ANAS
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ANAS
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MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO DE MÉRIDA
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ANAS
SUMARIO
ALICIA Mª CANTO
Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj
imposible en la inscripción más famosa de Idanha (Portugal) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9-44
MARÍA DEL ROSARIO CASTRO CASTILLO,
ALEJANDRO VALIENTE LOURTAU
Presencia de Domiciano en la Vía de la Plata. Revisión de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45-70
ENRIQUE CERRILLO MARTÍN DE CÁCERES
La Epigrafía latina en los manuscritos de A. F. Forner
71-97
....................................................
FRANCISCO CIDONCHA REDONDO
Las mujeres en el Municipium Flavium Caperense . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99-116
JOSÉ D’ENCARNAÇÃO
Uma pátera envolta em mistério?
117-132
.................................................................................
JONATHAN EDMONDSON, JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES
Las Estelas Funerarias Marmóreas de Augusta Emerita: novedades,
revisiones y apuntes tipológicos, técnicos e iconográficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133-171
JULIO ESTEBAN ORTEGA
Epigrafía romana de Moraleja. Una nueva inscripción de Iuppiter
Solutorius y algunas consideraciones sobre su culto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .173-187
JUAN GARCÍA GONZÁLEZ
Quintus Sertorius pro consule: connotaciones de la magistratura
proconsular afirmada en las glandes inscriptae Sertorianae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189-206
HELENA GIMENO PASCUAL
Nuevas inscripciones de tradición manuscrita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .207-218
HELENA GIMENO PASCUAL, JOSÉ LUIS MORALEJO ÁLVAREZ
Nótula epigráfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .219-221
AMÍLCAR GUERRA
O projecto de investigação em Ammaia e os
seus mais recentes contributos epigráficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .223-245
LUIS-ÁNGEL HIDALGO MARTÍN, JUAN JOSÉ CHAMIZO DE CASTRO
Una posible Mensa Sacra circular dedicada por un soldado
(o varios) de la Legio VII Gemina en Avgvsta Emerita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .247-260
LUIS-ÁNGEL HIDALGO MARTÍN, GILBERTO SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Las inscripciones halladas en el antiguo solar de “Resti” (Mérida) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261-272
ENRIQUE PAREDES MARTÍN
La presencia epigráfica de Hadriano en Lusitania: Ciudad y Territorio
273-295
......................
PATRICK LE ROUX
Colonia Emerita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .297-304
JOSÉ LUIS RAMÍREZ SÁDABA
Inscripciones inéditas, sólo recogidas en ERAE
In honorem de Luis García Iglesias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .305-324
MANUEL SALINAS DE FRÍAS, JUAN JOSÉ PALAO VICENTE
Una posible inscripción bilingüe en latín y lusitano y un dintel funerario
procedentes de San Cristóbal del Monte (Topas, Salamanca) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .325-334
JOSÉ CARLOS SAQUETE
Bellona, una divinidad itálica en la Regio Turgaliensis
335-341
...............................................
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UN ORATORIUM PARA LOS IGAEDITANOS.
MICROEPIGRAFÍA DE UN RELOJ IMPOSIBLE
EN LA INSCRIPCIÓN MÁS FAMOSA
DE IDANHA (PORTUGAL)
AN ORATORIUM FOR THE IGAEDITANS.
MICROEPIGRAPHY OF AN IMPOSSIBLE CLOCK ON THE
MOST FAMOUS INSCRIPTION OF IDANHA (PORTUGAL)
ALICIA Mª CANTO1
Angela Donati in memoriam2
RESUMEN
Se somete a una completa revisión técnica, puramente epigráfica (o más bien
“microepigráfica”), la muy famosa y citada inscripción conocida de siempre como “del
orarium Igaeditanis” o “del reloj de los Igaeditanos”. Se añaden nuevos datos físicos
tras hacerle autopsia en 2016 en Lisboa y en Madrid. El estudio parte de la base de que
un “orarium” (la lectura universalmente aceptada desde 1934) nunca pudo ser un reloj
(porque en latín significa “pañuelo”). Observada con mucho detalle pueden apreciarse
correcciones del lapicida para leer “oratorium”. Se proponen nuevas lecturas e
interpretación a la luz de otros nexos y letras no advertidos hasta ahora, entre ellas una
más normal expresión de la tribus Papiria del donante (PAP), su sorprendente condición
de AV(gur) (sería el primero que conocemos en Lusitania), el epíteto I(ulia) para
Emerita, los cuatro magistrados locales que (pese a lo que muchos vienen creyendo)
están bien presentados en genitivo, o el cognomen correcto de uno de los cónsules del
16 a.C. Se añaden a su muy extenso corpus bibliográfico algunas referencias menos
conocidas o más recientes. El corolario metodológico apunta de nuevo a la conveniencia
de reexaminar a fondo incluso las inscripciones más consensuadas, sospechando de
lecturas o explicaciones difíciles de aceptar en su contexto original, sea éste epigráfico,
lingüístico, arqueológico o cronológico, y aunque estén respaldadas por una muy larga
tradición y unanimidad, como era aquí el caso.
(1) Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid. E-mail: alicia.canto@uam.es. Página
web: http://uam.academia.edu/AliciaMCanto
(2) Cuando estaba terminando estas páginas me llegó la triste noticia del inesperado fallecimiento, el 13 de octubre de
2018, de la estimada colega y eminente epigrafista Profª. Angela Donati, de la Universidad de Bolonia. Fue quizá la mejor
discípula de otro gran maestro, Giancarlo Susini, con cuyo aprecio y amistad me honré. La última reunión pública en la
que Angela participó fue el 20-21 de septiembre, en las jornadas “L’errore in Epigrafia” en la Ambrosiana de Milán. Como
este trabajo trata también sobre errores en Epigrafía, antiguos y modernos, creo que le hubiera gustado leerlo, y por ello lo
dedico a su memoria.
10
ALICIA Mª CANTO
ABSTRACT
The so-renowned and cited inscription known as “of the orarium Igaeditanis” or
“of the clock of the Igaeditans” undergoes a thorough technical revision, purely
epigraphic (or rather “microepigraphic”). New physical data are provided after having
conducted some autopsies in Lisbon and Madrid, in 2016. The study starts from the
base that “orarium” (the reading universally accepted since 1934) could never be a
clock (in Latin orarium can only mean “a handkerchief”); with more detail it is possible
to observe ancient corrections to read “oratorium”. Other new readings and
interpretations are proposed in light of the letters and ligatures which had been
previously unobserved. Among these are a more normal expression (PAP) of the donor’s
tribus Papiria and his surprising condition of AV(gur) (he would be the first we know
in Lusitania), the epithet I(ulia) for Emerita, the four local magistrates, who, despite
widely held belief, are rightly expressed in genitive, or the correct cognomen of one of
the consuls of 16 BC. Some lesser-known or more recent references are added to its
very extensive bibliographical corpus. The methodological corollary points again to
the convenience of thoroughly reexamining even the most consensuated inscriptions,
suspecting of readings or explanations difficult to accept in their original context, be it
epigraphic, linguistic, archaeological or chronological, and even if they are backed up
by a very long scientific tradition and agreement, as was the case here.
PALABRAS CLAVE: Epigrafía latina, microepigrafía, Idanha-a-Velha, Igaedi,
Vetones, Monsanto, orarium, oratorium, Tallius, augur, Emerita, teonimia, IgaedusIgaeda.
KEYWORDS: Latin Epigraphy, microepigraphy, Idanha-a-Velha, Igaedi, Vettones,
Monsanto, orarium, oratorium, Tallius, augur, Emerita, theonyms, Igaedus-Igaeda.
1. La inscripción más famosa de Igaedi, ciudad vetona y sagrada
Durante una ya larga práctica (que pronto llegará al medio siglo) de la apasionante
ciencia epigráfica, con cierta frecuencia en muchas inscripciones romanas resultan
llamativas algunas lecturas e interpretaciones que chocan, parecen curiosas, o hasta
simplemente imposibles y por tanto equivocadas, pero que van quedando como un reto,
para cuando surja una ocasión de volver sobre ellas.
Para mí el tan famoso “reloj de los Igaeditanos” estuvo siempre entre las últimas –las
imposibles–, y este volumen epigráfico felizmente concebido por el MNAR me ha
brindado una ocasión muy idónea para poner por escrito mis impresiones, al tratarse de
la donación de un personaje emeritense (ahora sabremos que el primer augur conocido,
de Mérida y de la provincia de Lusitania), además en una fecha tan antigua como el
año 16 a.C., lo que la convierte en una de las inscripciones más vetustas, si no
“lusitanas”, sí de la Lusitania administrativa3, como lo fue una gran parte del territorio
(3) Sería más antigua, por ejemplo, la del cipo de granito de la propia Mérida con dedicatoria a Julia, la hija de Julio César,
según la lectura y nueva datación que acabo de darle, y que es otro caso de interpretación persistente pero no conforme con
los demás datos (cf. CANTO, Alicia María, “Treinta años de reflexiones sobre la Emerita cesariana: De lo que Dión Casio
nunca dijo, a la alineación astronómica de la ciudad y los auspicia de César”, en Lusitania romana. Del pasado al presente
de la investigación, Actas de la IX Mesa Redonda Internacional de Lusitania (M.A.N., 29-30 septiembre 2016). Museo
Nacional de Arte Romano, Mérida, 2017, argumento nº 10, págs. 361-362 y fig. 6).
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
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de la Vettonia4, prestigiosa regio y etnia muy antiguas5, situándose Igaedi6 en la cuenca
del río Pônsul, y por tanto del Tajo por su derecha –circa Tagum, Vettones, como diría
Plinio el Viejo7– a la cual (aunque tan poco o nada se lea sobre ello8) creo que perteneció
la ciudad, más tarde Egitania, obispado suevo, sede episcopal y ceca visigoda, la hoy
llamada “Idanha-a-Velha”. En un terreno apto para ganado, pastoreo trashumante9, caza
(4) Existen numerosos estudios sobre los Vetones, desde la óptica textual, o desde la arqueológica, pero sobre todo de
autores españoles, que además suelen tomar la actual frontera portuguesa como su frontera. Aquí recordaré apenas cuatro,
donde se puede encontrar más información relacionada: ROLDÁN HERVÁS, José Manuel, “Fuentes Antiguas para el
Estudio de los Vettones”, Zephyrus, XIX-XX (1968-69), págs. 73-106, RUIZ ZAPATERO, Gonzalo y ÁLVAREZSANCHÍS, Jesús R., “Etnicidad y arqueología: tras la identidad de los vettones”, SPAL 11 (2002), págs. 253-275;
ÁLVAREZ-SANCHÍS, Jesús R., Los vettones, Real Academia de la Historia, ser. Bibliotheca Archaeologica Hispana nº 1.
Madrid, 20032 y LÓPEZ JIMÉNEZ, Óscar, “Las fuentes antiguas y la creación literaria de la Vetonia”, Gerión, 22/1
(2004), págs. 201-214.
(5) Hace muchos años ya, en unas páginas que dediqué a este tan interesante pueblo hispano, sugerí que el étnónimo
Vettones “podría tener relación con la misma raíz del griego ἔτος y del latín vetus, es decir ‘los viejos, los antiguos’. Con
esta caracterización podría entenderse mejor el grado de conservación de algunas viejas prácticas indoeuropeas, como la
organización gentilicia” (CANTO, Alicia María, 1995, pág. 155, y vid. infra la nota 23). De su fuerte personalidad hablan
bien sus unidades específicas de caballería dentro del ejército romano, y aún más su individualización, perdurable en el
siglo II, con una nueva provincia Lusitaniae et Vettoniae (es la nueva provincia lo que justifica el nombre de la
correspondiente procuratela ecuestre).
(6) Aunque con la mayor frecuencia se la cita como “Igaedis” (así ENCARNAÇÃO passim, CADIOU, François y
NAVARRO CABALLERO, Milagros, “Les origines d’une présence italienne en Lusitanie”, Origen de la Lusitania
romana (siglos I a.C.-I d.C.), Actas de la VII Mesa Redonda Internacional sobre la Lusitania Romana (Toulouse, 8-9
noviembre 2007), eds. J.-G. Gorges y T. Nogales Basarrate. Toulouse-Mérida, 2010, págs. 253-292; LE ROUX, Patrick,
“La creación romana de Lusitania”, en VV.AA. 2015 (apdo. 2: ‘Una nueva provincia y la medida del tiempo’), págs. 99108 (espec. 102) y fig. 3; REDENTOR, Armando y CARVALHO, Pedro C., “Continuidade e mudança no Norte da
Lusitânia no tempo de Augusto”, Gerión, 35 (2017), nº esp. La Hispania de Augusto, págs. 417-441, en el nuevo proyecto
de excavaciones… etc.) los múltiples ejemplos similares, lusitanos como Baesuri o béticos (Irni, Ituci, Tucci, Baesucci,
Isturgi, Aratispi…), todos haciendo su origónimo en –itanus/a, parecen probar que la civitas Igaeditanorum se llamó
Igaedi. Así aparecía en el famoso mapa de Lusitania de Heinrich KIEPERT (Atlas Antiquus. Zwölf Karten zur Alten
Geschichte. Tab. X: Hispania, Mauretania et Africa. Berlín, 1896), y así también la llama C. CASTILLO (“La
munificencia cívica de un emeritense (AE 1967, 144)”, en Senados municipales y decuriones en el Occidente romano
(coloquio UCO 22-23 marzo 2012), eds. E. Melchor Gil, A.D. Pérez Zurita, y J.F. Rodríguez Neila. Universidad de Sevilla,
ser. Historia y Geografía nº 249, 2013, pág. 295). El nombre está sin duda en relación directa con el dios Igaedus, allí
mismo venerado (AE 1967, 137) junto con su novedosa paredra (surgida del presente estudio): la diosa Igaeda.
(7) NH III.19 y IV.116. Y siempre se olvida dónde ubica el mismo Plinio en época flavia a los lusitanos como pueblo: ab
Ana ad Sacrum Lusitani (NH IV.116).
(8) Entre los poquísimos trabajos que afrontan decididamente la espinosa cuestión de la etnia original de la Civitas
Igaeditanorum prácticamente sólo uno lejano de Blanca GARCÍA FERNÁNDEZ-ALBALAT (“La diosa Erbina, la
soberanía guerrera femenina y los límites entre los igaeditanos y los vetones”, Conimbriga, 32-33 (1993-1994), págs. 383401) llega a la conclusión de que era ciudad de los lusitanos, y que la diosa Erbina I(g)aeda, formando pareja con Igaedus,
marcaría la frontera con los vetones. Para RUIZ ZAPATERO-ÁLVAREZ-SANCHÍS (Op.cit, 2002, pág. 270 y fig. 7),
basándose en los verracos y la cerámica a peine, sería (tácitamente) lusitana, o bien estaría en una “linha de fronteira mais
ou menos difusa”; en el mismo sentido v. por último REDENTOR-CARVALHO, Op.cit. 2017, págs. 418-419. Excepto
M.J. SANTOS (“Lusitanos y Vettones en la Beira Interior portuguesa: La cuestión étnica en la encrucijada de la
arqueología y los textos clásicos”, Lusitanos y Vettones. Los pueblos prerromanos en la actual demarcación Beira BaixaAlto Alentejo-Cáceres, ed. P. J. Sanabria Marcos, Museo de Cáceres, Memorias nº 9. Cáceres, 2009, passim, con
bibliografía anterior), que admite la posibilidad vetona, en general todos los autores tienen a Idanha por ciudad
étnicamente lusitana (aunque la mayoría, curiosamente, no menciona la cuestión).
