Los pozos, brocales y abrevaderos de El Toboso representan un patrimonio etnográfico que puede considerarse único en Castilla-La Mancha y posiblemente de España, tanto por su cantidad como por su monumentalidad. Los pozos de los siglos XVI y XVII están distribuidos en el interior de la población, en extramuros y en todo el término municipal, destacando dentro de la fisonomía toboseña, diseminados los pozos de agua, agujeros hendidos en la tierra, cavidades pétreas que buscan un elemento esencial y albergan el maná de la vida. Linternas permanentes para sofocar la sed de la tierra y ser el sostén de la vida humana, agrícola y ganadera; se desarrolla alrededor de ellos una parte de la vida social, económica, cultural, y atractivo para el turismo y el mundo de las Bellas Artes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados