Resumen de El rol del/la trabajador/a social en los procesos de incapacidad legal de las personas diagnosticadas con un trastorno mental
Josep Cazorla Palomo, Belén Parra Ramajo
En las últimas décadas la mayoría de los estados occidentales protegen las capacidades de obrar de las personas diagnosticadas con un trastorno mental mediante la figura de la tutela. Pese a ello, las personas que han sido clasificadas como incapaces , por llevar un diagnóstico, se conciben socialmente sin capacidades para razonar, devienen objetos, alienándolos de su dignidad, del ejercicio de sus derechos y deberes como ciudadanos. Así pues, esta categorización propicia la aparición de la anulación retroactiva de la responsabilidad penal de una persona, que se encuentra supuestamente incapacitada para actuar por sí misma en la esfera jurídica. Igualmente son anuladas de todos los actos de la vida civil, al considerarla incapaz para cuidar de sus intereses; denominándose un representante legal que actúa por ellos. Esta figura legal ha sido y es representada, en muchas ocasiones, por un/a trabajador/a social que trabaja para una fundación privada tutelar. Esto, en si es contradictorio con la concepción de la disciplina del Trabajo Social, precursora del desarrollo de las capacidades y el incremento de la autonomía de las personas, del acceso a los derechos políticos y sociales, de la promoción de la ciudadanía, la participación política de forma activa y, de la creación y/o la restauración de los vínculos sociales. Con la presente comunicación se pretende generar una reflexión sobre si el papel que desarrolla el trabajo social en la protección de los derechos y de la capacidad de obrar es tal, o éste deviene, un mero mecanismo de control del sistema en relación a las personas diagnosticadas con un trastorno mental.