(9) “As referências escritas à transumância na região, inserem-se em documentos medievais. No Foral da Covilhã (1186),
cujo território estendia-se até ao Tejo, apresenta uma disposição que aparece também nos de Castelo Branco (1213),
Idanha-a-Velha (1229)... O fenómeno da transumância na área da «Cordilheira Central» é certamente um fenómeno
histórico, sócio-económico bastante antigo e que tem sido desvalorizado por parte dos arqueólogos que estudam o
fenómeno da arte rupestre e a ocupação humana desta região” (RIBEIRO, Nuno M. da Conceição, Manifestações de Arte
Rupestre nas bacias hidrográficas dos rios Ceira, Alva e áreas de fronteira com as bacias hidrográficas dos rios Zêzere e
rio Unhais, tesis doctoral en línea, t. I. Universidad de Salamanca, 2014, págs. 211-221 y mapa 5). Los seis inevitables
Clunienses que veo en Idanha (cf. EDCS), habitantes o al menos enterrados allí, creo que son buena prueba de que también
había trashumancia hasta Idanha en época romana, a causa de sus excelentes pastos y la abundancia de buenas aguas. Cf.
GOMEZ-PANTOJA, Joaquín L., “Una tierra de emigrantes”, Villes et territoires dans le bassin du Douro á l’époque
romaine (Actes de la table-ronde internationale, Bordeaux, septembre 2004), coord. M. Navarro Caballero et al. Burdeos–
Santander, 2007, pág. 351 y mapa pág. 353 (Idanha: núms. 42-45bis), con las rutas. Aunque él aquí abre la opción de las
vecinas explotaciones mineras de Penamacor (estaño) y Rosmaninhal (oro), creo que los testimonios medievales de
trashumancia a Idanha serían más indicativos. Aparte, E. W. Haley ya registraba en total en Idanha más de 20 foráneos
(Migration and Economy in Roman Imperial Spain, col. Aurea Saecula. Edicions Universitat de Barcelona, Barcelona,
1991, pág. 55).
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ALICIA Mª CANTO
y algo de cereal y, aunque bien comunicada, la aldea mantiene hoy sólo 79 habitantes,
poco más que como estaba en 1909, cuando F. Alves Pereira, desde 1904 su primer y
muy competente estudioso moderno10, la definió como “escalavrado campo de ruinas”,
y “aldeola humillima e apagada”11. Una razón más para preguntarse por la causa última
de su posterior y más gloriosa historia episcopal y templaria.
Aunque se pueden leer presentaciones algo extremadas sobre el pasado romano de
Idanha-a-Velha, lo cierto es que en época de Augusto Igaedi era sólo una civitas (como
ellos mismos se definen en su conocido homenaje a C. Caesar AE 1961, 246: Civitas
Igaeditanorum) de tantas, y autónoma porque, como tal ciudad peregrina, estaba fuera
del sistema propiamente romano. Probablemente había sido poco tiempo atrás obligada
por los romanos a trasladarse a esa zona tan llana desde su oppidum original12,
quedando por ello sujeta a una reorganización de su territorio (como se ve por sus
varios termini del 4-6 d.C.). No alcanzó el estatus municipal latino menor hasta época
flavia (con la tribu Quirina), y no es citada siquiera por Plinio el Viejo13. Aunque
probablemente haremos bien si tomamos como indicativo de su importancia relativa
el ser el primero de los diez municipios que contribuyeron a la terminación del puente
de Alcántara en época de Trajano (CIL II, 760); y, en el mismo sentido, su gran
contingente epigráfico (que sigue siendo el segundo más numeroso de Portugal, con
más de 280 inscripciones de todo el concelho14), que nos habla de un buen nivel
económico y cultural en su contexto y de una vida interna interesante, en la que
destacan sus numerosos dioses, más indígenas que romanos. Quizá no se pueda ir
mucho más allá en las suposiciones mientras no se excaven sistemáticamente sus
niveles romanos más antiguos15.
Desde 2013 (Lei n.º 11-A/2013, DR, 1.ª série, n.º 19) Idanha-a-Velha constituye
por agregación la “União das freguesias de Monsanto e Idanha-a-Velha”,
dependiendo ambas del Município de Idanha-a-Nova y del Distrito de Castelo
Branco, geográficamente dentro de la llamada “Beira Baixa”, en una zona antigua
(10) Enviado allí por encargo de J. Leite de Vasconcelos, fundador y director del por entonces Museu Etnológico
Português y, como es bien sabido, un gran experto en religiones antiguas. Para los estudios epigráficos de esta época inicial
hay que recordar también a F. Tavares de Proença Junior.
(11) PEREIRA, Félix Alves, “Ruinas de ruinas ou Estudos Igeditanos. I. Elenco de epigraphia lusitano-romana”, O
Arqueólogo Português, XIV (1909), págs. 169-170. Por fortuna hoy su conservación ya se cuida mucho, su nuevo y
modélico “Arquivo Epigráfico”, sucesor del también feliz “Museu Lapidar Igeditano” creado en 1929 por el mecenas local
João dos Reis Leitão Marrocos (cf. infra), es todo un ejemplo a seguir, y la próxima apertura in situ (recién anunciada) de
un “Hotel do Templo”, en la bella y antigua “Casa de Marrocos”, sin duda hará también mucho por el futuro turístico y
económico de “a Velha”.
(12) ¿Acaso el antiguo Monsanto o, mejor, el “Cabeço dos Mouros”? Éste, en la vecina Alcafozes (que dependió hasta
1933 de la freguesía de Idanha-a-Velha) tiene más opciones para la época del Hierro II, y presenta restos de estructuras
defensivas, pero está muy poco estudiado. Es el yacimiento CNS 607 del “Portal do Arqueólogo” de la DGPC (en línea).
(13) Por lo que, siguiendo la costumbre del polígrafo en su NH, un siglo después de nuestra inscripción era aún para él una
ciudad ignobilis (en el sentido pliniano, claro: “no digna de ser recordada por su nombre”).
(14) Vid. SÁ, 2007, que ya daba 272. De las dos bases de datos más consultadas, el EDCS recoge 244 inscripciones y
HEpOL 204, pero en este segundo la diferencia se debe a las atribuciones administrativas y, si se busca por “Idanha-aNova”, ya aparecen 257, mientras que dicha opción no está contemplada en el EDCS. El que en 1956 Idanha con 162
inscripciones superara a Olisipo, por entonces con 148, ya admiró a S. Lambrino (Op.cit., pág. 9). Obviamente, ello tenía
mucho que ver con que Idanha nunca fue devorada por una gran ciudad, ni Lisboa había sido apenas excavada, pero hoy
sigue superando a colonias como Pax Iulia y Scallabi.
(15) Precisamente con dos campañas de verano en 2017 y 2018 se han comenzado nuevas excavaciones, dentro del
llamado “Projeto IGAEDIS - Da Civitas Igaeditanorum à Egitânia”, a cargo de las Universidades de Coimbra y Nova de
Lisboa, coordinadas por P. Carvalho y C. Tente, y auspiciadas por la Câmara Municipal, aunque por el momento sólo
afectan a la muralla (en su mayor parte medieval), habiéndose descubierto hace sólo unos días la Puerta Sur de la misma,
de 3 m de ancho (noticias de prensa).
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
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predominantemente agrícola, ganadera y trashumante16. Pertenece a la preciosa red
actual de doce “Aldeias Históricas de Portugal”, todas ellas en una faja de
poblamiento N-S históricamente fronteriza entre Portugal y España, que ha venido a
revitalizar mediante el turismo una zona que bien lo merecía. Forma parte igualmente
de la “Rota dos Templários”, por haber pertenecido a dicha célebre Orden desde fines
del siglo XII hasta la desaparición de ésta.
Para su moderno conocimiento e interés fueron decisivos los trabajos arqueológicos
desarrollados en ella desde mediados de la década de los 50 del siglo XX y durante
unos quince años, por Fernando de Almeida y Octávio da Veiga Ferreira17. A partir de
los años 90 volvió a surgir cierto interés institucional por su arqueología, como ya dije,
pero últimamente sólo en su época tardía, siendo ya Egitania. Otra muestra es el
“Proyecto IdaVe”, que está generando mucha información basada en nuevas tecnologías
y estudios.
Entre otras razones que podrían aducirse para la atribución étnica de Igaedi a la etnia
vetona18 podríamos citar, por ejemplo 1) la existencia próxima de los tan característicos
verracos al norte (Castelo Mendo, de la misma “red de aldeias” antes citada, con su
conocida “Porta dos Berrões”, o los de Almofala) y al sur (Valencia de Alcántara y
Marvão, más al O de Idanha) de la ciudad19. 2) La extraordinaria similitud de su
antroponimia con la de la Vettonia “clásica”: proliferan en Idanha los Tangini (15),
Tong- (10), Mael- (7), Arcus/-co (7), Camali (6), Bouti (3), Luba- (3), etc., aunque
valdría entre decenas de ejemplos un nombre tan infrecuente como Cuntirus/a20. 3)
(16) Para su carta arqueológica véanse BAPTISTA, Joaquim, “Carta arqueológica da freguesia de Idanha-a-Velha”,
Preservação. Boletim da Associação de Estudos do Alto Tejo, 17. Vila Velha de Ródao, (1998, DL 1999), págs. 5-116; Id.
“Carta arqueológica da região egitaniense. De Francisco Tavares Proença Júnior à atualidade”, coloquio Francisco Tavares
Proença Júnior (1883-1916). Carta Arqueológica do Distrito de Castelo Branco. Contributos para uma Revisão Cem
Anos Dépois, Museu Arqueológico do Carmo, Lisboa, 11-10-2016 (en prensa, con exhaustiva bibliografía), HENRIQUES,
Francisco et al., “Apontamentos sobre a investigação arqueològica no concelho de Idanha-a-Nova”, Açafa On-line.
Associação de Estudos do Alto Tejo, 10 (2015), págs. 247-273 (con los datos más completos), y de nuevo BAPTISTA,
Joaquim, Op.cit. 2016 (y cf. Al-Madán online 21/2, enero 2017, págs. 143-144). Para su etapa como Egitania, sede
episcopal, cf. por último SÁNCHEZ RAMOS, Isabel y MORÍN DE PABLOS, Jorge, Idanha-a-Velha. Portugal. El
episcopio de Egitania en época tardoantigua, Audema. Madrid, 2014, y Idanha-a-Velha. Guía arqueológica. Madrid,
2016; y CORDERO RUIZ, Tomás, “Egitania: ciudad y territorio durante el periodo suevo-visigodo”, Fortificaciones,
poblados y pizarras: La Raya en los inicios del Medievo (catálogo de la exposición 2018-2019). Ayuntamiento de Ciudad
Rodrigo, 2018, págs. 110-120 (con los problemas de identificación real de la (desde Almeida) siempre dada por “sécatedral”: págs. 115-117). Más en general sobre la civitas prerromana y romana, más tarde un municipium Flavium en la
tribus Quirina, como ya dije, v. SÁ, Ana Castilho Marques de, Civitas Igaeditanorum: Os Deuses e os Homens,
Dissertação de mestrado em Arqueologia (Arqueologia Regional) apresentada à Fac. de Letras da Univ. de Coimbra, 2005.
Câmara Municipal de Idanha-a-Nova, 2007.
(17) Cf. HENRIQUES, Francisco et al. Op.cit. 2015, espec. págs. 254-255. Y, como avance y planteamiento de un futuro
estudio más detenido, PROFANO, João, “História das intervenções arqueológicas de D. Fernando de Almeida em Idanhaa-Velha”, en: VV.AA., Idanha-a-Velha. Arqueología No Invasiva. Proyecto IdaVe. Egitania. Idanha-a-Velha. Portugal, eds.
I. Sánchez Ramos y J. Morín de Pablos, Serie Congresos 2. Madrid, Audema, 2017, págs. 41-52.
(18) Aunque no sea el objeto directo del presente trabajo, ver ahora tanta bibliografía sobre la ciudad, en la que se la
considera indiscutiblemente lusitana o ni se menciona la cuestión, me llevó a creer necesaria una breve alusión a este
problema tácito.
(19) Por no mencionar los 28 de Freixo de Espada à Cinta. Sobre todos ellos in extenso v. el detenido catálogo de
ÁLVAREZ-SANCHIS, Op.cit. 20032, núms. 158-162 (Beira Alta), 163 (Beira Baixa) y 292-368 (Trás-os-Montes), con
numerosa bibliografía anterior. Existe ahora en Internet una meritísima página dedicada a los verracos, obra de J. Cuervo,
en la que se pueden documentar con facilidad los más de 400 verracos de distintos tipos ahora conocidos, con cómodos
mapas interactivos donde se pueden comprobar las localizaciones: www.verracos.es
(20) Lo encontramos sólo en Idanha: Doc/quiri / Cun/tiri / f(ilius) h(ic) s(itus) e(st) (HEp 2003-04, 961 = AE 1967, 160),
en Yecla de Yeltes (SA): D(is) M(anibus) s(acrum) / Cunt/ira an(norum) / LXXV (HEp 2003-04, 573), y en Caurium, Coria
(CC): Cuntiru/s Angei/ti f(ilius) an(norum)… (HEp 1994, 230 = HEp 1998, 47). Si se utiliza la antroponimia para
reconocer lenguas o territorios, parece normal aceptarlo todo.
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ALICIA Mª CANTO
Otro buen indicio serían sus 7 inscripciones a Marte, el dios favorito de los Vetones21
y la coincidencia en otros varios, como Arentius/a o Trebaruna22. O 4) la existencia
inmediata de gentilitates23. 5) Pero sobre todo podría citarse –creo que por primera vez
en relación con Idanha y los vetones– una similitud como la que ofrece la para mí
fundamental montaña sagrada próxima, tan significativamente llamada “Monsanto”
(Mons Sanctus), con sus aún poco valoradas manifestaciones rupestres24.
De hecho, me pareció muy feliz idea que en 2013 ambas formaran parte
administrativamente de la misma unión de freguesías, porque probablemente eso es lo
que mejor refleja la seguramente antiquísima conexión entre la montaña e Igaedi25.
Una de las mejores pruebas antiguas de ello, sin embargo, es el hallazgo allí, en
Monsanto, del epígrafe dedicado Munidi Igaeditanae26, porque relaciona directamente
(21) Sobre todo HEp 1990, 771 = AE 1996, 859, por ser dedicación de un liberto del municipio. No he podido consultar el
trabajo específico sobre ellas de ALMEIDA, Fernando de, “Aras inéditas, igeditanas, dedicadas a Marte. Um templo de
Marte em Idanha-a-Velha”, Revista da Facultade de Letras, IIIª sér. nº 6 (1955), págs. 68-78.
