La palabra suicidio abarca muchos usos, pero no parece que todos sean legítimos. No interesa ahora el plano de iure (la calificación moral del acto) ni el plano de facto (las estadísticas) sino que el interés está aquí en un momento previo que podríamos llamar de significatione o de interpretatione. La palabra suicidio se emplea en la biología, la etología animal o las neurociencias; y encontramos usos indebidos de la palabra si por suicidio entendemos algo distinto de “quitarse voluntariamente la vida”. Ni la apoptosis celular, ni los casos de supuesto suicidio animal son homologables al suicidio humano. Pero tampoco cabría llamar suicidio a una acción del hombre predeterminada por los niveles de serotonina o una deficiente configuración neuronal. Por el contrario encontramos adscrip-ciones adecuadas de la palabra suicidio en sociología, psicología o psiquiatría, aunque también aquí existen tendencias reduccionistas (posi-tivismo, conductismo) que nos llevan a usos ilegítimos del término. Por último discutimos algunos casos extremos como los suicidios altruistas, ordálicos, etc. Una explicación del suicidio que comienza por asimilarlo con la apoptosis celular, las conductas animales o las sinapsis cerebrales se cierra al nivel propio de lo humano que es el único desde el que se da la comprensión.
The word ‘suicide’ has lots of uses, but it does not seem that always with legitimacy. Both de iure perspective (the moral qualification of the act) and de facto perspective (the statistics) are not interesting here, but the point lays on a previous moment that we could call de signi-ficatione or de interpretatione. The word ‘suicide’ is used in Biology, Ethology or Neurosciences; and we could find improper uses of the word if we understand suicide as something different from ‘taking one's life on propouse’. Neither cellular apoptosis, nor the cases of supposed animal suicide, are equal to human suicide; in the same sense, we can not call suicide a man’s action predetermined by serotonin levels or a deficient neuronal configuration. On the contrary, we find appropriate adscriptions of the word suicide in Sociology, Psychology or Psychiatry; although re-ductionist tendencies like positivism and behaviorism that lead us to illegitimate uses of the term are present as well. Finally, we discuss some extreme cases such as altruistic suicide, ordalic suicide and others. An explanation of the suicide that starts assimilating it with cellular apopto-sis, animal behaviors or cerebral synapses are not enough to explain what happens to human being.
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