustible utilizado en el transporte del biocombustible al punto de consumo, y la emisión con el mismo uso del biocombustible.

Sin olvidar que destinar tierras de cultivo a la producción de biocombustibles, implica perder en biodiversidad , y que en el cambio de uso del terreno se puede generar CO2 (el carbono almacenado en los bosques o pastizales se libera del suelo durante la conversión de la tierra para la producción del cultivo).

A esto, habría que añadir un factor aun más preocupante. El aumento del uso de los cultivos a la producción de biocombustibles y no a la alimentación, podría tener graves implicaciones. FAO calcula que de seguir la misma tendencia en la producción de biocombustibles hasta el año 2050, el nº de niños en edad preescolar subnutridos en África y Asia meridional aumentará de forma importante.

Estos puntos, hacen necesario revisar las políticas que promueven el uso de los biocombustibles derivados de los alimentos

Cambio climático y Agricultura

A corto plazo, se prevé que aumentará la frecuencia de fenómenos extremos como sequías, olas de calor, inundaciones y temporales.

FAO recuerda que es necesario que el calentamiento no supere los 2ºC a fin de evitar efectos sumamente peligrosos del cambio climático y para alcanzar este objetivo es preciso reducir a la mitad (para 2050) el nivel de emisiones de CO2 registrado en 1990.

Respecto a la agricultura señala: “se prevé que el cambio climático afectará de muchas formas (en ocasiones positivas) a los sistemas agrícolas y forestales, debido al aumento de la temperatura, el incremento de la concentración de dióxido de carbono (CO2), los cambios de las precipitaciones y la intensificación de la presión derivada de las malas hierbas, las plagas y las enfermedades”1.

Así mismo, destaca que” todas las evaluaciones cuantitativas actuales indican que el cambio climático afectará adversamente a la seguridad alimentaria en los países en desarrollo, especialmente en África...

Los cambios en la composición de la atmósfera podrían tener como resultado aumentos de los rendimientos de los cultivos, a consecuencia de la fertilización con CO2 y el incremento de la eficiencia del uso del agua, pero podrían causar también un aumento de la contaminación”.

En este sentido, los estudios parecen revelar que los efectos negativos totales del cambio climático sobre la producción agrícola africana hasta 2080-2100 podrían situarse en el 15-30 %. La agricultura, máxime en esta zona, se verá obligada a adaptarse al cambio climático

Necesidades para el logro:

Hasta este momento, ha quedado clara la necesidad de aumentar el 70% en la producción de alimentos, intentar cambiar la tendencia en el cultivo de cereales, replantearse las políticas que fomentaban destinar cultivos en países en desarrollo a biocombustibles y necesidad de adaptación de la agricultura al cambio climático. Pero la pregunta clave es si es posible lograrlo y en ese caso “¿cómo?”

La FAO destaca que para obtener la producción agrícola requerida y que ésta venga unida a seguridad alimentaria, se requiere:

1-inversión.

Se calcula que la inversión neta anual para cubrir la producción de alimentos en países en desarrollo debe alcanzar los 83000 millones de dolares (un 50% más de la inversiones realizadas en la actualidad), y que pueden ser públicas y privadas.

Para lograr la inversión pública, será imprescindible una revisión de los presupuestos, considerando el problema de la alimentación y para lograr la inversión del ámbito privado, se hace necesario fomentar políticas que animen a invertir en agricultura. Vital pues políticas que favorezcan la PRODUCCIÓN AGRÍCOLA e inversión en investigación agrícola (I+D)

2-Garantizar el acceso de los pequeños agricultores a la nuevas tecnologías.

3-Incentivos adecuados para utilizar menos agua.

4-Revisión de políticas que fomentaban el cultivo destinado a biocombustibles.

5-Fomento de nuevas técnicas y adaptación al cambio climático.

6-Voluntad política.

La FAO concluye que “el mundo cuenta con los recursos y la tecnología necesarios para erradicar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo, a pesar de los múltiples desafíos y riesgos que existen. Habrá que movilizar la voluntad política y crear las instituciones necesarias para garantizar que las decisiones clave sobre las inversiones y las políticas para erradicar el hambre se toman y se ponen en práctica de manera eficaz. Ahora es el momento de actuar.”

Los puntos propuestos por la FAO nos hacer recordar, entre otros, los siguiente aspectos:

-la importancia de las cooperativas o asociaciones de productores. Algo que en países más desarrollados viene practicándose y que fue una de las claves del éxito de la agricultura en Israel, que abordaremos en el siguiente número de la revista.

-la importancia de los Programas de Cooperación Internacional que nos ofrecen experiencias practicas en la producción, seguridad alimentaria y por tanto mejora de la calidad de vida de las zonas más desfavorecidas del planeta. Analizaremos Proyectos existentes en las zonas más fuertemente golpeadas por el calentamiento.

-La escasez del agua es una realidad y por ello su gestión fundamental. Revisaremos los proyectos europeos existentes en materia de agua, (objetivos y destinatarios de los mismos). Entre ellos el proyecto ADIRA al que nos acercamos en el primer número de “Ojeando la Agenda”.

Podemos consultar las ponencias celebradas en: http://www.fao.org/webcast/

No podemos concluir sin mencionar un dato: la existencia de 1000 millones de hambrientos en 2009 (100 millones de personas más que en 2008), lo que equivale a que una de cada seis personas pasan hambre.

Actualmente, una de las zonas más afectadas es Kenia, que sufre el azote de una tremenda sequía de consecuencias muy graves, tensiones por el hambre y la lucha por el escasa agua, unido al precio de los alimentos que se dispara más del 100%….Hay que poner en práctica inmediatamente planes de emergencia.

Por último recordemos que la FAO ha sacado un MAPA INTERACTIVO DEL HAMBRE

http://www.fao.org/hunger/hunger-home/es/


1 FAO- “Desafíos en relación con la alimentación y la agricultura planteados por el cambio climático y la bioenergía” Foro de expertos de Alto Nivel

BIBLIOGRAFÍA:

– FAO “El Estado Mundial de la Agricultura y Alimentación 2008. Biocombustibles: perspectivas, riesgos y oportunidades” .FAO-Foro de Expertos de Alto Nivel.

“La agricultura mundial en la perspectiva del 2050”- http://www.fao.org/fileadmin/templates/wsfs/docs/Issues_papers/Issues_papers_SP/La_agricultura_mundial.pdf

– FAO-Foro de Expertos de Alto Nivel. “Desafíos en relación con la alimentación y la agricultura planteados por el cambio climático y la bioenergía”. http://www.fao.org/fileadmin/templates/wsfs/docs/Issues_papers/Issues_papers_SP/cambio_clim%C3%A1tico_y_la_bioenerg%C3%ADa.pdf