(22) Cuatro, en Idanha, Penha Garcia, Lardosa y Sabugal (Cabeço das Fraguas) (ENCARNAÇÃO, José d’ y GUERRA,
Amílcar, “The current state of research on local deities in Portugal”, Celtic Religion across Space and Time (Actas
Workshop F.E.R.C.A.N. IX), ed. J. Alberto Arenas-Esteban. Toledo-Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, 2010, págs. 94-112, pág. 107 y passim), pero también, ambas de Cáceres, en Coria, y la más impresionante en
Cáparra (ya “Augusta”: AE 1967, 197; HEp 2002, 93; HEpOL 20182). Según Olivares Pedreño (Los dioses de la Hispania
céltica, Bibliotheca Archaeologica Hispana, 15–Anejos de Lucentum, VII, Real Academia de la Historia-Universidad de
Alicante. Madrid, 2002, pág. 219) en la Beira Baixa se da la mayor concentración peninsular de teónimos indígenas
supralocales, aunque no los atribuye directamente a los vetones sino a los lusitanos, ya que considera la frontera entre
ambos pueblos, como Álvarez-Sánchís y otros autores, siguiendo más o menos la línea de la actual: pág. 58 y mapa 3.
(23) Como en una de las dos aras de la vecina Alcains (conc. de Castelo Branco) aparecidas en 2008, dedicada a la diosa
Asidia (scil., Polturicea) por la gentilitas Polturiciorum mediante promesa de Polturius, Caenonis f. Cf. ASSUNÇAO et
al. “Duas aras votivas romanas em Alcains”, Revista Portuguesa de Arqueologia, 12/2 (2009), págs. 181-183; HEp 2009,
229; AE 2009, 512; LEITÃO, Manuel de J. Marques, Religião e sociedade no Concelho de Castelo Branco ao tempo dos
romanos, segundo as fontes epigráficas, Diss. Mestrado em Estudos do Património. Universidade Aberta (s.l.), 2015, nº 2,
p. 34 y fig. 10. No creo que sea lo mismo la más reciente de Castelo Branco, también al O de Idanha (HEp 2003/04, 867 =
AE 2003, 862 = AE 2004, 718 = HEpOL 24947), tal como han sido leídas hasta ahora sus lín. 2-3: Boutius Pelli · f(ilius)
h(ic) · s(itus) · e(st) · s(it) · t(ibi) · t(erra) · l(evis) · gent(ilitas) · [Il]/3 aesuriorum [ · f(ecit)] (CURADO, Fernando P.,
“Epigrafia das Beiras (Notas e correcções – 2)”, Ebvrobriga, 5 (2008), pág. 145 y LEITÃO Op.cit., págs. 78-79) o …
genti[s] / Aesuriorum (ENCARNAÇÃO, José d’, “Da ambiguidade e da certeza: uma leitura quase crítica de «A
organização social dos povos do Noroeste e Norte da Península Ibérica nas épocas pré-romana e romana», de Jorge de
Alarcão”, Conimbriga, XLII (2003), pág. 27 e Id. “Emerita e civitas Igaeditanorum: uma relação bem registada na
epigrafia”, Ebvrobriga, 1, primavera-verano (2004), págs. 58-59), ya que, según la leo, no hay GENT ni GENTI, sino
SENTI+ / AESVRIORVM F(ecit) (de la F final se ve bien su mitad superior), siendo Sentis o Sentia (hay 9 Sentius/a en
Lusitania) quien dedica el epitafio, como corresponde además a su mención tras el HSESTTL (por lo que no puede referirse
ya al difunto). Sin embargo, el genitivo plural que acompaña a la dedicante sí creo que de todos modos sugiere su
pertenencia a una gentilidad local (y recuérdese también como paralelo de ese nombre la ciudad lusitana de Baesuri
(parece verse un resto antes de la A, pero no me atrevo a sugerir que sea una B).
(24) Aunque sería irnos demasiado atrás, entiendo que esta zona tiene una vinculación mucho más antigua con áreas del
sur y el oeste peninsulares, si tuviéramos en consideración, por ejemplo, las llamadas “estelas decoradas del SO” del
Bronce Final, de las que hay varios ejemplares en el distrito de Castelo Branco, por ejemplo en Zebros (Idanha-a-Nova), o
en Fundão, ligeramente al NO de Idanha, donde hace poco, en Aldeia Velha (Alto Coa), apareció una de las mayores de
toda la Península Ibérica, con 1,88 m de altura y algunos objetos peculiares. Véase sobre ambas, por ejemplo,
HENRIQUES, Francisco, CHAMBINO, Mário Lobato y CANINAS, João Carlos, “A estela de guerreiro (lusitano) de
Zebros (Idanha-a-Nova)”, Sabucale. Museu Municipal do Sabugal, 4 (2012), págs. 25-44, figs. 1 y 5, pág. 29 y passim, y
VILAÇA, Raquel et al. “Nova peça insculturada da região raiana do Sabugal (Beira Interior, Portugal): uma primeira
abordagem”, Estelas e estatuas-menhires da Pré à Protohistória. Actas IV Jornadas Raianas (Sabugal, 2009), R. Vilaça
coord. Sabugal, Câmara Municipal y Fundação para a Ciência e a Tecnologia, 2011, págs. 343-367, en especial el mapa de
distribución de su Est. 8. Como en el caso de los verracos, existe en Internet una interesante página general sobre ellas,
mantenida desde 2007 por C. González Ledesma, que recoge también las 16 portuguesas: http://www.estelasdecoradas.es/.
(25) Que siguió durante la Edad Media, como muestra la primera donación del rey Alfonso Enríquez a los Templarios en
1165, que incluyó Idanha-a-Velha y Monsanto (Idanha-a-Nova no se puebla hasta 1206).
(26) PEREIRA, Félix Alves, Op.cit. 1909, págs. 176-178, con foto, y por último FERREIRA, Daniela F. de Freitas,
Memória coletiva e formas representativas do (espaço) religioso. O contributo da epigrafia votiva para o entendimento das
manifestações religiosas no contexto de ocupação romana da Beira Interior, Diss. Mestrado. Universidade de Porto, 2012,
pág. 81, entendiéndola correctamente (en la línea de J. d’Encarnação) “como divindade tutelar de âmbito genérico,
adquirindo uma componente local através da adoção de epítetos com referências étnicas ou geográficas”, cf. HEpOL 20135.
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
a una de las divinidades tutelares
igaeditana con la imponente
cumbre (fig. 1). No menos
importante sería la pareja de
dioses soberanos, Igaedus e
Igaeda, que añadiré en otro
momento como novedad27. Los
nombres de estos dos dioses,
precisamente los epónimos de la
Civitas Igaeditanorum, ya nos
orientan por sí solos a ver Igaedi
como una ciudad que se sale de
los cánones habituales, y que en
realidad presenta un carácter
sacral extraordinario. Ello
también podría explicar, no sólo
la posterior e insólita elevación
de un modesto municipio latino
menor, primero a obispado por
los suevos (año 561), y después
a sede episcopal por los visigodos (599 d.C.), sino también
la principal, “oratorium”, de las
nuevas lecturas que haremos en
la inscripción, de la que paso ya
a ocuparme.
15
Fig. 1. En primer término Idanha-a-Velha, y al fondo el macizo
de Monsanto (foto de D. Pavone en Carvalho, 2009, fig. 2). Al
E de él se sitúa Penha Garcia.
2. La inscripción del supuesto “orarium”. Status quaestionis, y lecturas más
aceptadas
Este bloque escrito, aunque bastante modesto tanto de soporte como de tamaño, se
encuentra sin embargo, por la información interna que transmite, entre las 16 piezas de
gran valor histórico y arqueológico catalogadas en Portugal como “Tesoros Nacionales”,
que salieron de forma excepcional del país luso para su exhibición en 2015 y 2016, en
Mérida y Madrid, dentro la exposición “Lusitania Romana. Origen de dos pueblos”28.
En cuanto a su descripción, datos y medidas, por haberlos tomado yo de nuevo
recientemente, como dije, y haber pequeñas variaciones con respecto a lo conocido,
remito infra al apartado 4. de este trabajo.
(27) Tras releer otra inscripción: un ara hallada en el actual término de Idanha-a-Nova, entre ésta y Alcafozes, en la ermita
de Nossa Senhora de Almortão (ya existente en el siglo XIII como Sancta Maria Almorta), hoy conservada en un
domicilio particular de Alcains (ALMEIDA, Fernando de, “Igaedus, divindade lusitana e a Senhora do Almortão”, Revista
da Faculdade de Letras de Lisboa, IIIª sér., nº 8 (1964), págs. 65-73).
(28) Conceptos de la nota de prensa oficial, que fueron recogidos en multitud de medios de prensa españoles. La
exposición, excelente, contó en Lisboa con un servicio pionero de audio con lectura en latín y traducción de las
inscripciones expuestas. La inscripción figura en ambos catálogos, vid. FABIÃO, Carlos y SANTOS, Ana Isabel,
“Inscripción. Idanha-a-Velha, Castelo Branco, Portugal”, en VV.AA. 2015, pág. 127, Id. “39. Inscrição comemorativa da
oferta de un relógio”, en VV.AA., 2016, pág. 116.
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La inscripción cuenta, sólo a partir de 195629, pero mucho más desde 1992 (fecha
de su estudio por R. Étienne), con una cantidad de bibliografía imposible de dar aquí
exhaustivamente, tanto de estudios directos sobre ella (aunque los menos) como de
incontables citas en casi cualquier estudio, monografía o artículo sobre la presencia
romana en Portugal o en Lusitania. Daré pues ahora sólo sus principales referencias en
corpora epigráficos, ampliando algo la muy completa que figura en la base de datos de
nuestro “Archivo Epigráfico de Hispania” (UCM) y su versión digital, HEpOL:
AE 1961, 349; HAE 1063; AE 1967, 144; ILER 2082 y 5846a; HEp 1990, 770; AE
1992, 951; HEp 1995, 989; AE 2006 (sub 36) = HEp 2009, 563; AE 2013 (sub 43); AE
2015 (sub 508); HEpOL 2294330; EDHeidelberg: HD014296; EDCS-13400259; CILNummer EC0007957 FFF 47; TM 243885.
La primera noticia sobre la inscripción, aunque había aparecido en 1905 “entre o
material das muralhas medievais, construidas com destroços romanos”31, fue dada por
el ya citado Félix Alves Pereira tarde, en 1934 y 1935, en sendos trabajos publicados
en Madrid y Lisboa32, y a pesar de que desde comienzos del siglo XX (1904-1909) él
ya había venido publicando inscripciones igaeditanas, sobre todo en O Arqueólogo
Português (órgano científico del museo). Y además lo hace sólo de pasada, pues el
objeto principal de su trabajo es presentar el primer testimonio del dios Arentius33. En
la versión madrileña se limitó al texto que transcribo y que creo curioso a pesar de su
brevedad, porque leyó correctamente el donante como Q. Tallius34, leyó primero AVG,
y no “AVGV”, como harían todos los estudiosos posteriores (aunque el propio Pereira
vaciló al año siguiente35), y propuso que era el regalo de un reloj, subsanando “de oficio”
la evidente incongruencia que ello suponía (y de la que, obviamente, se da cuenta)
añadiendo delante de “orarium” una hache (subrayo en el texto lo indicado):
“Contudo, o monumento epigráfico, certamente mais perentório, é uma pequena
lápide de xisto cinzento, datada do consulado de L. Domitio Aenobarbo e P.
(29) Año en el que coinciden dos importantes estudios que la “lanzan a la fama”, los de Scarlat Lambrino y Fernando de
Almeida. A pesar de ello, como se ve, y siendo conocida desde 1934, tardó aún otro lustro más en alcanzar por fin su
reflejo en la influyente Année Épigraphique de 1961.
(30) Con bibliografía sólo desde 1988, en: http://eda- bea.es/pub/record_card_1.php?refpage=%2Fpub%2Fsearch_
select.php&quicksearch=22943&rec=22943
(31) Se refiere a una época triste de la ciudad, a comienzos del siglo XX, cuando se destruyó sistemáticamente una gran
parte de la muralla medieval para reaprovechar sus materiales en diversas funciones y sitios, sin ser impedido ni incluso
muy criticado. Véase con más detalles sobre ello CRISTÓVÃO, José L. G. As muralhas romanas de Idanha-a-Velha,
Dissertação de mestrado em Arqueologia (Arqueologia Romana). Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra, 2002,
pág. 4.
(32) PEREIRA, Félix Alves, “Hièrologia de um povo da Lusitania (O deus ‘Arentius’)”, Anuario del Cuerpo Facultativo
de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, Homenaje a [José Ramón] Mélida, vol. II. Madrid, MCMXXXIV (1934),
pág. 281, e Id., “Hierologia de um povo da Lusitânia (O Deus ‘Arentius’)”, Memórias da Academia das Ciências de
Lisboa. Classe de Letras, I, MCMXXXV (1935), págs. 442-443 y 448.
(33) Que cuenta, entre él y su paredra Arentia, con seis ejemplares en el territorio de Igaedi, y otros tres en la Extremadura
española. Todas estas divinidades están bien documentadas en OLIVARES PEDREÑO, Juan Carlos, Los dioses de la
Hispania céltica, Bibliotheca Archaeologica Hispana, 15–Anejos de Lucentum, VII, Real Academia de la HistoriaUniversidad de Alicante. Madrid, 2002, cap. 2 “La Beira Baixa”, espec. págs. 27-32 y mapa I. Sobre la pareja Arentius y
Arentia, a los que él considera dioses sanadores, págs. 187 ss.
(34) PEREIRA, Félix Alves, Op.cit. 1934, pág. 281 y nota 5. Esta precedencia ya fue puntualizada por Maria Manuela
Alves Dias en su corchete de revisión a HEp 1995, 989.
(35) PEREIRA, Félix Alves, Op.cit. 1935. En la pág. 442 cita al donante como “Q. Tallius Aug.”, pero en la 448 cambia:
“Os quatro magistrados municipais que, o ano 16 a.C., imperando Augusto, fizeram a aceitação do relógio, certamente
monumental, doado polo cidadão romano Q. Tallius Augu. eram de sangue indígena, da estirpe igeditánica, nos quais
predominava consequentemente a antroponímia céltica (Hübner, Holder)”. Supongo que esto quiere decir que Vasconcelos
y él no coincidían en la lectura, o bien que el mismo Pereira barajaba ambas.
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
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Cornelio Scipione (16 a. C.) e presentemente exposta no “Museu Etnológico do
Dr. Leite de Vasconcelos”. No seu contexto declara que Q. Tallius Aug. faz aos
Igaeditani, com permisso dos seus magistrados municipais36, o dom de um
relógio ((h)orarium); foi encontrada en 1905 entre o material das muralhas
medievais, construidas com destroços romanos, dentro de cujo ámbito se
encerrava a Egitania dos Templários e hoje, a aldeia e freguesia de Idanha-aVelha (5). (5) Foi-me oferecida pelo meu falecido amigo João dos Reís Leitão
Marrocos, generoso doador de numerosas lapides ao referido Museu37, em casa
de quem encontrei sempre a mais obsequiosa e franca hospedagem. Espero
publicá-la brevemente38.”
Pereira entendió ya, pues, que el regalo de Tallius había sido un “relógio, certamente
monumental” (1935, pág. 448), resolviendo la clarísima rareza con el añadido de una h
delante: [h]orarium (en ibid. pág. 442), lo que luego fue generalmente admitido.
Sin embargo, la inscripción no pasó a ser realmente conocida hasta 1956. En ese
año recibe sus dos primeras lecturas completas en estudios de conjunto o propiamente
epigráficos y más detenidos: el de S. Lambrino39, con un dibujo que más adelante se
demostraría influyentísimo (motivo por el cual lo reproduzco aquí: fig. 2) y fotografía40
y el de F. de Almeida en su completo estudio general sobre la antigua Egitânia41. Sin
embargo, no fue recogida por
primera vez en AE hasta cinco
años más tarde: 1961, 349.
A lo largo de tantos años, y
con muy leves diferencias, han
sido tres las lecturas más
aceptadas del epígrafe, que aún se
repiten dependiendo de la
auctoritas que cada autor elija y
siga. Ofrezco estas tres versiones
por ser las que luego fueron muy
repetidas, cada una por muchos y
Fig. 2. Dibujo de la inscripción por S. Lambrino, 1956, pág. 17.
(36) De esta frase se infiere que Alves Pereira entendía el PER de la lín. 2 como per(missu); una idea que nunca fue
aceptada pero que, muchísimos años más tarde, fue propuesta independientemente por C. CASTILLO (“La munificencia
cívica de un emeritense (AE 1967, 144)”, en Senados municipales y decuriones en el Occidente romano (coloquio UCO
22-23 marzo 2012), eds. E. Melchor Gil, A.D. Pérez Zurita, y J.F. Rodríguez Neila. Universidad de Sevilla, ser. Historia y
Geografía nº 249, 2013, pág. 300). No la comparto (entre otras cosas porque no se abreviaría PER, v. infra nota 78), pero
tiene mucha lógica.
(37) Este miembro de la rica familia Marrocos es descrito como “morgado [heredero del mayorazgo] e ilustrado
hacendado”. A través de Pereira la pieza llegó al Museo Etnológico de Vasconcelos en Lisboa, donde aún estaba expuesta
en 1934, aunque más tarde, al comenzar las excavaciones, volvió a Idanha, donde se conservó, primero en el citado
“Museu Lapidar Igeditano” del Chão Espírito Santo (fundado por el hijo del morgado, el también anticuario y
numismático António de Pádua e Silva Leitão Marrocos, 1879-1957), y luego en la Igreja de Santa Maria o Sé-Catedral.
Hoy está en el Arquivo Epigráfico de Idanha-a-Velha o “Núcleo Epigráfico”.
(38) Extrañamente, siendo un epígrafe tan “perentório”, parece que nunca llegó a hacerlo. Los siguientes en publicarla
serían ya F. de Almeida y S. Lambrino, los dos cambiando el nomen del donante por un erróneo pero muy duradero
“Iallius”, y leyendo AVGV, como cognomen o como origónimo (cf. infra).
(39) Eminente arqueólogo y epigrafista rumano (1891-1964), exiliado en Portugal tras la SGM y profesor de la segunda
materia en la Universidad de Lisboa. Doctorado en La Sorbona en 1927, publicó preferentemente en francés.
(40) LAMBRINO, Scarlat, “Les inscriptions latines inédites du Musée Leite de Vasconcelos”, O Arqueólogo Português, n.
s., III (1956), págs. 17-27, dibujo en pág. 17, y foto fig. 4.
(41) Que fue también su Memoria de Licenciatura.
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distintos autores42, aunque la mayoría usando o citando el texto pero sin entrar a
reestudiar la inscripción (y en cuyo detalle se me disculpará no entretenerme43). Las
dos últimas son las que supusieron un esfuerzo por cambiar algo el statu quo; las voy
explicando un poco en cada caso:
(42) Por citar sólo algunos de los trabajos más conocidos o directamente concernidos que he consultado, en orden
alfabético: ABASCAL, José Manuel, “Fasti consulares, fasti locales y horologia en la Epigrafía de Hispania”, Archivo
Español de Arqueología, 75, nº 185-186 (2002), 274 (Iallius); ANDREU PINTADO, Javier, Munificencia pública en la
provincia Lusitania (siglos I-IV d.C.), Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 2004, 205-206 (Iallius); ASSUNÇÃO
et al. “Duas aras votivas romanas em Alcains”, Revista Portuguesa de Arqueologia, 12/2 (2009) (187, Tallius); BONNIN,
J, “Les horologia romana en Hispanie, mobilier, histoire et realitès archéologiques”, Archivo Español de Arqueología, 83
(2010), 185-187 (Iallius, y abundantes comentarios en la línea “hora de Roma”, aunque se vea que es un regalo privado,
como “La remise officielle à la civitas Igaeditanorum d’une horloge ne peut être innocente”… etc.); CARVALHO, Pedro
C., “O forvm dos Igaeditani e os primeiros tempos da civitas Igaeditanorvm (Idanha-a-Velha, Portugal)”, Archivo
Español de Arqueología, 82 (2009), 127 (“Talvez esta inscrição, e o relógio público que atesta (o qual, doravante,
regularia a hora da cidade de acordo com o disposto na capital provincial), estivessem colocados num ‘primitivo
forum’”); CASTILLO, Carmen, “La munificencia cívica de un emeritense (AE 1967, 144)”, en Senados municipales y
decuriones en el Occidente romano (coloquio UCO 22-23 marzo 2012), eds. E. Melchor Gil, A.D. Pérez Zurita, y J.F.
Rodríguez Neila. Universidad de Sevilla, ser. Historia y Geografía nº 249, 2013, (estudio enfocado al epígrafe, acepta
Iallius y para lín. 3 l(oco) a(ccepto) r(ecepit), como AE y propone per(missu)); CURCHIN, Leonard A., “Magistri or
magistratvs? A Problem in Hispano-latin Epigraphy”, Veleia, 32 (2015), 160-161 (Iallius); ENCARNAÇÃO, José d’,
“Hispania Epigraphica, Ed. Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Madrid, 1990” (en apdo.
“Recensões bibliográficas”), Conimbriga, XXX (1991), 181 (propuesta de leer Tallius), Id. “Da ambiguidade e da
certeza: uma leitura quase crítica de «A organização social dos povos do Noroeste e Norte da Península Ibérica nas
épocas pré-romana e romana», de Jorge de Alarcão”, Conimbriga, XLII (2003); Id. Op.cit. 2004 (57-60); Id. “Mesurer le
temps, mesurer l’espace dans la Lusitania romaine”, Misurare il Tempo. Misurare lo Spazio (Atti del Colloquio AIEGLBorghesi 2005, Bologna, 20-23-10-2005), coords. M. G. Angeli Bertinelli y A. Donati. Faenza, 2006, (352 y nota 3); Id.,
“Dos monumentos epigráficos da Civitas Igaeditanorum”, Praça Velha. Revista Cultural da Cidade da Guarda, Ano XII,
n.º 26, 1ª Série (2009), Novembro, (165-168 y figs. 1-2 (Tallius, propuesta de gentilitates y “salientando um dado até
agora não consciencializado: o inusitado tipo de material em que a inscrição foi gravada”); Id. “Aspectos da aculturaçâo
onomástica nos primórdios da Lusitania”, en Naissance de la Lusitanie romaine (ss. I av. J.C.- I ap. J.C.) (Actas VII
Table ronde sur la Lusitanie Romaine, Toulouse, 8-9 novembre 2007), eds. J.-G. Gorges y T. Nogales Basarrate.ToulouseMérida, 2010, (177); Id. “As novidades epigráficas dos conventus Scallabitanus e Pacensis”, Govern i Societat a la
Hispània Romana. Novetats Epigràfiques. Homenatge a Géza Alföldy (Tarraco Biennal: actes Ier Congrés Internacional
d’Arqueologia i Món Antic), ed. J. López Vilar. Tarragona, (127); Id., “Gentes e divindades na Lusitânia pré-romana
ocidental”, Palaeohispanica 13 (Actas del XI Coloquio Internacional de Lenguas y Culturas Prerromanas de la Península
Ibérica, Valência, 24-27.10.2012). Institución «Fernando el Católico», Zaragoza, (213) e Id. “Roma y Lusitania: ¿dos
poderes paralelos?”, Poder central y poder local: dos realidades paralelas en la órbita política romana (Actas del XII
Coloquio de la Asociación Interdisciplinar de Estudios Romanos, Madrid 19-21 nov. 2014), eds. G. Bravo y R. González
Salinero. Signifer Monografías de Antigüedad Griega y Romana, nº 45. Madrid-Salamanca, 2015 (25-27 y fig. 4);
FABIÃO, Carlos, “La Lusitania: una provincia romana atlántica”, Centro y periferia en el mundo clásico (Actas del
XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica), eds. J. Mª Álvarez Martínez, T. Nogales Basarrate e I. Rodà de
Llanza. Mérida-Badajoz, 2014, vol. II; Id., “La Lusitania: una provincia romana atlántica”, Centro y periferia en el
mundo clásico (Actas del XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica), eds. J. Mª Álvarez Martínez, T.
Nogales Basarrate e I. Rodà de Llanza. Mérida-Badajoz, 2014, vol. II, 54-55, con foto de R. Losada y dibujo de
Lambrino (sigue el esquema de Étienne, con Tallius y L[ibens]. A[nimo]. F[ecit], 1659-1660 (Tallius); FABIÃO, Carlos
y SANTOS, Ana Isabel, “Inscripción. Idanha-a-Velha, Castelo Branco, Portugal”, en VV.AA. 2015; Id. , “39. Inscrição
comemorativa da oferta de un relógio”, en VV.AA., 2016, fichas de los catálogos (siguen a Encarnação: Tallius y en la 3
l(ocus) a(dsignatus) f(uit)); FERNANDES, Lidia, Op.cit. 132-141 y 436-437 (Tallius); GUERRA, Amílcar, “A Lusitânia
no tempo de Ovídio: metamorfoses de uma província”, Sociedade, Poder e Cultura no Tempo de Ovídio. La marche du
monde selon Plutarque, coords. M. C. de Sousa Pimentel y N. Simões Rodrigues, Centro de Estudos Clássicos e
Humanísticos [et al.], Humanitas Supplementum nº 8. Universidade de Coimbra, 2010, nº 5, 215-217 (con Tallius y
Augu(stanus), de Mérida, en la 1, y en la 3 l(oco) a(dsignato) f(ecit) per mag(istratum)); LE ROUX, Patrick, “A criação
romana da Lusitânia”, en VV.AA. 2016 (cap. III: “A plena integração do território lusitano”), 102 y fig. 3 (clepsidra);
MANTAS, Vasco Gil, “Orarium donauit igaiditanis: epigrafia e funções urbanas numa capital regional lusitana”, Actas
1er. Congreso Peninsular de Historia Antigua (Santiago de Compostela, 1-5 julio 1986), vol. II. Santiago, 1988, 425 (con
Iallius y foto); Id. “Ammaia e Civitas Igaeditanorum. Dois espaços forenses lusitanos” en Ciudad y foro en Lusitania
Romana. Cidade e foro na Lusitânia Romana (coloquio Museo Nacional de Arte Romano, 2009), ed. T. Nogales
Basarrate, Studia Lusitana nº 4. Mérida-Badajoz, 2010, 181-182 y fig. 13 (“…a existência de uma praça pública já em 16
a.C., o que talvez se possa inferir directamente da frase representada pelas siglas L.A.F. presentes na inscrição…. forum
modesto”); REDENTOR, Armando y CARVALHO, Pedro C., Op.cit. 426 y fig. 4 (Iallius); SÁ, Ana Castilho Marques
de, Op.cit. 61 (Tallius); VALLEJO RUIZ, José María, “La composición de la antroponimia antigua de la Península
Ibérica”, Acta Palaeohispanica IX. Actas del IX Coloquio sobre lenguas y culturas paleohispánicas, Barcelona, 20-24 de
octubre de 2004 (= Palaeohispanica, 5). Zaragoza, 2005, 117-119.
(43) CURCHIN, Leonard A. Op.cit., págs. 160-161, hace un pequeño pero completo resumen de muchas variantes.
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
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F. de Almeida, 195644
Q(uintus) Iallius, Sex(ti) f(ilius), Papi(ria tribu), Augu(rinus) ou Augu(stinus) /
orarium donavit / Igaeditanis. L(ibens) a(nimo) f(ecit), per mag(istros) Toutoni Arci
f(ilii) / Malgeini Manli f(ilii) / Celti Arantoni f(ilii) / Ammini Ati f(ilii), / L(ucio) Domitio
Aenobarbo / P(ublio) Cornelio Scipione co(n)s(ulibus)45
V. Mantas, 198846
Q(uintus) Iallius Sex(ti) f(ilius) Papi(ria) Augu(sta) / orarium donauit /3 Igaiditanis
l(ibens) a(nimo) f(ecit) per mag(istros) / Toutoni. Arci f. / Malgeini. Manli. f. /6 Celti.
Arantoni. f. / Amini. Ati. f. / L. Domitio Aenobarbo /9 P. Cornelio Scipione co[s.]
R. Étienne, 199247
Q. Iallius48 . Sex[ti] . Papi .[ria tribu] . Augu[sta] orarium . donauit Igaiditanis .
l[ibens] . a[nimo] f[ecit] . per . mag[istros] Toutoni[um] . Arci . f[ilium] 5
Malgeini[um] . Manli . f[ilium] Celti[um] . Arantoni . f[ilium] Ammini[um] . Ati
.f[ilium] L . Domitio . Aenobarbo Ρ. Cornelio . Scipione . co[n]<s>[ulibus]
J. d’Encarnação, 201049
Q(uintus) · Tallius · Sex(ti) · f(ilius) · Papi(ria) Augu(sta Emerita) / orarium · donavit
· / Igaiditanis · l(ocus) · a(dsignatus) · f(uit) · per mag(istros) / Toutoni · Arci(i) · f(ilii)
(44) Nº 1, págs. 140-141 y fig. 105 (foto). Ya desecha el Tallius de Pereira en 1934. Ésta sigue siendo, por ejemplo, la
lectura preferida para el EDH, sólo que introduciendo una interrogante en la lín. 1 tras el cognomen Augurinus, en la 2 la
alternativa per mag(isterium?), también dada como dudosa, y en la última A(h)enobarbo.
(45) No marca la pérdida de la S. En su breve comentario dice que los magistri “todos Celtas”, “se rigen por las normas
epigráficas de la Urbe, pero no por las gramaticales: Toutoni en vez de Toutonium…” (lo que muchos años después dirá
Étienne), de donde se ve que ya él creía en la idea del error (o costumbre) local de escribir (o abreviar) mal los acusativos.
