Sin rodeos: caben dos argumentos ineludibles para defender nuestro acervo cultural como un procomún que hay que proteger y desarrollar, y para comprender nuestra cultura como un espacio que nos pertenece a todas las personas. No cabe más que hacerlo o nuestra democracia se verá fracturada. Así, tan dramático y sencillo
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados