Los científicos advierten que a mediados de este siglo, el aumento de las temperaturas de la Tierra podrían acabar con el hielo ártico estival, lo que habilitaría rutas marítimas y abriría las puertas a la explotación de los recursos en el Gran Norte. Un escenario que podría recrudecer las tensiones políticas y acelerar a su vez el cambio climático
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