(46) Como bien dice A. Guerra (Op.cit. 2010, nota 28), este ya lejano trabajo sigue siendo fundamental.
(47) ÉTIENNE, Robert, “L’horloge de la Civitas Igaeditanorum et la création de la province de Lusitanie”, Revue des
Études Anciennes, 94/3 (1992), págs. 356-357 y fig. 1 (la muy buena foto de Delfim Ferreira, del IPPAR). El autor la da
como transcripción, por lo tanto con todo en mayúsculas y por líneas. He regularizado el texto, pero he mantenido sus
desarrollos de abreviaturas con corchetes en vez de paréntesis, así como las interpunciones a pie de línea en lugar de a
media altura. Lo más destacable es que añade a la fuerza los cuatro acusativos que se echan en falta si se entiende que los
nombres de los cuatro magistrados dependen del p(er) m(agistros), o per mag(isterium) que está al final de la lín. 2. En lo
que, a pesar del absurdo “Malgeini(um)”, que es capaz por sí sólo de arruinar la hipótesis (su nominativo es Malgeinus,
con 4 ejemplos, y no “Malgeinius”, que no existe), fue seguido sobre todo por autores franceses, ad ex. todavía en
EDMONDSON, Jonathan y NAVARRO CABALLERO, Milagros, “Onomástica personal y cambios políticos, sociales y
culturales en Lusitania romana: las aportaciones de una nueva versión del Atlas Antroponímico de la Lusitania romana”,
IX Mesa Redonda Internacional de Lusitania Romana: Del pasado al presente de la investigación (M.A.N. 29-30
septiembre 2016), ed. T. Nogales Basarrate, Mérida, MNAR, 2017 (publ. 2018), pág. 67 y nota 31 (…Toutoni(um)…
Malgeini(um), etc.) aunque ellos cambian el origónimo de la lín. 1 en Augu(stanus) y en la 2 el l[ibens] . a[nimo] de
Étienne por el más moderno y convincente l(oco) a(ccepto) (los cinco magistrados que ven, ibid., se deberán a algún
lapsus).
(48) A veces se ven combinaciones a partir de esta lectura. Algunos autores la siguen estrictamente (hasta con los
corchetes, incorrectos para reflejar simples desarrollos) pero, a raíz del artículo de J. d’ ENCARNAÇÃO (Op.cit., 1991)
cambian en la lín. 1 Iallius por Tallius, y en la 2 el desarrollo habitual del L·A·F· (libens animo fecit), por l(oco) a(ccepto)
f(ecit) per mag(istros) / Toutoni(um) Arci f(ilium) Malgeini(um)… etc.
(49) En su trabajo de 2009 insiste en el nomen Tallius (en lo que acierta, volviendo sin saberlo a la lectura inicial de
Alves Pereira, como ya dije), y plantea en pág. 168 la hipótesis (algo alambicada) de que el “per mag(istros)” de la lín. 2
vaya correctamente seguido de genitivos, que serían los ancestros epónimos de las cuatro gentilitates que según él
compondrían la civitas. Aunque no llega a plasmar su lectura final, sí lo hizo en su siguiente artículo, de 2010 (pág. 177),
pero ahora vuelven a ser magistri, y parece considerar un error los genitivos: “...hesita-se na grafia dos nomes dos
magistrados, pois que se postularia um acusativo (regido pela preposição per), enquanto na pedra há claríssimos
genitivos, cujo significado nos escapa e se pode atribuir a uma deficiente habilidade na utilização da nova linguagem”.
Quizá por ello la idea de 2009 (y de 2015, 26) no se recogió en FABIÃO, Carlos y SANTOS, Ana Isabel, Op.cit. 2015 ni
en Iid., Op. cit., 2016.
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ALICIA Mª CANTO
/ Malgeini · Manli(i) · f(ilii) / Celti(i) · Arantoni · f(ilii) / Ammini · Ati(i) · f(ilii) / L(ucio)
· Domitio · Aenobarbo / P(ublio) · Cornelio · Scipione · co(n)[s(ulibus)]
A. Guerra, 201050
Q(uintus) Tallius Sex(ti) f(ilius) Papi(ria) Augu(stanus) / (h)orarium donavit /
Igaiditanis l(oco) a(dsignato) f(ecit) per mag(istratum) / Toutoni(i) Arci(i) f(ilii)
Malgeini Manli(i) f(ilii) / Celti(i) Arantoni(i) f(ilii) / Ammini Ati(i) f(ilii) / L(ucio)
Domitio Aenobarbo / P(ublio) Cornelio Scipione co(n)[s(ulibus)]
Como puede verse tras este breve resumen (que no puede incluir, como ya dije, las
innumerables menciones en otras decenas de trabajos), las auctoritates combinadas de
S. Lambrino (1956), de F. de Almeida (1956) y de R. Étienne (1992) sobre todo,
tuvieron un peso indudable en la tradición científica de esta inscripción, y provocaron
en cierto modo la fosilización de su lectura.
Porque la realidad es que la lectura misma del epígrafe se ha mantenido en todos
sus términos básicamente igual desde 1934, por ejemplo el PAPI · AVGV de la lín. 1, o
el ORARIVM de la lín. 2, ambos ya leídos por Pereira en 1934, por Almeida y por
Lambrino en 1956, y dibujados por este último. Las pequeñas discrepancias o dudas
han girado sólo sobre 4 aspectos, de los que únicamente el primero afectaba
propiamente al texto: 1) El nomen del dedicante, si era Iallius o Tallius. 2) Si AVGV
era cognomen (Augurinus, Augustinus, Augustanus) o mejor origónimo del donante (de
Augu(sta) o de Augu(sta Emerita)). 3) En la lín. 3, sobre cómo desarrollar las
abreviaturas L · A · F· y, sobre todo, el misterioso PER · MAG ·, dada la necesidad,
parece que obvia para todo el mundo, de que el acusativo que exigía PER determinara
a los cuatro magistrados en genitivo que siguen en las líneas 4 a 7. Pero veamos algunas
cosas más en detalle.
3. Las varias rarezas en la lectura tradicional de la inscripción
La primera y principal, por ser la más asombrosa y el verdadero eje de todo el
discurso interpretativo, es la pacífica aceptación por tantísimos expertos epigrafistas
o/e historiadores, de que un “orarium”, o incluso un “(h)orarium”, puede ser en latín,
ni en Epigrafía (de hecho ésta es la única vez, entre cientos de miles de inscripciones y
muchas referidas a relojes de verdad, donde se “documentaba”), algo igual a un
horologium, que un prócer emeritense, Quintus Iallius o Tallius, habría regalado a los
Igaeditanos en el año 16 a.C. y que –se repite por muchos– habría puesto a esta por
entonces modesta civitas de la Lusitania “en la hora del Imperio”.
El párrafo clásico, y que tanto peso tuvo debido a la auctoritas de quien lo escribió,
puede ser éste que elijo: « L’introduction dans une communauté indigène, reconnue
(50) Trata de ella en su nº 5, págs. 215-217. Como puede observarse leyendo este trabajo, este colega es el único (y Abascal,
Op.cit., 274, cita sin lectura) que recupera en la lín. 2 la (h) ante orarium, que había añadido por precaución Alves Pereira en
1934-1935 pero que después se abandonó totalmente. Todos los demás autores dieron por bueno que era “una mala grafía”, y
no vieron como un obstáculo grave que un orarium no es un reloj, y que no es equiparable ni intercambiable con un
horologium (el término que muchos autores usan como sinónimo sin serlo, ni estar escrito en el epígrafe). Especialmente en
sus notas 29 y 30 Guerra detalla algunas de las varias incongruencias a las que luego me referiré, aunque, en general, él acaba
siguiendo más o menos la tónica general, excepto que no repite ninguno de los tópicos habituales sobre poner a Igaedi “en la
hora del Imperio, de Roma, de Mérida…”, y en la lín. 3 con su propuesta l(oco) a(dsignato) f(ecit) per mag(istratum).
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Un oratorium para los Igaeditanos. Microepigrafía de un reloj imposible …
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certes par Rome, d’une horloge signifie que la civitas Igaeditanorum est dès lors
intégrée dans les habitudes sociales qui règlent la vie de la communauté, autant que les
pratiques individuelles... le don de l’horloge déclenche une révolution dans les
mentalités; en tout cas venant d’un citoyen d’Emerita, il apporte la preuve d’une volonté
de la capitale provinciale de « mettre à l’heure » une communauté qui est située à
environ 160 kilomètres d’Emerita »51. Pero podrían citarse muchos más en su estela,
en portugués, en español, y en francés.
Pero ocurre que en el latín clásico un orarium era originalmente un pañuelo o
servilleta para limpiarse la boca, palabra ésta (os, oris) de la que obviamente procede52.
De hecho así se siguió entendiendo en el latín tardío y medieval cuando, manteniendo
su relación con una tela, o bien ampliándola a la oratoria (una noción también
vinculada a la boca) de los predicadores cristianos, pasó a ser orarium ab ora, pro
extremitate vestium, derivatur... orarium potest dici ab os, oris; et tunc orarium, i.
peplum, scilicet infula illa quæ involvit et operit ora, i. vultus… Orarium, id est, stola,
dicitur eo quod oratoribus, id est prædicatoribus concedatur… Stola Sacerdotis…
Orarium seu stola, etc53.
Lo mismo encontramos, por ejemplo, en el famoso Lexicon de Forcellini54:
“Fazzoletto, mocchichino, parvum linteum ori tergendo... oblongum et latum,
cujusmodi vocant Ecclesiastici scriptores, quod sinistro bracchio sacerdotis
imponitur”, o en el Liddell-Scott (“kerchief, scarf”), y en el Thesaurus Linguae
Latinae, remarcando su paralelo griego: orarium ab os…recipitur in contexto graeco
ὀράριον… mappam vel linteamen55, etc. En la reciente copia de Aezani del Edicto de
Diocleciano, de 301 d.C. (EDCS 20200011), seguimos leyendo …item lini quod a
tertia s(upra) s(cripta) forma inferius habetur orariorum / formae primae telam I
|(denariis) CCL /...
Así que un orarium es un pañuelo de lino, estola, ínfula… ¿Y cómo puede ser
entonces que, en una de las más antiguas, famosas y estudiadas inscripciones romanas
de Lusitania, la conocida como “el orarium de los Igaeditanos”, se aceptara tan
fácilmente desde el principio que el orarium tenía que ser “un reloj regalado a la civitas
Igaeditanorum”, fuera de sol o de agua56 (hasta sobre ello se ha debatido)? Cuando
además sabemos que el nombre latino del reloj es “horologium”, documentado
epigráficamente nada menos que en 36 ocasiones57 y procedente del griego, igualmente
neutro, to ὡρολόγιον, el de sol, siendo el de agua bien κλεψύδρα, bien ὡρολόγιον
ὑδραυλικόν58. Y, frente a tantos horologia (además todos con su hache inicial), sólo
existe una inscripción con orarium, la de Idanha-a-Velha, por lo que la estadística
(51) ÉTIENNE, Robert, 1992, pág. 359.
(52) LEWIS-SHORT: Lewis, Ch.T. y Short, Ch., A Latin Dictionary, Clarendon Press, Oxford, 1879 (en línea). s.v.
(53) DU CANGE et al. Charles du Fresne, sieur – , Glossarium mediae et infimae latinitatis, éd. augm., Niort, L. Favre.
París, 1883-1887 (en línea), s.v., t. 6, col. 52c, en http://ducange.enc.sorbonne.fr/ORARIUM1
(54) Lexicon, t. III, p. 509, s.v. orarium.
(55) ThLL, s.v., cols. 875-876. Curiosamente, admite como 2ª acepción el “orarium” de esta inscripción de Idanha,
entendiéndola “horarium” y remitiendo a esta palabra. Sobre lo cual véase más abajo.
(56) Plinio el Viejo, Nat. Hist. VII. 215: Tunc Scipio Nasica collega Laenati primus aqua divisit horas aeque noctium ac
dierum idque horologium sub tecto dicavit anno urbis DXCV.
(57) EDCS, s.v.
(58) LIDDELL, Henry G. y SCOTT, Robert, A Greek-English Lexicon. Revised and augmented throughout by Sir Henry
Stuart Jones, with the assistance of Roderick McKenzie. Oxford, 1940, s.v.
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ALICIA Mª CANTO
también juega en contra y debía ya de haber hecho algo sospechoso el tal “orarium”,
que además resultaría imposible en su contexto59.
Entre ambas palabras latinas, horarium el sustantivo y objeto (si esta palabra hubiera
existido) y horologium, hay además una distancia gráfica excesiva como para considerar
la primera un simple lapsus calami, máxime por tratarse de una inscripción oficial, con
mención de magistrados locales y de dos cónsules romanos (los ordinarii del año 16
a.C.), y porque el supuesto (como un parche) “horarium con h” sólo podría ser adjetivo
de horarius, a, um, que era el encargado del horologium. Un viejo y mal entendimiento,
anterior a 1900, de un texto del escritor tardío Censorino en 238 d.C. pudo tener la
culpa inicial del error60. Pero la frase estaba corrupta, y no debería de haberse tenido en
cuenta.
Esto ya lo sabía, por ejemplo, Robert Étienne, pero optó por considerarlo un hapax61:
“…attesté seulement par ce texte et qu’il faut lire horarium… cet horarium équivaut
donc à solarium et à horologium”, y además excluyendo, frente a Mantas, 1988 (que sí
se atuvo a Censorino) que se tratara de un reloj de agua, esto es, de una clepsydra. De
esta forma, el “orarium” de Idanha quedó sólidamente anclado, para Étienne y para
casi todos los autores anteriores y posteriores, como “un reloj solar”. Lo más extraño
es que nunca nadie lo discutiera.
También encuentro algo llamativo las distintas formas de los colegas de explicar
algo realmente inexplicable: la serie de cuatro magistrados locales que aparecen en la
inscripción en genitivo, siendo que parecen precedidos por un “per mag.”, y por tanto
por una preposición que pediría un acusativo62. Esto también ha llevado a muchos a dar
por bueno que los nombres de los cuatro magistrados que siguen están mal escritos, y
de unos años para acá hasta a restituírles los cuatro acusativos que teóricamente les
faltan, sea como Toutoni[um] o como Toutoni(um)63, aceptando más extrañas
abreviaturas en vocal con tal de justificar unas aún más extrañas omisiones de
acusativos.
Un poco en esa misma línea, a nadie ha parecido extrañarle lo suficiente que se
presenten en la línea 1 otras dos maneras anómalas seguidas de abreviar en vocal, tanto
PAPI para la tribu electoral Papiria, siendo lo más habitual PAP, como AVGV, sea para
abreviar un cognomen, como aún menos para identificar a la colonia emeritense, pero
(59) Como bien dice A. Guerra (Op.cit. 2010, nota 29), que apunta brevemente esta rareza, “na realidade, não seria fácil
explicar a razão deste acto público se se admitisse que o objecto em causa seria uma pequena peça de tecido, ou um
sudarium, o sinónimo que os dicionários e enciclopédias registam para este termo latino orarium (v., por exemplo,
Daremberg; Saglio, IV (1877-1919) 223-225)”.
