Victor Daniel Lanza Fernández, Susana Fernández García, María Pilar Alaejos Gutiérrez
La corrosión por cloruros es la primera causa de deterioro de estructuras costeras de hormigón armado y pretensado. Para cada ambiente de exposición marina definido en la Instrucción EHE-08, se fijan las características que debe cumplir el hormigón para evitar la corrosión:
tipo de cemento a utilizar y su contenido mínimo, relación agua-cemento, recubrimientos y permeabilidad, evaluada a través del ensayo de penetración de agua.
Además, en la Instrucción EHE-08 se introduce el Anejo 9, que permite conocer la vida útil de una estructura a partir de algunas características de diseño (diámetro de la armadura, recubrimiento, contenido de cemento) y un parámetro que engloba la resistencia que el hormigón opone a la penetración de cloruros: el coeficiente de difusión aparente del hormigón.
El coeficiente de difusión aparente depende de la porosidad del hormigón.
Pero también otras propiedades del hormigón están asociadas a esta propiedad y pueden ser determinadas en ensayos de laboratorio.
En esta comunicación se recogen las relaciones obtenidas entre diferentes ensayos físicos de laboratorio de hormigones expuestos a ambiente IIIa y su coeficiente de difusión aparente. Los resultados muestran que el ensayo de penetración de agua es uno de los ensayos que mejores resultados ofrece. Además, este ensayo es el único que la normativa exige, por lo que sus resultados deben estar siempre disponibles.
A continuación se aplica la relación entre ensayos de laboratorio y difusión a un caso real de una estructura portuaria realizada en ambiente IIIa y cuyo hormigón no cumple con las exigencias que le marcaba su ambiente de exposición y que sí fijaba el proyecto. Se ha estimado cómo afectará este incumplimiento a la vida útil de la estructura. Para ello, se ha evaluado en el laboratorio la penetración de agua. Este ensayo se completa con la porosidad abierta (absorción a vacío). Esta caracterización ha permitido obtener el coeficiente de difusión aparente del hormigón en ambiente IIIa, y por tanto, ha permitido estimar la vida útil que tendrá la estructura estudiada, y así plantear si es necesario ejecutar medidas correctoras que garanticen la vida útil que se fijó en proyecto.
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