¡Quién te lo iba a decir a ti! ¡Quién hubiera pensado que pasados diez años no sólo seguiríais intacta sino que -como los mejores vinos- la edad te ha sentado de maravilla! Recuerdo perfectamente cómo nos encontramos tu y yo; cómo desde el principio intuí que entre nosotras se producía una gran complicidad, y que además era el comienzo de una gran aventura.
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