(60) De die nat. XII=XXIII: … Nasica censor ex aqua fecit <horarium>. En la nota 115 de la traducción de Maude (De
die natale by Censorinus, translated into English by —, The Cambridge Encyclopedia. New York, 1900) la cuestión se
aclaraba así: “Solarium cœptum vocari. Solarium is a happy correction of the best editors of Censorinus. It formerly read
horarium”. Esto es, las ediciones anteriores venían leyendo horarium, y pensaron que la propia frase pedía solarium, como
vienen dándolo después las ediciones y traducciones de este autor (en realidad ya la había hecho hacia 1580 el jurista
Pierre Grégoire [“Petrus Tholosanus”]). Pero al hacerlo todos prescindieron completamente de que un solarium no puede
ser a la vez hecho ex aqua, como dice al principio Censorino.
(61) 1992, pág. 359 y notas 21-22. Aquel gran y peculiar sabio me honró siempre con su estima personal, y conservo con
afecto algunos regalos suyos, pero en este punto creo que se excedió en su seguridad.
(62) Como ya dije antes, A. Guerra señala varias de estas anomalías (Op.cit. 2010, págs. 215-216 y notas 29-33), pero lo
usual en la bibliografía reciente es que a nadie le extrañen ya, o recuerden, lo que muchos ni siquiera perciben ya como
errores.
(63) Véase al respecto lo dicho supra en la nota 49.
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además sin Colonia y sin Emerita, cuando de nuevo es lo habitual que, en el caso de un
cognombre, se evite la abreviación64 y, en el segundo, que se use en todo caso AVG y
no AVGV (cf. EDCS, passim, o sus muchas amonedaciones).
Otra rareza es que tenemos 14 inscripciones que mencionan el etnónimo o gentilicio
(como se diría en español) “Igaeditanus/-na/-norum”, y en todas ellas aparece bien
escrito, con AE. Pero otra vez sólo en este epígrafe es donde aparecería mal escrito,
con AI: “Igaiditanis”. Otra curiosidad, ya por último, es dar por bueno y sin más
discusión que en la lín. 8 el cognomen del primer cónsul de la pareja de la primera mitad
del año 16 a.C., L. Domitius Ahenobarbus65, esté mal escrito, “Aenobarbo”. Ya que por
enésima vez la estadística juega en contra de las lecturas tan aceptadas y seguidas: de
las diversas inscripciones conocidas en las que se conserva completo el cognomen de
este cónsul (cf. EDCS), en todas lleva la hache, como corresponde a un compuesto de
aheneus, y sólo en Idanha lo habrían escrito mal.
A pesar de lo apretado del resumen, podría decirse que esta interesante inscripción,
además de ser de las más antiguas de la provincia de Lusitania, resultaría ser la que
más errores y anomalías acumula. Sin embargo, cuando esto ocurre, creo que es
inevitable empezar ab ovo, como si nadie nunca la hubiera leído, y volver a estudiar la
inscripción misma con el mayor detalle posible. Y es lo que hice.
Lo que más echo en falta en los 84 años que han pasado desde que se conoció por
primera vez esta inscripción, y ha sido tan estudiada, son dos cosas: 1) que nadie se
haya decidido, desde la convicción de que tantas incongruencias y errores juntos no
son admisibles, y menos en una inscripción oficial66, a examinar la inscripción tan a
fondo que saliera a la luz cualquier secreto escrito que aún pudiera guardar. O sea,
ver si algunas palabras se podían leer de otra manera, en vez de aceptar sin más la
lectura y el dibujo que se le hicieron en 1934, 1956 o 1992. Aunque esto requiriera,
como lo voy a proponer ahora, hacer una especie de “microepigrafía”67, tratando de
llegar hasta el más nimio detalle que se pudiera haber escapado hasta ahora. Y 2) que,
a sensu contrario, observada en su conjunto pero desde lejos, nadie haya percibido el
evidente añadido que tiene en su lín. 3, que era capaz, por ejemplo, de resolver el
“nudo gordiano” de tantos genitivos.
(64) En el EDCS hay más de 300 ejemplos de Augurinus/a y, como mucho, justo para evitar confusiones, se abrevia en
espacios muy pequeños, como los famosos sellos de lucernas de la officina de Passenius Augurinus, (y aún así, lo normal
es PASS·AVG). Pero los cognombres suelen escribirse completos.
(65) Que además permaneció todo el año en el cargo, mientras que el segundo, P. Cornelius Scipio fue sustituído en el
segundo semestre por L. Tarius Rufus (Cooley, 2012, pág. 457).
(66) Este caso me recuerda (y perdón por la autocita) el aún más insólito del llamado “Edicto del Bierzo” o “Bronce de
Bembibre” (que, para empezar, y contrariando a su nombre oficial, no es uno, sino dos edictos, y además de dos días
distintos). Me entretuve en encontrar y explicar en él nada menos que 32 anomalías, más raras porque además se supone
que se perpetraron en plena cancillería de Augusto (CANTO, Alicia María, “Rarezas epigráficas e históricas en los nuevos
edictos augusteos de El Bierzo”, El bronce de Bembibre: un edicto del emperador Augusto del año 15 a.C. Museo de León,
Estudios y catálogos nº 11, eds. L.A. Grau Lobo y J.L. Hoyas Díez, Junta de Castilla y León. León, 2001, págs. 153-165).
Sin embargo, parece más fácil idear o asumir explicaciones extrañas para todas ellas, que admitir que puede ser un bronce
falso, sin más. Así que aquella extraña “Provincia Transduriana” de la que ni siquiera Agripa o Plinio el Viejo supieron o
dijeron nada, sigue siendo objeto, hace ya casi 20 años, de muy sesudas lucubraciones. En aquel caso la “auctoritas” de
más peso fue la de mi querido y añorado maestro en Heidelberg Géza Alföldy.
(67) Creo que se trata de un neologismo, pero no he encontrado otra forma mejor de describir esta técnica, que se parece
tanto a la “microcirugía”, es decir, a operar a enfermos muy delicados con lupas de precisión y una enorme paciencia.
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4. La inscripción del “oratorium Igaeditanis”
Hallada hacia 1905 fuera de contexto, entre el material de derribo de la muralla
medieval de Idanha-a-Velha, se conserva actualmente en el Arquivo Epigráfico del
complejo monumental68. Se trata de un bloque rectangular, con una ligera tonalidad
verdosa, de 44,5 x 34 x 11,3 cm69, desbastado y tallado sin excesivo cuidado por todas
sus caras excepto por su frente, que aparece alisado, lo que indica que probablemente
iba embutida en un muro (Fig. 3).
Fig. 3. Inscripción de Idanha-a-Velha objeto de este estudio. (Foto José Paulo Ruas70).
Presenta una pérdida de material por su zona superior derecha, que afecta por detrás
a su perfil pero no impide la lectura. Tiene otros golpes en los bordes, grietas, y
lesiones menores en su zona inferior, la mayor de ellas al final de la línea 9 (con
pérdida parcial de la O y total de la S de COS). Sobre todo, debido al grado de
descomposición de la roca, son visibles por toda la superficie, salpicados por toda ella,
muchos huecos de elementos constitutivos. Vista de frente se aprecia además una
erosión de forma aproximadamente circular (fig. 3), que corre verticalmente de un
extremo al otro del lado izquierdo, afectando al comienzo de todas las líneas, y pudiera
(68) Para los demás detalles de ambas circunstancias, cf. supra.
(69) Las medidas que se vienen citando de siempre son 44 x 33 x 10 cm (ad ex. en las fichas de catálogo de 2015 y 2016).
(70) Agradezco especialmente al Dr. José Luis de la Barrera el haberme facilitado el original esta soberbia fotografía de 14
MB, que me permitió comprobar mis lecturas previas sobre otras múltiples fotos de menos resolución que fui haciendo en
Lisboa y en Madrid. Se publicó previamente, aunque a menor tamaño, en LE ROUX, Patrick, “La creación romana de
Lusitania”, en VV.AA. 2015 (apdo. 2: ‘Una nueva provincia y la medida del tiempo’), pág. 103, fig. 3.
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tener que ver con una reutilización en la que estuviera expuesta a una frecuente
rozadura71. Toda la cara delantera está surcada por rayas finas, unas accidentales y
otras deliberadas, que parecen indicio de una larga exposición en lugar público y a la
intemperie antes de ser reutilizada, destacando una gran V cuyo ángulo está bajo las
letras PIO de la lín. 9, llegando sus lados hasta la lín. 1.
La cuestión del material del soporte es una crux ya desde 1934. Alves Pereira dijo
que era de “xisto cinzento”, pero a partir de Lambrino pasaría a tenerse siempre por
granito (“azul”, dijo él, Almeida “azulado”). P. Carvalho (quizá el mejor conocedor de
la Idanha arqueológica) la creyó “feita num tipo de pedra não existente na zona”72. El
tan fecundo y estimable J. d’Éncarnação, en el mismo año y en uno de los muchos
trabajos donde trató de esta inscripción, llamó la atención sobre el asunto y, vista al sol,
propuso que fuera un mármol verdoso, acaso foráneo73.
Puedo decir que, en mi intento por aclarar esta cuestión, la fotografía de la pieza ha
sido vista por varios geólogos74, cuatro de ellos portugueses y buenos conocedores de
este tipo de rocas, sin poder llegar a identificarla con seguridad. Esto indica que se trata
de una roca visualmente difícil incluso para expertos. De momento, el pesado que
llevamos a cabo en el M.A.N. arrojó un peso de 42,800 kg que, puesto en relación con
su tamaño/volumen, arroja una densidad (peso específico) muy elevada, de 2,95 g/cm3
(que incluso podría ser algo superior, al contar con las varias pérdidas que ya anoté).
Se trata de un valor relativamente alto, próximo al de un basalto (ca. 3g/cm3) y lejos de
las rocas graníticas (ca. 2,6-2,7 g/cm3), por lo que tanto los granitos como el mármol
pueden ser descartados, así como que sea autóctona, de aquella área75. Como resultado
provisional, lo más probable es que se trate de un pórfido básico (lamprófido, diabasa
o diorita), con la densidad del basalto; pero, mientras no se analice química y
mineralógicamente, debe quedar en mera propuesta a confirmar. Por su parte, otro
geólogo consultado, buen conocedor de la zona emeritense, se inclina por una “diorita
o granodiorita de Mérida”76.
(71) En la foto de la pág. 116 del catálogo portugués (VV.AA. 2016) se ve particularmente bien la rozadura a la que me
refiero. Por su lado izquierdo la pátina que va rodeando el exterior de la misma es bastante más oscura, como si en su
reutilización sólo ese borde hubiera estado a la intemperie.
(72) “O forvm dos Igaeditani e os primeiros tempos da civitas Igaeditanorvm (Idanha-a-Velha, Portugal)”, Archivo
Español de Arqueología, 82 (2009), pág. 127.
(73) Op.cit. 2009, págs. 165-166: “Há, porém, um outro dado a que nunca se prestara atenção: o material dessa placa de
inusitada espessura (10 cm) e polida nas suas seis faces... [cita de otros autores] À primeira vista, não se identifica pela cor
com nenhum dos tipos de rocha vulgarmente usados, na época romana, aqui na Lusitânia. Quase me atreveria a aproximála dos mármores, mas só uma cuidada análise laboratorial do teor geológico nos poderá esclarecer, parecendo certo, porém,
no actual estádio da pesquisa, que não é despicienda a possibilidade de ser, inclusive, alheia à Península Ibérica”.
(74) Agradezco en este punto a mi buen amigo el Prof. César Casquet Martín, catedrático de Petrologia y Geoquímica de
la UCM, su ayuda y los contactos necesarios con colegas de España y Portugal especializados en este tipo de rocas para
lograr este propósito, así como la sugerencia de pesarla para poder calcular su densidad. Excepto este último dato y la
condición probable de pórfido básico, las conclusiones que indico sobre las que más o menos hay consenso son
provisionales, y deben mantenerse en reserva hasta que no se hagan sobre el bloque los pertinentes análisis para su precisa
identificación.
(75) Es significativo también de esto que en la tesis doctoral de I. M. Antunes (Petrologia e geoquímica de rochas
granitóides da área de Castelo Branco-Idanha-a-Nova (Centro de Portugal). Tesis doctoral (en línea). Universidade de
Coimbra, 2006), que trató geológicamente sobre los granitos de Castelo Branco y de Idanha, no se encuentren referencias a
rocas parecidas a las de nuestro epígrafe (C. Casquet, comunicación personal).
(76) El también amigo de años D. Juan Gil Montes (en comunicación epistolar): “La granodiorita… está principalmente
constituida por cuarzo y feldespatos, pero contrariamente al granito, contiene más feldespatos plagioclasas que ortosas.
Los minerales secundarios son micas (biotita), anfíboles y piroxenos”. Acertadamente me anota que “ello encaja en que el
reloj de sol fuera un regalo de un emeritense a un igaeditano”. Pese a lo extraño que pueda parecer cargar desde Mérida
con una piedra de tal peso, no me parece descartable, especialmente si consideramos que la roca no es autóctona, o que,
por constar ya en la época su rareza, pudiera tener más valor.
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Yendo ya con la inscripción diremos que carece de campo epigráfico, y presenta 9
líneas bien grabadas (aunque erosionadas o desgastadas en diversos puntos), que miden
de altura: 2,3 cm. las 1-3, 2,1 cm las 4-7, y 1,6 cm las dos últimas. Está escrita en
capitales cuadradas con letras adecuadas a la fecha interna que proporciona su texto
(16 a.C.), entre ellas Q de rabo recto, P sin cerrar, O completamente redondas, V bien
equilibradas, M amplias, T de trazo superior corto, L de inferior corto y recto (excepto
al comienzo de la lín. 8), E y F de travesaños horizontales bastante iguales, B y S de
semicírculos igualados, etc. A ello hay que sumar la escasez en general de remates y
adornos en las letras, y el empleo de interpunciones redondas y profundas, excepto, al
final de la lín. 1, una triangular y otra pequeña hedera esquemática hacia abajo.
La ordinatio de la inscripción es muy buena, y se aprecian perfectamente las líneasguía, finamente incisas en todos los renglones. Pero la que a mis ojos se vuelve esencial
antes de pasar aún a leer el texto es su paginación, pues analizándola se podrá resolver
otro de los “nudos gordianos” del epígrafe.
Se ve que en la minuta o modelo el texto en principio se distribuyó con tres líneas
más externas, las 1, 8 y 9, yendo sangradas las líneas 2 a 7, y que por la derecha el
reparto inicialmente previsto acababa en todas esas líneas aproximadamente debajo de
la A del AVG de la lín. 1. Por razones que no conocemos (pero podemos imaginar),
cuando ya estaba todo grabado hubo necesidad de añadir, al final de la lín. 3, las famosas
y conflictivas palabras PER · MAG. Que son un añadido se aprecia bien porque esas
seis letras están mucho más apretadas al final, y porque la interpunción que cierra esa
línea hubo que colocarla dentro de la G (cf. fig. 3). Y también porque, para disimular
el desequilibrio producido, al final de las tres líneas 4 a 6 se añadieron interpunciones
que no estaba previstas (y, en efecto, es menos frecuente), lo que a su vez se prueba
porque para mayor eficacia las colocaron al doble de distancia que cualquiera otra77.
