La nueva biblioteca del barrio barcelonés de Gràcia es el resultado de un análisis meticuloso, aunque en gran medida transgresor, de las relaciones que deben establecerse entre el edificio y su entorno urbano próximo, las exigencias que aquél debe atender y sus propias limitaciones geométricas y dimensionales. El necesario distanciamiento expresivo con relación a la edilicia residencial más próxima, la exigüidad dimensional del solar disponible -que se traduce en una deformación del plano general de la fachada del edificio- y un manifiesto intento de superación de su disposición entre medianeras, son algunos de los recursos abordados a lo largo del proceso de proyecto.
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