Dado que no podemos admitir tampoco que en ningún caso PER·MAG·, esto es, un
p(er) mag(istros)78, pueda regir genitivos, y tampoco se debe considerar válido un error
gramatical tan flagrante como sería omitir cuatro acusativos, me parece legítimo inferir,
de los detalles formales que acabo de exponer (nunca señalados hasta ahora, según
creo), que ese añadido tiene que ver exclusivamente con la también discutida
abreviación L·A·F· que le precede79, y nada con lo que le sigue80. Y también que,
pudiendo ahora desvincular ya del (molesto) PER a los cuatro magistri en genitivo que
ocupan las líneas 4-5, será ya lo más probable lo que igualmente parece lo más lógico:
(77) Los recursos o trucos de los talleres para intentar restablecer el equilibrio visual de una paginación algo defectuosa
son también algo muy frecuente en la Epigrafía latina.
(78) Como ya dije (supra, nota 36), la propuesta de per(missu) es descartable porque se abrevia habitualmente PERM, y en
principio siempre hay que optar por las abreviaturas corrientes que un lector romano pudiera entender mejor, y justo
perm(issu) circulaba a diario, escrito en muchas monedas.
(79) Quienes suponen la F como f(ecit), al leer, referido al donante, l(ibens a(nimo) f(ecit) o bien l(oco) a(ccepto) f(ecit)),
no reparan en que en principio un donante foráneo no tendría la menor autoridad para “hacer” algo por sí mismo en otra
ciudad (y ni siquiera en la suya propia). Lo que se haga en cualquier ciudad ha de depender del acuerdo del senado local y,
en este caso de ciudad peregrina, de los magistri de Igaedi. Y, precisamente porque en L·A·F la F sola podía inducir justo a
ese tipo de confusión, se decidiría añadir al final que habían sido los magistri los que habían autorizado o ejecutado la
construcción misma, añadiendo el discutido PER·MAG·, y así entendiéndose ya (oratorium) factum per magistros. No
puedo asegurar que pasara así, pero sí me parece la explicación más lógica. Un buen paralelo sería el per mag(istros)...
actum de la tésera de Herrera de Pisuerga, PA (AE 1967, 239 = HEpOL 6487).
(80) De lo que debemos imaginarlo separado por un “punto y seguido”, podríamos decir, o incluso por un “punto y
aparte”.
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que éstos compongan la datación propia de la Civitas Igaeditanorum (sus “fastos”),
con la que va a hacer juego acto seguido la cita paralela de los cónsules de Roma, en
las líneas 8 y 9. De esta forma creo que se pueden resolver los dos problemas más serios
de los que, como más atrás vimos, se han venido ocupando tantos expertos durante
tantos años.
Antes de pasar a mi transcripción, comentaré algunas cuestiones formales sobre
varias propuestas de cambio, y en cada una iré ofreciendo una foto extradetallada del
sitio en cuestión81. En primer lugar, al comienzo de la línea 1, la barra superior, corta,
de la T es aún perceptible a pesar de un golpe (fig. 4), por lo que el nomen del donante
es sin duda Tallius, como ya vieron Alves Pereira (1934), Palomar Lapesa (1957) y
Encarnação (1991). Frente a la rareza y falta de paralelos hispanos del Iallius de
Lambrino, Almeida, Étienne y tantos otros, Tallius cuenta a su favor además con un
probable familiar en el entorno de Mérida: un soldado de la legión X82 (por tanto
probablemente de fecha temprana), inscrito en la misma tribu Papiria, que no detalla
su cognomen, como el nuestro, y además es hijo de un Quintus; así que muy poco le
faltaría para poder ser un hijo militar de nuestro donante emeritense83.
Fig. 4. Lín. 1: detalle del nomen Tallius (a partir de la foto de la fig. 3).
En segundo lugar, en cuanto al también repetido “PAPI” de la misma lín. 1. Ya dije
más atrás que, aunque hay algunos ejemplos de esa abreviatura para la tribus Papiria,
es lo más raro, siendo lo normal PAP. Hasta en el viejo dibujo de Lambrino (supra fig.
2) se veía que la segunda P no se cerraba y más bien hacía un extraño saliente hacia
fuera. Mirando este lugar, me di cuenta de que en realidad esa P se cerraba mucho más,
y más pequeña que todas las demás, para respetar una interpunción (lo que parecía un
saliente en el antiguo dibujo), a la que seguía una I. En este detalle se podrá apreciar
mucho mejor: fig. 5). Obviamente la primera interpunción le quedó algo alta, y ya no
podía trazar una P normal (aunque se adivina su más ligero planteo inicial), así que,
para no romper el punto, el lapicida optó por hacer un cierre mucho más pequeño de la
P. De tal modo que la I que viene a continuación queda claramente entre dos
(81) No se me oculta que puede resultar difícil convencer a colegas y otros lectores de tantos cambios simultáneos en una
inscripción tan conocida. He podido ampliarlas gracias de nuevo a la excelente imagen que me facilitó J. L. de la Barrera
desde el MNAR. El nuevo dibujo del total, al que me referiré más adelante (infra, apdo. 5 y fig. 13), espero que termine de
solventar al menos algunas reticencias.
(82) Para epitafios próximos de veteranos emeritenses más antiguos, como siete de la legio X Gemina, tres de la XX, uno
de la II, más tres de la V Alaudae (éstos a través de los gromáticos), puede verse ahora Canto, 2017, págs. 371-373. Casi
todos ellos coinciden en no reflejar sus cognomina.
(83) HEp 1994, 186 y HEpOL 23031, de Villanueva de la Serena (Badajoz), unos 60 km al E de Mérida: P(ublius) Talius
Q(uinti) f(ilius) Pap(iria) (miles?) leg(ionis) / X h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis). Por desgracia está
desaparecida, pero su tradición manuscrita es fiable; por la fecha probablemente fuera una estela de cabecera redondeada.
Según creo, el único autor que reparó en este excelente paralelo fue Amílcar Guerra (Op.cit., pág. 215 y nota 30).
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interpunciones; y, seguida de AVG · (como veremos acto seguido) sólo puede tratarse
de la mención de Mérida con dos de sus nombres oficiales en esta época: I(uliae)
Aug(ustae)84.
Fig. 5. Lín.1: detalle de las abreviaturas PAP · I · AVG (a partir de la foto de la fig. 3).
Por último en esta línea 1, a su final parece existir otro problema, pero esta vez de
simple cabida, o quizá un añadido sobre la marcha que, bien entendido, creo que puede
deshacer también la igualmente pertinaz pero errónea lectura “AVGV”, y de paso
abrirnos otras interesantes opciones. Obsérvese que de nuevo en AVG se ha colocado
anómalamente otra interpunción, triangular esta vez y dentro de la propia G (por encima
de su cierre), y que esta letra se ha ejecutado bastante más estrecha. Veremos a
continuación el detalle de que eso se hizo para poder añadir un nexo AV, con la A
literalmente metida dentro de la G, lo que explica perfectamente la necesidad que hubo
de correr la interpunción más arriba. Y se cierra la línea con una interpunción más
definitoria, de hecho la única hedera del epígrafe, quizá porque se ha terminado de
definir al donante (figs. 6 y 7).
Es una buena novedad, creo yo, la singular e interesante condición de AV(gur)85 que
nos surge ahora para Q. Tallius; más interesante todavía, y como una especie de “prueba
del 9”, si ahora podemos asociarle con un oratorium, como veremos en la línea
siguiente.
Pasemos ya a la lín. 2. La explicación formal más importante que quiero dar ahora
es, naturalmente, la almendra y la razón última de este estudio, por lo que se me
perdonará que tenga que hacerla con cierto mayor detalle.
(84) Para mí misma esto ha sido una sorpresa, porque no esperaba que el nombre de la ciudad saliera, podríamos decir, “a
mi favor”. Como he defendido siempre, no creo en la tradicional y axiomática fundación colonial augustea ex novo de
Emerita, y una de sus pruebas es que en sus monedas el título de Colonia no aparece hasta el año 2 a.C. De forma que
ahora este epígrafe de Idanha, por su fecha, se convierte en una nueva prueba de ello (por la ausencia de COL), y a la vez
en un nuevo testimonio de su nombre Iulia, que para mí lo es de su existencia anterior bajo César. Sobre todo ello puede
verse en detalle CANTO, Alicia María, “Treinta años de reflexiones sobre la Emerita cesariana: De lo que Dión Casio
nunca dijo, a la alineación astronómica de la ciudad y los auspicia de César”, en Lusitania romana. Del pasado al presente
de la investigación, Actas de la IX Mesa Redonda Internacional de Lusitania (M.A.N., 29-30 septiembre 2016). Museo
Nacional de Arte Romano, Mérida, 2017 (apar. 2018), págs. 350-352 y 359-360.
(85) AV es otra abreviatura, menos frecuente pero utilizada, de augur, cf. CAGNAT, René, Cours d’Épigraphie Latine.
París, 18983 (rev. et augm.), pág. 412. Antes de ver el nexo AV, mi lectura de esta V era v(eteranus).
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Fig. 6. Lin. 1: detalles de I · AVG, interpunción triangular dentro de la G, nexo AV y hedera final. En vertical,
a la derecha, las tres letras sueltas CVA (a partir de la foto de la fig. 3).
Fig. 7. Lín. 1: detalle ampliado y en negativo del final de la línea con punto, nexo AV y hedera.
Si partimos, como yo lo hice, del convencimiento de que un orarium ni es ni puede
ser “un reloj”, y de que sería absurdo regalar “un pañuelo” a cada igaeditano, la solución
no puede venir de buscar o aceptar un hápax (y además uno imposible), como se ha
venido haciendo por la totalidad de los autores desde 1956. La solución tiene que venir
de revisar de nuevo, con suma atención y paciencia, la inscripción, pues ella tiene que
esconder alguna corrección antigua de un probable error que nos conduzca, como sería
lo más normal, a un edificio, 1) por ir seguramente la inscripción que lo conmemoraba,
como ya dije, embutida en un muro, y también 2) porque la lógica demanda que fuera
una donación útil a la colectividad, además en un año tan señalado como debió de ser
el 16 a.C. para la nueva Hispania Ulterior Lusitania.
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Durante mi ya larga labor como revisora de Hispania Epigraphica desde 1989, he
encontrado infinitas veces inscripciones con errores que fueron modificados, mejor o
peor, por la misma mano o por otra a lo largo del tiempo, y por ello sé que este fenómeno
es bastante más frecuente de lo que parece86. Y, si en este caso el lapicida se dio cuenta
de una errata tan capital en el mismísimo objeto de la donación, o alguien se lo advirtió
cuando ya estaba acabado el epígrafe, no tendría más remedio que rectificarla sobre él.
Máxime si se trataba de una inscripción en un material quizá valioso, raro, y difícil o
caro de reponer o de conseguir de nuevo (cf. supra).
Así que, mirando con lupa y muy atentamente la palabra ORARIVM, pude advertir
que, en efecto, el lapicida se equivocó, y que para corregirlo recurrió a tres remedios: 1)
en la pata derecha de la A generó primero (y de forma muy visible) una letra T, usando
para ello el travesaño horizontal de la A, y prolongándolo luego hacia arriba; 2) a
continuación grabó una O pequeña87; pero, pareciendo que no se vería lo suficiente, 3)
retocó además la R, con una estruendosa línea curva muy bien perceptible, que reforzara
la lectura de un nexo ATOR. Tras este análisis, y sin forzar nada, me surgió por fin el
verdadero regalo de Tallius, y el edificio que esperaba: un ORATORIVM88 (fig. 8).
Fig. 8. Lín. 2: los tres retoques del lapicida para generar ORATORIVM. En lín. 3 la lectura IGAEDITANIS: se
aprecian bien los travesaños alto y medio de la E (detalle a partir de la fig. 3).
Por ir abreviando, he visto en la inscripción, y propongo aquí, algunas otras
correcciones del mismo estilo “microepigráfico”: Así, en la lín. 3 parece estar realmente
el correcto IGAEDITANIS, en vez del hápax “Igaiditanis” que siempre se ha repetido
(fig. 8). En la lín. 4, donde el padre de Toutonus es Arcius y no Arcus (había otra I al
lado, medio borrada) (fig. 9).
(86) Tales correcciones espontáneas las he observado sobre todo en inscripciones funerarias, pero no sólo porque la familia
advirtiera el error, sino porque, al estar normalmente en calzadas de mucho paso, algunos viatores, haciendo caso del
famoso “tu, qui legis” del difunto, se entretuvieron quizá en hacer tales mejoras. Espero poder algún día publicar juntos los
mejores de los interesantes ejemplos hispanos que tengo ya recogidos, pues creo que es una parcela muy poco explorada
de este bello oficio epigráfico.
(87) No podía hacerla más grande por el riesgo de afectar a las dos letras contiguas.
(88) Sobre ello haré algún otro comentario más abajo, y en un próximo estudio lo enlazaré con el carácter sacro del
conjunto Igaedi-Monsanto que más atrás dejé esbozado.
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Fig. 9. Lín. 4: Detalle del nombre ARCII, donde se ve medio borrada una segunda I, y de las interpunciones
finales, más alejadas en busca de equilibrio visual (ampliación a partir de la fig. 3).
Una más hay en la lín. 7, donde hay que anotar un nuevo nexo TI, con lo que el
padre de Amminus en genitivo quedará como Atii (fig. 10). Se aprecian también en esta
ampliación la única letra longa del epígrafe, una I, y cómo a la derecha de la F se
espacian dos interpunciones más, en busca del equilibrio visual que mencioné más atrás.
Fig. 10. Lín. 7: nexo TI para formar Atii, y detalle de dos interpunciones finales, y muy separadas.
Por último, en la lín. 8 veremos cómo el mismo lapicida (mucho más diestro de lo
que parece) sí escribió (o corrigió) bien AHENOBARBO, por el ingenioso recurso de
prolongar el travesaño horizontal de la A para obtener la correcta H intermedia, lo que
elimina otro supuesto error más de los varios siempre descritos como tales en la
inscripción (fig. 11).
Fig. 11. Lin. 8: detalle del nexo AH, formando el correcto Ahenobarbo.
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Tras toda esta explicación, necesaria porque modifico de forma sustancial varias
lecturas tradicionales del epígrafe por el sencillo método de volver a analizarlo como
si fuera nuevo, y hacerlo con la minuciosidad que el difícil caso creo que requería, paso
ahora ya, incorporándolo todo, a ofrecer mis nuevos transcripción, desarrollo y
traducción:
Transcripción:
5
Q · TALLIVS · SEX · F · PAP · I · AVG · AV (hedera)
ORATORIVM · DONAVIT ·
IGAEDITANIS · L · A · F · PER · MAG ·
TOVTONI · ARCII · F
MALGEINI · MANLI · F ·
CELTI · ARANTONI · F
·
AMMINI · ATII · F ·
·
L · DOMITIO · AHENOBARBO
P · CORNELIO · SCIPIONE · CO...
Desarrollo:
Q(uintus) Tallius Sex(ti) f(ilius) Pap(iria tribu) I(uliae) Aug(ustae) (scil., Emeritae)
âu(gur) (hedera) / orât{o}ôrium donavit /3 Igaeditanis. L(oco) a(dsignato) f(actum) per
mag(istros). / (Anno magistratuum/ magistrorum) Toutoni Arcii f(ilii) / Malgeini
Manli(i) f(ilii) /6 Celti Arantoni f(ilii) / Ammini At̂iì f(ilii) / L(ucio) Domitio Âhenobarbo
P(ublio) Cornelio Scipione co(n)[s(ulibus)]
Nexos: lín. 1 in fine: AV; lín. 2 AT y OR; lín. 7 TI; lín. 8: AH.
Letra longa: en lín. 7 la segunda I de At̂iì.
Traducción:
Quinto Talio, hijo de Sexto, de la tribu Papiria, augur de Iulia Augusta (Emerita),
obsequió un oratorio a los Igaeditanos. Fue hecho por los magistrados en el lugar que
se asignó. (En el año de la magistratura) de Toutono, hijo de Arcio, Malgeino hijo de
Manlio, Celto hijo de Arantono y Ammino hijo de Atio, y en el año del consulado de
Lucio Domicio Ahenobarbo y P. Cornelio Escipión (scil., el 16 a.C.).
Algunos paralelos para dataciones locales con la mención expresa de a(nno) magistri
o [an]no magg(istrorum) serían, por ejemplo: CIL VIII, 12004 y 23326; AE 1923, 28,
1967, 560 y 2012, 435 (África Proconsular, Numidia e Italia). L. A. Curchin señala esta
fórmula como tercer tipo occidental de datación por magistrados locales epónimos
(aunque en este caso sean duoviros): “A third pattern is the use of «anno» followed by
the genitive: «anno IIvirum/IIvirorum» at Ilurco, Italica, Corduba, Giufi and Eburum”.
(Curchin, 2016, pág. 69).
Anoto finalmente que en el lateral derecho del bloque, arriba, escritas verticalmente
y de otra mano y momento se leen regularmente bien las letras C V A (cf. la fig. 6, a la
derecha), sin que por el momento les haya encontrado alguna lectura razonable y
coherente con el resto, al que creo que no pertenecen.
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Alguna cuestión tocante a paralelos paleográficos que convendría tener presente
sería, por ejemplo, para la pequeña O que el lapicida trató de encajar para conseguir
ORATORIVM en la lín. 2, que en Igaedi debía de haber cierto hábito de insertar en las
inscripciones letras de menor tamaño. Un buen ejemplo de ello sería el epitafio del rico
y famoso igaeditano C. Cantius Modestinus, dedicado por su hijo del mismo nombre
(AE 1992, 954) , que se conserva sólo parcialmente, incrustado (boca abajo) en los
muros de la Catedral de Idanha, y presenta justamente, además de una V, tres pequeñas
O. Y debe repararse también en el curioso uso de embutir interpunciones dentro de
letras, lo que ocurre en el mismo epitafio, en las dos C (lín. 1-2) de los praenomina de
padre e hijo (fig. 12).
Fig. 12. Epitafio fragmentario de C. Cantius Modestinus. Sé de Idanha (© foto EDCS).
O, por ejemplo, que el mismo y nuevo nexo TI que he anotado en la lín. 7 se presenta,
y dos veces, en los teónimos Arentia y Arentius en un arita del vecino Ninho do Açor
(c. Castelo Branco) 89.
En el apartado 6 haré algunos breves comentarios sobre las novedades a que estas
lecturas pueden dar lugar, y sobre lo que ha de quedar pendiente para posteriores
análisis.
5. Un nuevo dibujo del epígrafe, 62 años después
Cuando estaba redactando estas líneas, pensaba en el duradero efecto que el mero
dibujo de una inscripción puede causar sobre su posteridad, especialmente cuando lo
hace, o lo presenta, una auctoritas en la materia. Reflexionando sobre el número
ciertamente anormal (nueve) de nuevas lecturas que he podido hacer sobre una
inscripción tan conocida, vista, estudiada y citada como ésta de Idanha, eso es lo que
creo que ha podido suceder con el que hace ahora 62 años publicó Scarlat Lambrino
(supra, fig. 2), al mismo tiempo que otra auctoritas, la de Fernando de Almeida, coincidía
(89) Cf. AE 1936, 5; ALMEIDA, Fernando de, Egitânia. História e Arqueologia, Faculdade de Letras de la Universidade
de Lisboa nº 2. Lisboa, 1956, 265; LAMBRINO, Scarlat, Op.cit., 140-142; LEITÃO, Manuel de J. Marques, Op.cit. nº 1,
pág. 32 y fig. 9.
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ALICIA Mª CANTO
con sus apreciaciones, y entre ambos, más la figura de Robert Étienne, remachaban una
lectura supuestamente llena de hápax y errores, siempre achacados al lapicida igaeditano
o al bajo nivel cultural de la ciudad, cuando, como hemos visto, esa serie de fallos en
realidad distaba mucho de ser real. Un dibujo parece ofrecer la seguridad y el confort de
lo ya establecido, y quizá desincentiva demasiado la conveniencia de la propia autopsia.
La verdad es que otras lecturas pueden dar lugar a otras interpretaciones, y al final se
acaba teniendo que retocar y cambiar la Historia misma.
Por eso pensé que era ya hora de realizar y publicar un nuevo dibujo de esta
extraordinaria inscripción, pero uno que no dejara mucho margen a la interpretación
personal, en este caso la mía. Aunque de esto había menos peligro, porque hoy en día
la posibilidad de trabajar con grandes fotografías, y con ampliaciones de detalle, como
las que me he ocupado de presentar aquí para explicar y justificar lo que veo distinto,
hacen bastante difícil hacer lecturas disparatadas como las que con cierta frecuencia se
leen.
Pensando en un dibujo que fuera técnicamente innovador, que combinara lo que se
lee de verdad en la piedra con lo que un estudioso lee en ella, esto es, que conservara
al fondo siempre el original de la fotografía (pues ésta no suele engañar, sino al
contrario), le planteé mis ideas a mi buen amigo de muchos años, y compañero en las
lides de los altares rupestres, los tronos y las cazoletas (que por fin en España están
recibiendo de los arqueólogos académicos la atención que hace mucho tiempo se
merecían90), el excelente fotógrafo D. Ángel L. Mayoral Castillo, aka Brandan.
La idea le gustó, enseguida nos pusimos a ello, y después de bastantes ensayos al
final él dio con una técnica (cuyos secretos últimos desconozco) que me gustó y me
pareció la más fidedigna porque contiene, valga la paradoja, los menos dibujos posibles.
Conserva en el fondo, como se verá, la inscripción real, físicamente, y en primer plano
los trazos de las letras que han sido capaces de mantenerse por sí mismas en la pantalla
porque están más y mejor grabadas que otras marcas, rayas, o golpes. Éstas son las que
fueron ligeramente repasadas para verlas mejor, y sobre los más perdidas, que no son
visibles al ojo si se carece de una excelente fotografía como la que pudimos utilizar, él
fue perfilando los detalles concretos que yo le iba explicando, y que se podían resaltar
sin añadir ni cambiar absolutamente nada del fondo. Tras largos intercambios de
impresiones, bocetos y fotos de detalle para precisar esto o aquello, llegamos al dibujo
final que aquí presento (fig. 13), que contiene todo lo dicho: lo que está en la pieza y
lo que, por estar medio borrado o más pequeño, está pero no es tan fácilmente visible.
Espero que este nuevo procedimiento técnico para Epigrafía, que hemos llamado “calco
informático”, combinado con la posibilidad de comprobación simultánea que ofrecen
las fotografías, sea capaz de convencer a los más escépticos, y de darle una nueva y
segunda vida científica a esta extraordinaria inscripción.
(90) Sobre esta problemática, aplicada a la famosa “Silla de Felipe II” de El Escorial, que en 1999 empecé a estudiar como
altar escalonado vetón, con una repercusión mediática y en Internet que creo impulsó bastante este tipo de estudios en
estos casi 20 años siguientes, en mi página en Academia.edu puede verse una conferencia detallada que di el año pasado:
“La supuesta Silla de Felipe II de El Escorial (2017), resumen y video de la conferencia”. Y por suerte contamos ahora
con la tesis doctoral de 2015 de M.J. SANTOS, para Monsanto cf. págs. 451-474, y passim.
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Fig. 13. Calco informático de la inscripción. © Alicia M. Canto y Ángel L. Mayoral, 2018.
6. Igaedi pierde un reloj, pero gana un oratorium. Primeras reflexiones
Tras esta serie de nuevas lecturas se imponen reflexiones de una envergadura que
no soy capaz de asumir rápidamente, ante la cantidad, y muchas veces calidad, de la
vastísima bibliografía que existe sobre la vieja Igaedi, una ciudad a la que además me
he acercado en esta ocasión en profundidad por primera vez, más allá de los
conocimientos generales que todos podemos tener sobre ella. Y tampoco me queda ya
aquí espacio suficiente para hacerlo. Habrá de quedar para otro momento, pues,
desarrollar algunas ideas que más arriba he dejado sólo apuntadas, sobre la relación de
Igaedi con la montaña sagrada que la acoge, el Monsanto, éste con sus muy poco
valorados altares rupestres escalonados, tronos y viejos tesoros ritualmente depositados
en ella para antiquísimos dioses, todo tan parecido a lo vetón. Tampoco puedo entrar
en el tema de los dioses epónimos de la ciudad, pues creo que no es uno, el conocido
Igaedus91 sino también su paredra, Igaeda, que en un próximo estudio quedará
documentada, y de forma creo que sorprendente. Es un esquema ya conocido, que se
repite con las parejas tan próximas de Arentius y Arentia, de Togus y Toga…
Porque creo que todo ese trasfondo religioso, anterior en el tiempo, es necesario
tenerlo en cuenta, y reivindicarlo, para poder acercarnos con un bagaje más seguro a la
(91) AE 1967, 137: ALMEIDA, Fernando de, “Igaedus, divindade lusitana e a Senhora do Almortão”, Revista da
Faculdade de Letras de Lisboa, IIIª sér., nº 8 (1964), págs. 65-73.
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época romana, que es la de la inscripción de Quintus Tallius, al que acabamos de
conocer como primer augur, emeritense y de Lusitania, con su nuevo oratorium. Lo
que resulta del nuevo análisis es que, en el año 16 a.C., en el que hay consenso en
aceptar que se materializa la división provincial acordada por Augusto con el Senado
años atrás, en el 27 a.C., un sacerdote relevante, un experto en adivinaciones, de la
ciudad decidida como capital de la nueva provincia, Iulia Augusta Emerita, decidió
donar, probablemente de su peculio, un oratorium, a una pequeña civitas de la nueva
provincia, que no era municipium ni colonia, ni debía distinguirse por entonces por su
riqueza o por su relevancia política. Por tanto, a mi juicio existe una razón para la
elección de este lugar, que aún ignoramos, o quizá no lleguemos a saber nunca, pero
que creo legítimo asociar con ese largo pasado religioso (y en cierto modo también,
como al principio dije, con su más brillante futuro en la misma esfera) que por ahora
dejo sólo bosquejado.
Conocido su ofrecimiento, los cuatro magistri de la civitas en aquel año 16 a.C. se
encargan de asignar un espacio para el edificio, y de velar por su ejecución. Sobre un
bloque de pórfido básico verdoso, que debía ser algo de valor en sí mismo, pues la roca
no procede de allí, queda todo ello conmemorado, probablemente en una pared de aquél,
añadiendo la datación local mediante la cita de sus cuatro magistrados anuales, y la del
paralelo consulado oficial romano.
En espera de poder continuar con las conclusiones (que incluirán también mi
hipótesis de ubicación del nuevo “oratorio”), el corolario metodológico de este primer
trabajo creo que apunta de nuevo a la conveniencia de reexaminar a fondo incluso las
inscripciones más consensuadas, sospechando de lecturas o explicaciones difíciles de
aceptar en su contexto original, sea éste epigráfico, lingüístico, arqueológico o
cronológico, y aunque estén respaldadas por una muy larga tradición y unanimidad,
como era aquí el caso92.
(92) Gratias agens. Agradezco su afable y personal invitación a participar en este volumen monográfico a la estimada
amiga Dra. Trinidad Nogales, actual directora del MNAR; como al conservador Dr. José Luis de la Barrera su paciencia y
atenciones en los trabajos de edición, y haberme facilitado la soberbia fotografía que reproduzco como fig. 3. Igualmente,
por su amabilidad al permitirme estudiar la inscripción, medirla y fotografiarla, tanto al Dr. António Carvalho, director del
Museo Nacional de Arqueologia de Lisboa, donde la examiné en junio de 2016 como parte de la exposición “Lusitânia
romana: Origem de dois povos”, como a Dª Carmen Marcos, subdirectora del Museo Arqueológico Nacional (una de mis
mejores antiguas alumnas de la UAM), y a las restauradoras Sras. Teresa Gómez Espinosa y Durgha Orozco, cuando,
formando parte de la misma muestra, volví a hacerlo en el M.A.N. en julio y octubre del mismo año, autorizándome
además a pesarla. Una deuda bibliográfica y de amistad mantendré siempre con el colega Prof. José d’Encarnação, de la
Universidad de Coimbra, siempre presto a facilitarme algunos trabajos de para mí más difícil acceso. Igualmente
agradezco al Prof. César Casquet Martín, querido amigo y relevante geólogo de la UCM, su ayuda en la ardua clasificación
del material del bloque (una crux pendiente desde 1934), como también su entendida opinión al geólogo extremeño D.
Juan Gil Montes. Al amigo D. Ángel L. Mayoral Castillo, vetón de El Barco de Ávila, gran fotógrafo y compañero de
muchos años en las lides rupestres, su experta colaboración en mi idea de elaborar un nuevo dibujo, informático pero fiel,
de la pieza; y a mi sobrina y filóloga Dª Ariana Oliveros su versión al inglés del resumen, mucho más profesional que la
mía. Por fin, en el mismo rango familiar, a mis tres hijas y a mi querida amiga de la UAM la geógrafa Prof. Ana Olivera,
por su seguimiento y permanente apoyo en todos mis trabajos. En esta ocasión añado además, ya acabando el estudio, el
descubrimiento sobre el dibujo (lo que me confirmó de nuevo la fidelidad del mismo) de la letra A del nexo AV al final de
la lín. 1, que se debió a la agudeza visual de mi hija mayor, la Dra. arquitecta Sara Luzón Canto (Zürich), lo que me es
muy grato hacer constar aquí. Como bien se dice, finis coronat opus.
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(94) Hay versión pdf de fecha 16dic2013 en la página de Academia.edu, con “Addenda de actualización” de 9 páginas y
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(95) Vídeo en el canal Youtube del MNA, publicado el 10 junio de 2016: https://www.youtube.com/watch?v=a2Ck9avteck
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